Paco, el último guardián de las vacas murciano-levantinas en Almería

Almería

Un agricultor almeriense lucha por preservar una raza autóctona en peligro de extinción junto a la Asociación de Criadores de la Vaca Murciano-Levantina

Junta Colvet con Avamur y Paco
Junta Colvet con Avamur y Paco / D.A.
Colegio Oficial de Veterinarios de Almería

01 de diciembre 2024 - 08:00

“Las vacas llegaron aquí antes que yo, que tengo 77 años y nací en el corazón de la Vega, en Almería, en la que proliferaban las vacas de este tipo por parte de los agricultores, ya que era el medio mecánico de los agricultores del pasado”, narra Francisco López, ‘Paco’, como nos pide cariñosamente que nos dirijamos a él. Ubicado a escasos minutos de la capital almeriense, en La Cañada, Paco cuida de un tesoro muy bien preciado, sus dos vacas murciano-levantinas: “En la provincia hay más, pero mis dos ejemplares son las únicas de raza pura murciana-levantina, denominada vaca de la Vega o Almanzoreña en la provincia de Almería. Antiguamente, en las Canteras del Mármol, los machos se iban directamente a la Cuenca del Almanzora. Cuando nacía un macho, ya tenía destino asignado, porque se utilizaban como herramientas de logística”.

La vaca Murciano-Levantina, una raza bovina autóctona de la región de Murcia, Almería y Alicante, destaca por su valor histórico y adaptabilidad. Hoy en día, esta raza se encuentra en peligro de extinción, y su conservación es fundamental para la biodiversidad y el patrimonio cultural. El Colegio Oficial de Veterinarios de Almería, junto a los Colegios de Murcia y Alicante y la Asociación AVAMUR, apoya las iniciativas para la conservación de esta raza autóctona de Almería, Murcia y Alicante.

Ejemplar de vaca almanzoreña
Ejemplar de vaca almanzoreña / D.A.

Radiografía de una raza única

En la actualidad, la raza se encuentra en una situación crítica de amenaza de extinción, el censo es de unos 50 ejemplares y debido al bajo censo durante las últimas décadas en ocasiones no se ha mantenido en pureza, por lo que el grado de mestizaje es elevado según nos explica Ismael Ramal, veterinario y director técnico de la Asociación de Criadores de la Vaca Murciano-Levantina (AVAMUR): “Sin duda nos queda mucho trabajo por hacer antes de que la raza deje de estar amenazada, teniendo en cuenta además la fisiología reproductiva de la especie, que es muy lenta. A diferencia de otras especies que tienen partos múltiples, las vacas solamente tienen un ternero por parto (solo hay un 2% de partos gemelares) y además en razas poco precoces, como esta, el primer parto no tiene lugar hasta los 2 años y medio más o menos. Esto hace muy necesario recurrir a técnicas de biotecnología de la reproducción para acelerar el proceso reproductivo y poder obtener muchos más animales de los reproductores que nos interesen”, explica.

La raza no ha llegado a esta situación por casualidad, sino debido a diferentes desencadenantes, entre los que destacan principalmente uno: “Sin duda, el principal factor fue la aparición de la mecanización en la agricultura y transporte. Una vez aparecieron máquinas que podían realizar mucho más trabajo en menos tiempo (tractores y camiones) la raza perdió su principal función y debido a su nula selección para la producción de carne y leche, ligado a que no eran mantenidas por ganaderos, sino por agricultores y carreteros que ya no las necesitaban, hizo que su censo cayera drásticamente. En 1955 había unos 15.000”, asegura Ismael Ramal.

“Las principales amenazas son que no existe la necesidad de utilizarlas para labor y su poca especialización para la producción cárnica. En la actualidad, además de innecesario por la existencia de maquinaria ultraespecializada, la aptitud de trabajo suele estar mal vista por la sociedad, que lo asocia a maltrato animal, nada más lejos de la realidad. Estos animales han sido utilizados durante siglos con este fin y están totalmente acostumbrados al trabajo, manteniendo esta función, aunque sea de forma anecdótica, podemos mantener una cultura asociada al territorio y podemos enseñar a las generaciones futuras cómo se vivía y trabajaba en el pasado”, argumenta el director técnico de AVAMUR.

