La Plaza Vieja de Almería muda su piel

Son apenas diez días de trabajo desde que el pasado 2 de septiembre la Plaza Vieja –en realidad, la Plaza de la Constitución– quedara sitiada por las oportunas vallas de protección y señales de prohibido el paso por obras. La imagen es ya bien diferente a esa estampa de dos décadas de lunes al sol, a la espera de su remodelación, y ofrece este corazón del casco antiguo de la ciudad los primeros cambios. 

El viejo pavimento está siendo levantado en esa muda de piel proyectada por el estudio de la arquitecta Susana Ordaz que le aportará una nueva cubierta de materiales más nobles, constituyendo un dibujo que podrá ser claramente identificado por quienes se asumen a balcones, ventanales o a la azotea de la Casa Consistorial. Un mosaico pixelado con la forma del Sol del Portocarrero, emblema de la ciudad que abrazará al Monumento de los Mártires de la Libertad, el cual mantiene su posición al igual que el arbolado existente, cuya edad prevaleció ante las salas judiciales sobre los criterios de plaza despejada de un primer diseño que fue sentenciado. 

 Adjudicada la reforma de la Plaza Vieja a la empresa Albaida Infraestructuras por 2,3 millones de euros, queda tiempo todavía por delante para comprobar el resultado de esta gran alfombra de formas geométricas que permite la integración de los elementos protegidos. 

La propuesta de actuación se diseña con la utilización de materiales silenciosos y a su vez nobles, como la piedra, para el pavimento y mobiliario urbano, y la madera, que acompaña el diseño de las galerías de los soportales que rodean la plaza. 

Complementariamente a esa nueva fachada que genera el proyecto, la vegetación constituye otro de los elementos principales del mismo, generándose unos grandes parterres que contendrán una vistosa vegetación que aportará volumen y color al conjunto. Así, en las zonas protegidas por las copas de los grandes ficus, se sitúan conjuntos de bancos y vegetación arbustiva y floral. 

Aspecto relevante del mismo será también su iluminación, concentrada en siete báculos con focos LED y adaptables en la idea del actual equipo de gobierno de mantener el máximo espacio posible despejado para continuar, y potenciar, la celebración de eventos y actividades, como el propio homenaje a Los Coloraos.

Los soportales quedarán libres de mesas y sillas para su uso como tránsito peatonal cubierto. En los soportales, accesibles en este inicio de obras, se realizará una intervención general para conseguir la unidad y uso público, mediante recuperación de la sillería de las arcadas, aplacado de piedra de la base de las pilastras, revestimiento de madera natural de los techos, y pavimentado de piedra.