La pesca artesanal en Almería, en peligro de extinción: solo quedan tres embarcaciones

Pesca

El número de barcos que faenean con redes artesanales en Cabo de Gata ha ido en picado desde 2009

Otra vida para la vieja desaladora del Cabo como almacén de pesca

Pescadores arreglan en la jornada anterior sus redes para sacarlas al mar
Pescadores arreglan en la jornada anterior sus redes para sacarlas al mar / Gerda Kasetaite

Empezaban bien jovencitos, tanto que hasta con siete años ya se subían al barco de su abuelo, el tío o su padre. Han mamado mar y la forma de pescar, la artesanal, que sin condicionantes a todos causa respeto. Como las mareas. Y como ellas, se los lleva adentro, desde donde su voz apenas se escucha. Y gritan, porque están a punto de desaparecer. Son los pescadores artesanales de Almería capital. Los que quedan echan sus redes en Cabo de Gata y solo hay tres embarcaciones.

Están aguantando todo lo que pueden. Y porque también les gusta, pero no es desde luego ni un profesión fácil y tampoco cuenta con el respaldo de las administraciones que les traería un poco de calma chicha en este descenso que los ha convertido en una profesión en peligro de extinción.

No es desde luego la primera noticia que se publica en prensa al respeto y, sin embargo, la situación no ha mejorado para estos pescadores que, sin relevo generacional, ven como el futuro se acaba con ellos. En el año 2009 eran nueve las embarcaciones profesionales que se dedicaban a esta pesca tradicional; en 2016 esta cantidad se redujo a cinco y, en la actualidad, sólo la practican tres barcos. Es la relación que resonaba hace escasas semanas en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Almería, donde el Grupo Municipal Socialista propuso medidas con las que respaldar esta actividad y contribuir a garantizar relevo generacional. 

Llevan, al menos un par de décadas, denunciando las condiciones tercermundistas en las que trabajan: en la playa junto al Torreón de San Miguel, en una zona de varada que se habilitó provisionalmente tras la construcción del paseo marítimo de Gabo de Gata, lo que obligó a los pescadores a abandonar su lugar de faena habitual, frente a sus casas, que podían utilizar como almacén de aparejos y artes. “Las instalaciones son más propias de otra época que del siglo XXI”.

No es parte de la intervención de la portavoz socialista, Adriana Valverde, en el Pleno de septiembre. Son declaraciones de la también socialista Consuelo Rumí, pero de 2016. Entonces ya se alertaba del descenso de la pesca artesanal y de la necesidad de intervención en aras de evitar su desaparición en una reserva marina como la de Cabo de Gata. 

Pedían exactamente lo mismo que ahora: la cesión a los pescadores de la antigua desaladora y dar a conocer en los centros de enseñanza esta antigua profesión con talleres y excursiones entre las redes de pesca de la playa del Torreón.

La propuesta consistía en que el Ayuntamiento acondicionase las instalaciones de la antigua desaladora municipal para convertirlas en almacenes independientes para barcos profesionales y facilitar el uso de sus oficinas como espacio para la promoción de actividades divulgativas, de cooperación, reuniones de trabajo y otras relacionadas con su actividad.

En 2016, al igual que ahora, el PSOE se sentaba en la bancada de la oposición. Entonces su moción fue aprobada con el respaldo del Partido Popular, en el gobierno, si bien aquellas dos peticiones no han sido puestas en práctica. Es lo que tiene las mociones, no obligan, y Valverde volvía este mes a plantear las mismas peticiones. En esta ocasión, sin embargo, la portavoz socialista se ha topado con la negativa.

“La antigua desaladora no está en desuso”

El Ayuntamiento ha reconocido el papel esencial de la pesca artesanal en la conservación de la biodiversidad marina en la voz de la representante del Partido Popular, Sacramento Sánchez, si bien fueron denegadas la totalidad de las propuestas debatidas. La portavoz del PP consideró que la moción en defensa de esta profesión trasciende las competencias del Ayuntamiento, siendo el Estado quien debe, como dijo, arbitrar medidas para garantizar el relevo generacional para concretar, después, que es responsabilidad de Costas la situación en la que se encuentran las casetas de la playa para denegar, luego, la cesión de la antigua desaladora “porque no está en desuso, la utiliza el servicio de limpieza”. A la Junta le compete –añadía por último– los talleres de enseñanza”.

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