Los pisos turísticos acaparan una de cada tres camas de la provincia

Costa de Almería

Este segmento de alojamiento vacacional alcanza los 6.424 inmuebles y 31.571 plazas. Si se suman con los apartamentos turísticos (17.683 camas) suponen la mitad de la oferta

Los pisos turísticos acaparan una de cada tres camas de la provincia
Los pisos turísticos acaparan una de cada tres camas de la provincia / Julio González

Hasta el estallido de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 el destino almeriense ha logrado superar año tras año, una tendencia continuada al menos en la última década, los registros turísticos del curso anterior cerrando 2019 con su mejor cifra al contabilizar 2,6 millones de turistas que se habían desplazado a los diferentes rincones de la provincia, según el balance del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Costa de Almería se consolidaba como destino al alza antes de la crisis sanitaria y, como no podía ser de otra forma, esa evolución de viajeros ha ido en paralelo a la expansión del sector turístico.

Los establecimientos hoteleros (albergues, hostales, pensiones y hoteles de una a cinco estrellas) sumaban 19.237 camas en 2002, 30.599 en 2007 y en 2019 eran 35.239. Este verano, después de más de un año de doloroso parón asociado a la pandemia, retomaron la actividad con más plazas que nunca y en la recta final del periodo estival ya ofertan 35.404 plazas en la provincia. Cuando el destino se gestaba a principios de los sesenta había en la provincia una planta hotelera de seis establecimientos (Hotel Goya, residencia Fátima, Pensión Andalucía y hotel Simón en la capital; Hotel Abdera en Adra y en Pulpí la Pensión Calipso) que no sumaban ni 300 habitaciones en su conjunto.

Un avance significativo, si bien en la última década el crecimiento ha sido leve y detrás de este parón se encuentra una transformación del negocio turístico hacia la diversificación de la oferta y las nuevas tecnologías que han situado al alza al segmento de los pisos turísticos con una imparable proliferación a través de plataformas en auge como Airbnb, HomeAway o Booking, por citar sólo algunas. Hoy son una alternativa que ha ido ganando terreno al hotel y es aquí donde se encuentra el auténtico boom del sector. Desde que este tipo de alojamientos fueran regularizados en la comunidad a mediados de 2016 en base a un decreto de la Junta por el que han tenido que inscribirse en el Registro de Turismo de Andalucía la progresión ha sido brutal. Este tipo de alojamientos, ya sean completos o por habitaciones, han pasado en la provincia de ofertar 11.388 plazas en marzo de 2018 a las 31.571 que suman hoy.

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Cajas de seguridad para dejar las llaves a los inquilinos

Antes de la policrisis de la COVID-19 estaban en torno a las 24.000 camas, pero han seguido creciendo pese al retroceso de la actividad turística durante la pandemia, principalmente por sus características de distanciamiento social como enclaves seguros y cercanos frente a la masificación de las grandes cadenas y alojamientos. En poco más de tres años casi han triplicado su volumen de acogida y ya representan más del 33% de las plazas del conjunto de establecimientos hoteleros y extrahoteleros de la geografía almeriense, es decir, una de cada tres camas de la provincia las acaparan las viviendas con fines turísticos.

Un rápido florecimiento de un modelo de negocio ajeno a los tradicionales alojamientos que se ha extendido a 6.424 inmuebles en la provincia, superando las previsiones iniciales de la Consejería de Turismo al implementar la nueva normativa regional con la que estimaba que venían operando en el mercado negro vacacional entre 3.000 y 4.000 viviendas en base a la oferta proyectada en portales de internet y en las inmobiliarias del litoral con mayor demanda.

Antes de COVID-19 estaban en torno a las 24.000 camas, por lo que han ganado 7.500 durante año y medio de pandemia

Si a las 31.571 plazas que se ofrecen este tipo de viviendas se le suman las 17.683 que ofertan los 137 apartamentos turísticos de la provincia, el volumen alcanzaría las 49.254 plazas, prácticamente la mitad de las que tienen todos los establecimientos en su conjunto y 13.850 más que los 304 hoteles y pensiones que tiene hoy la provincia.

El fuerte tirón de los pisos con fines turísticos, concentrados en el litoral almeriense con una especial profusión en la localidades de Vera, Mojácar y Níjar, está siendo determinante en el crecimiento vertiginoso de la oferta de camas de la provincia. En 2007 eran 46.002 las plazas, 53.000 en 2016, 70.000 en 2018, 89.300 en 2019, 97.382 al inicio del verano y 95.162 en la actualidad, según la estadísticas del Registro de Turismo de Andalucía. La provincia ha duplicado entre 2007 y 2021 el número de camas que ofrece a los visitantes.

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