El parque natural de Cabo de Gata-Níjar como cementerio de embarcaciones y vertedero de petacas

Las garrafas invaden las calas y los agentes de Medio Ambiente intensifican las actuaciones de limpieza con la colaboración de los ayuntamientos. Narcolanchas y pateras son retiradas por concesionarios, pero en ocasiones las incendian en la orilla contaminando el entorno natural

La costa nijareña: del asedio pirata al refugio de narcos y petaqueros

Petacas de combustible tiradas por las calas de Cabo de Gata
Petacas de combustible tiradas por las calas de Cabo de Gata / Redacción Almería

Ni la expansión de la agricultura, ni la fiebre del ladrillo, ni la pesca ilegal ni las actividades náuticas han logrado poner en peligro en las últimas décadas la defensa y conservación del primer espacio marítimo-terrestre protegido en Andalucía, un parque natural de Cabo de Gata-Níjar afectado por un sinfín de figuras de protección como Geoparque Mundial de la Unesco y Reserva de la Biosfera. El espacio natural más árido de toda Europa tiene una biodiversidad y singularidad botánica excepcional con más de mil especies exclusivas de flora y en sus fondos marinos extensas praderas de posidonia oceánica. Es la joya ecológica de la corona de una provincia que hasta la fecha había sabido custodiarla, con contadas excepciones como la del Algarrobico, si bien en los últimos años está siendo atacada y agredida por un enemigo inesperado ajeno a la masificación turística y el impacto del urbanismo salvaje.

Narcolancha incendiada en la cala del Bergantín
Narcolancha incendiada en la cala del Bergantín

La Junta tilda de “muy lamentable el daño ambiental” por el petaqueo

La acumulación de garrafas y otros enseres con residuos de combustible en las playas y calas del parque natural de Cabo de Gata-Níjar preocupa a la Junta como organismo competente de su protección y conservación. A juicio del delegado territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Manuel de la Torre, lamenta el perjuicio tan negativo que tienen estas prácticas ilegales derivadas del petaqueo en la salud y en la seguridad ciudadana, pero sobre todo considera “muy lamentable el daño ambiental ocasionado por el abandono de garrafas en zonas protegidas como Cabo de Gata o Punta Entinas-Sabinar”. Al igual que se intensifica en los meses de verano la actividad de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta en la protección y vigilancia de la Zona de Especial Conservación (ZEC) del parque y otros enclaves naturales por el fuerte impacto del turismo, el Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente ha tenido que aumentar las tareas de limpieza y mantenimiento en los últimos meses para borrar las huellas del narcotráfico e inmigración ilegal. “El Gobierno debe dotar ya a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de todos los medios necesarios para enfrentarse a estas redes criminales”, concluye Manuel de la Torre.

Agentes de Medio Ambiente retiran petacas de las playas próximas a San José
Agentes de Medio Ambiente retiran petacas de las playas próximas a San José

Las mafias del narcotráfico y la inmigración ilegal requieren de una “industria auxiliar” del petaqueo que viene convirtiendo el mar de Alborán en un enclave geoestratégico imprescindible para su supervivencia, con incidencia especial en las paradisiacas calas y playas nijareñas y otros puntos del Poniente en los que proliferan los narcoembarcaderos. Además del efecto tan negativo para el turismo y la seguridad ciudadana que tiene la presencia habitual de las narcolanchas en el litoral, sobre todo cuando arrecia el temporal y se cobijan entre sus acantilados y próximas a la orilla, esta actividad ilícita está generando importantes daños ambientales. El suministro de combustible y otros víveres a las neumáticas y semirrígidas de alta velocidad, que se mantienen en el mar porque fueron catalogadas como género prohibido a incautar y destruir en 2018, está dejando una huella muy perjudicial con la acumulación de garrafas blancas de 25 litros (petacas) vacías y con residuos de combustible.

Un pesquero varado en la playa de los Muertos tras el desembarco de medio centenar de inmigrantes
Un pesquero varado en la playa de los Muertos tras el desembarco de medio centenar de inmigrantes

No hay una cala o playa que se libre de la invasión de garrafas y el cuerpo de Agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía stá intensificando los trabajos de mantenimiento y saneamiento en los últimos meses, pero no dan abasto. El Ayuntamiento de Níjar también colabora, sin tener competencias, y está realizando batidas ciudadanas para la recogida de estos recipientes y la limpieza del litoral y los fondos marinos, pero considera que esta situación desborda sus capacidades y, al igual que el ejecutivo andaluz, reclaman al Ministerio del Interior más medios y personal para hacer frente a las mafias y poner freno a su creciente actividad en la costa almeriense. El alcalde de Níjar, José Francisco Garrido, incide en este grave problema ambiental y reclama medidas urgentes al Gobierno, sin olvidar su preocupación por la temporada de verano que está a la vuelta de la esquina porque el turismo es uno de los pilares económicos de la comarca.

Retiran un pesquero en la playa de los Muertos

Un buque pesquero empleado como taxi-patera encalló este miércoles en la playa de los Muertos en Carboneras emprendiendo la huida a pie más de medio centenar de inmigrantes que habían viajado hasta la costa de Almería desde el norte de África. La empresa concesionaria de la retirada de estas embarcaciones clandestinas procedía horas después a su remolque y traslado a uno de los depósitos del término municipal de Níjar de forma previa a la destrucción cuando así lo autorice el juez. A pesar del temporal de los últimos días, esta expedición migratoria se aventuró para completar el peligroso viaje hacia la península en este pesquero que iba equipado con un potente motor intraborda y tenía un peso de más de 18.000 kilos.

Las petacas de combustible se multiplican en las calas y playas del parque
Las petacas de combustible se multiplican en las calas y playas del parque / Javier Alonso

No es el único daño ambiental en el espacio protegido más importante de la provincia. Las redes delictivas del norte de África suelen incendiar estas embarcaciones en la orilla, sobre todo las 'gomas' cuando hay un alijo sin retorno, se estrecha demasiado el cerco policial o se averían por la sobrecarga y hasta explosión de los motores. El viernes por la mañana era quemada una planeadora en la cala del Bergantín a plena luz del día. A veces incluso las dejan fondeando a la deriva o directamente sin gobierno cuando la tripulación se cambia a otra semirrígida, como ocurrió este domingo cuando un patrón embistió con una narcolancha a la patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, lo que supone un serio riesgo para la navegación de recreo de la zona. Arden y se calcinan liberando residuos y no siempre se retiran del litoral, como ocurre con algunas taxi-pateras y otras embarcaciones de fibra que se mantienen varadas en la playa hasta ser retiradas por la concesionara que las traslada a los depósitos de vehículos para su destrucción.

stats