Las obras de piedra seca son patrimonio de la humanidad y la provincia está plagada

PATRIMONIO

El Nacimiento, Las Alpujarras, El Chive o los Filabres son los máximos exponentes de este tipo de construcciones tan dados en Almería

Intervencion de Paqui Codina en el documental editado por el Instituto de Estudios Almerienses y el Laboratorio de Andropología Social y Cultural de la UAL. / El Afa

El arte de construir muros en piedra seca, tradicional en zonas rurales de España y otros países de europeos como Croacia, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia y Suiza, fue inscrito en noviembre de 2018 por la Unesco en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

El Comité de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco consideró que “los muros de piedra seca desempeñan un papel esencial en la prevención de corrimientos de tierras, inundaciones y avalanchas”.

Parral abandonado. Andarax entre Padules y Canjayar. / EL AFA

La candidatura española incluía a nueve comunidades autónomas en las que este arte está presente Andalucía y, por tanto, toda la construcción de Piedra Seca desarrollada en la provincia de Almería.

En la palabras de Juan Antonio Muñoz, investigador del Laboratorio de Antropología Social y Cultural de la Universidad de Almería: “Almería está llena de Patrimonio de la Humanidad y lo ha olvidado”. Muñoz resalta que “el legado etnográfico más extendido del territorio almeriense es una obra popular, anónima y colectiva, levantada durante generaciones y formada por los miles de balates que ‘aterrazan’ nuestras sierras, los paisajes del agua armados en torno a la red de acequias y el resto de construcciones tradiciones del ámbito rural, muchísimas, con una técnica usada al menos desde el Neolítico”.

Consiste en que las piedras se encajan sin necesidad de material aglomerante, “escogiendo la piedra adecuada y buscando el máximo contacto parta dejar que la masa del conjunto y la gravedad actúen”.

Molino harinero en Filabres. / EL AFA

“A pesar de su valor, y a diferencia con algunas provincias levantinas, apenas sí hay estudios sobre estas construcciones y sus técnicas, siendo interesantísimo e intenso el patrimonio de la piedra seca en Almería; por desgracia no se conoce y nosotros intentamos reivindicar su valor”, reivindica Muñoz.

En 2017, antes de la declaración de la Unesco, la Universidad de Almería abrió “una línea de investigación bastante densa e intensa que conlleva, entre otras cosas, un trabajo de campo por toda la provincia, que se ha centrado en localización y en entrevistas a los últimos depositarios de la técnica que después sirven para varias publicaciones y trabajos”.

Muñoz explica que “antes se hacía todo con lo que había a mano, y evidentemente qué más a mano que una piedra, todo lo que puedas armar con piedra, todas las construcciones agrarias, el armazón de la agricultura y del campo se hace con piedra”.

La Revista El AFA publicó un extenso reportaje sobre la Piedra Seca en Almería, estableciendo sus particularidades y haciendo un amplio recorrido por diversos ejemplos en la provincia.

Mojón ganadero frente al observatorio de Calar Alto.

El estudio explica que el territorio almeriense está atravesado por múltiples sierras (Nevada, Gádor, Filabres, María, Alhamilla, Cabrera, Calar y Estancias, Almagrera, Almagro, Gata…) con variados suelos y altitudes. Esta verticalidad obliga a la construcción de una extensa escalera de balates que además de servir de soporte agrario, almacenan los paquetes de tierra que mejoran la biodiversidad y frenan la erosión en un ejemplo de relación equilibrada entre el ser humano y la naturaleza, motivo este en el que se sustenta parte de la declaración como Patrimonio de la Humanidad. Este hecho en Almería encuentra su máximo exponente en paisajes agrarios como los de Ohanes, Abrucena, Bayárcal, Paterna, Laroya, Velefique, Senés, Castro de Filabres, Olula de Castro, Lubrín, Benizalón, Bacares o Chercos.

También en los múltiples paisajes parraleros que durante el siglo XIX y buena parte del XX colonizan las vegas y piedemontes de la provincia dando lugar a una nueva expansión de los paisajes de piedra sustentados ahora por la rentabilidad del nuevo monocultivo de la uva de barco cuya demanda y precio en los mercados internacionales va a propiciar un expansión por toda la provincia de la que Sorbas también participa reconvirtiendo vegas tradicionales, ampliando los cultivos de los cauces mediante nuevas conducciones que colonizan los espacios más altos o generando cultivos parraleros de nuevo cuño.

Almería alberga una variada gama de soluciones constructivas en piedra seca donde quedan representadas buena parte de las presentes en el ámbito mediterráneo debido a la diversidad de suelos, climas, altitudes, espacios, técnicas y legado cultural. Una obra conformada por los miles de balates que aterrazan las sierras, los paisajes del agua armados en torno a los sistemas hidráulicos y el resto de construcciones tradicionales del ámbito rural.

Camino empedrado en Benizalón. / EL AFA

El tipo de construcciones encontrados en la provincia dentro de las construcciones agrarias son balates de ladera, cañadas, vegas, muros y cercas, majanos y paravientos.

Como parte de las estancias agropecuarias: refugios, corrales ganaderos de la sierra, palomares y cuevas y majadas.

En las viviendas se encuentran construcciones de piedra seca en paredes, contrafuertes y vanos, cubiertas de aleros, solerías, solanas y secaderos, trojes, fresqueras y alacenas, neveros domésticos, respiraderos o zanjas, placetas y porches, postes y poyos u hornos de pan.

Las construcciones en los corrales tienen que ver con las eras; mientras que en las construcciones hidráulicas nos encontramos con Sistemas de captación, azudes, presillas, cortas, boqueras, galerías drenantes y pozos tradicionales; como sistemas de distribución existe construcciones de acequia madre, acueductos elevados, partidores, lavaderos, sistemas de almacenamiento, balsas y pilas y pilones.

La piedra seca también se ha utilizado en sistemas de evacuación: sangradores, galerías de drenaje, sistemas de defensa, muros contra avenidas, topes y ralentizadores, Acequias de careos, Cocones de piedra, pozos de nieve y paisajes singulares del agua.

En los caminos tradicionales se les ha dado usos tales como en hitos y lindes, mojones y cercas, hormas de separación, piedras referenciales y piedras escritas.

Y existen otras construcciones tales como molinos y almazaras, centros y elementos rituales, puestos de caza, construcciones militares u hornos.

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