Los baños en playas y piscinas incrementan el riesgo de otitis en verano en los más pequeños
Los niños son los más vulnerables por el mayor tiempo de exposición al agua y por tener los conductos del oído más cortos. La presencia de cuerpos extraños, el rascado o la extracción de cerumen predisponen a este tipo de infecciones. Los baños en playas y piscinas unidos al calor, incrementan el riesgo de otitis externa como consecuencia de la humedad, según advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (Seorl-CCC), que ha elaborado un listado de consejos a tener en cuenta para evitar las otitis este verano. Las personas con sudoración excesiva y que pasan más tiempo en el agua, como la población infantil, son las más vulnerables. "Además, los niños tienen los conductos del oído más pequeños, lo que facilita en ocasiones la retención del agua", ha destacado el doctor Manuel Manrique, presidente de la Comisión de Otología de la Seorl. Los principales síntomas derivados de este tipo de otitis son: dolor, molestias al masticar o bostezar, picor, sensación de taponamiento, una leve pérdida de audición y percepción de humedad en el oído, a veces en forma de supuración. "En estos casos será preciso que el paciente acuda a la consulta del otorrinolaringólogo para que pueda establecer un diagnóstico y el tratamiento más adecuado", señala el doctor Manrique. El tratamiento de las otitis externas difusas en fases iniciales puede ser aplicando localmente gotas antibióticas-corticosteroideas y antinflamatorios por vía oral. En algunos casos más avanzados en su evolución, "será preciso utilizar antibióticos por vía oral", ha afirmado el experto. Una vez curada, "será necesario advertir al paciente de la posibilidad de futuros brotes ya que suele haber personas muy susceptibles a padecerlas con más facilidad. De ahí la importancia de la prevención".
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