La pasarela de Renfe pasa a ser historia de Almería

Almería

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Continúa el desmontaje de la pasarela de Almería

Las obras del soterramiento arrancaron el pasado mes con el levantamiento de las primeras vías del tren, si bien la eliminación de la pasarela peatonal de Renfe es, sin duda, ese pistoletazo de salida de este esencial proyecto de cara a la sociedad. Durante cuarenta años ha facilitado la comunicación entre el centro y los barrios del levante y, a su vez, ha simbolizado esa cicatriz que, también desde décadas atrás, ha venido reclamando Almería sanar con la integración del ferrocarril a su paso por la ciudad. La pasarela, aquella roja hasta 2018, es ya historia.

Al menos es la previsión barajada: terminar los trabajos de desmontaje, que empezaron el lunes con la retirada de la iluminación, a las doce de esta noche, cuando Adif y Ayuntamiento tienen planificado recuperar el tránsito normal de vehículos.

Niños en patinete circulan ante la calle cortada por obras / Javier Alonso

La orquesta de ruidos de la maquinaria empleada ha acompañado a la propia de la circulación en esta jornada que cerraba a las siete de la mañana la avenida de Sierra Alhamilla y reconducía el tráfico por calles aledañas. No sin desesperar a más de un conductor. Especialmente, entre las ocho y nueve de la mañana, y a la siguiente hora punta, entre las dos y las tres de la tarde, al tratarse este vial de una arteria esencial en la circulación por la ciudad. “He estado diez minutos parado y cuando andabas algo, te pillaba un semáforo. Hasta en cinco me he tenido que parar”, comenta un taxista quien, no obstante, se lo esperaba “aún peor”.

Junto a cierto hastío por parte de conductores a los que les ha tocado, como suele decirse, chuparse el atasco de las obras, otra de las estampas que ha acompañado a la despedida de esta mítica pasarela son los móviles inmortalizando las etapas de los trabajos y las dos inmensas grúas desplegadas, que en esta tarde, ya habían engullido un primer tramo de pasarela correspondiente a su ascenso por Sierra Alhamilla ante miradas de añoranza.

Circulación densa a primera hora de esta mañana / Javier Alonso

La recorría prácticamente a diario desde niña, cuando vivía en Ciudad Jardín y tenía que ir a clases al colegio Stella Maris. Elena F. López se pone nostálgica, rememorando aquellos tiempos en los que, sin pasarela y sin los muros de Renfe, era habitual entre los críos hacer caso omiso de las indicaciones paternas y saltar las vías del tren para ir de “una punta a otra de la ciudad”. O matar el tiempo colocando una moneda sobre los raíles y “a esperar horas, porque no nos sabíamos los horarios, a que pasara el tren”. La pieza resultante, cuenta, era toda una muestra de amor hacía la persona que la recibía como presente.

“Cuando levantaron los muros y, más tarde, la pasarela –su construcción se demoró desde que fuera presupuestada cuando gobernaba UCD hasta ser inaugurada con Felipe González en La Moncloa en 1984–, fuimos corriendo a atravesarla por primera vez”. De la última ocasión, no se acuerda, pues emplea el cruce del parque de la Estación en sus trayectos de edad madura. Pero “lástima me da, aunque si es por mejorar la ciudad y para que llegue el AVE, le digo adiós con gusto”.

Habrá un nuevo vial de conexión en este punto y se levantará otro puente elevado en la calle Elio Antonio de Nebrija, junto al parque Gloria Fuertes, a una distancia media entre la estación del AVE y el futuro paso sobre el final del soterramiento, junto a la avenida del Mediterráneo.

Vías retiradas en la histórica estación del tren. / Javier Alonso

Una vez despejado el espacio y retiradas la playa de vías de la antigua estación, se acomodará en esta zona la estación provisional de autobuses, con lanzaderas hasta la estación de trenes de Huércal, durante los tres años en los que se prolongará esta segunda fase del proyecto del soterramiento.

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