La Plaza Vieja se tatúa el sol de Almería
Patrimonio
Piezas de piedra natural de la provincia, en tres tonalidades diferentes y predominando formas triangulares y cuadradas, en este pixelado de uno de los emblemas de Almería
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Le llaman la quinta fachada, la nueva piel pixelada que prácticamente cubre ya la totalidad del suelo de la Plaza de la Constitución (la Plaza Vieja), la última pieza de la reforma integral de la Casa Consistorial con la que la capital almeriense dará por terminada la espera de 23 años para recuperar este corazón administrativo del casco histórico.
Las obras sobre la Plaza Vieja comenzaron en septiembre y es observable desde los balcones del Ayuntamiento la composición ideada por el estudio de arquitectura Ordaz que forma, mediante el juego de materiales, el Sol de Villalán –que suele ser identificado como el Sol de Portocarrero-, uno de los símbolos más representativos de la ciudad.
La pavimentación está compuesta por piezas de piedra natural de la provincia, en tres tonalidades diferentes y predominando formas triangulares y cuadradas, para conseguir el pixelado del Sol de Almería.
Con una inversión de 2,3 millones de euros y un plazo de ejecución de ocho meses, los trabajos, según ha informado el Ayuntamiento, avanzan a un ritmo correcto, por lo que la ejecución del proyecto podría estar en su totalidad concluida a lo largo del próximo mes de abril.
A la par de estos trabajos de pavimentación, continúan las labores de esta actuación en los soportales de la Plaza Vieja y en la calle Marín, que entra en el proyecto de actuación.
Una vez hechas las canalizaciones y el nivelado pertinente del suelo, se espera que el ritmo de las obras acelere, incluyendo en las tareas pendientes la jardinería escogida, la iluminación especial y la instalación del mobiliario (bancos y papeleras).
Notables diferencias entre el antes y el después
La comparativa de ambas imágenes denota la necesidad de remodelación de la Plaza Vieja que lleva arrastrando desde hace 30 años un pavimento desvencijado. Otra diferencia notable es la desaparición de arbolado. Los últimos ejemplares han sido dos palmeras centrales enfermas. Falta aún la colocación de maceteros con la nueva vegetación.
Con anterioridad se han desarrollado los trabajos arqueológicos, demoliciones, cimentaciones, se ha completado la red de saneamiento y abastecimiento, parte de la instalación eléctrica, trabajos de limpieza sobre el Pingurucho y la adecuación del espacio destinado a albergar los restos de Los Coloraos, así como la retirada de dos palmeras que, aunque centenarias, presentaban patologías siendo diagnosticando el Ayuntamiento la conveniencia de su tala controlada.
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