 

La iniciativa AVAMUR

En el 2019 realicé mi trabajo fin de grado sobre la situación de la raza, buscando por todas sus comarcas de distribución pude conocer a los ganaderos que desde hacía décadas mantenían a los animales de forma romántica para utilizarlos en enganche y a algunos de ellos que acababan de adquirir animales con la intención de darle un enfoque más productivo a esta raza. Pude ver la triste realidad de la raza que parecía abocada a la extinción total, encontrándose ya muy cerca de la misma, por lo que decidí comenzar un doctorado e intentar su recuperación” nos explica Ramal, quien muestra una gran pasión y de sus palabras se desprende una gran capacidad y convencimiento para luchar e intentar revertir la situación.

Está claro que no se trata de una tarea sencilla y de que su meta última es sobradamente ambiciosa: “El objetivo principal de la asociación es la conservación de la raza murciano-levantina y de las tradiciones y cultura asociada a la misma. Para conseguir esto, debemos dar a conocer a la sociedad actual la raza, aumentar el número de ejemplares y de productores, hasta conseguir que haya una oferta de producto producido por la raza y finalmente se establezca un mercado que rentabilice su crianza, este es el único escenario que puede hacer que una raza se conserve a largo plazo, su rentabilidad. Todo esto, lo tenemos que conseguir sin olvidar el otro objetivo mencionado, mantener la cultura asociada a la raza, enseñando a la población y manteniendo, aunque sea a modo demostrativo, la funcionalidad de trabajo de la raza”, apunta Ismael.

 

Diego “El Platero” (Macael), último carretero de las canteras hasta 1968
Diego “El Platero” (Macael), último carretero de las canteras hasta 1968 / D.A.

Valor cultural, histórico y ecológico

“La raza fue tan importante en la zona que podríamos decir que es una de las responsables de que podamos considerar el sureste peninsular como la huerta de Europa. La gente suele sorprenderse cuando les hablamos de una raza bovina de esta zona, debido al concepto de las vacas que tenemos hoy en día, animales de producción de leche o carne, criados en zonas húmedas con gran cantidad de pastos, características poco comunes por aquí. Sin embargo, la función principal de esta raza que se ha seleccionado y criado durante milenios era el trabajo, lo que más se aprovechaba era su fuerza motriz. Estos animales no eran mantenidos por ganaderos, sino por agricultores y carreteros, para utilizarlas en la labor de la tierra y en el transporte de mercancías respectivamente”, explica Ramal.

Además, añade y sitúa geográficamente a esta raza en el mapa del territorio español en general y, del almeriense en particular: “En el caso de la agricultura, eran utilizadas en las zonas de minifundios de regadío asociados a las vegas de los ríos Almanzora, Guadalentín y Segura, apareciendo en cada una de las zonas de distribución una de las antiguas variedades de la raza (Almanzoreña, Lorquina, Calasparreña o Serrana y Huertana o Murciana). Estas vacas, eran las mejores compañeras de los agricultores y decimos que ayudaron al desarrollo hortícola de su zona, porque eran alimentadas con los subproductos de la producción a un coste prácticamente nulo en muchos casos, producían terneros que eran vendidos generando un ingreso extra para sus propietarios y también producían estiércol de gran valor como abono para los cultivos. Por otro lado, en el ámbito del transporte se solían utilizar machos enteros o castrados, toros o bueyes y cabe destacar en la zona de Almería el transporte de mármol hacia regiones cercanas e incluso hacia la capital del país”, añade.

 

Veterinarios, claves en el futuro

AVAMUR se centra en la actualidad en fijar el patrón racial y aumentar el número de ejemplares, para poder alejar a la raza del riesgo de extinción: “Para ello hemos comenzado a genotipar los animales, para poder utilizar criterios genéticos además de morfológicos en la selección de los mejores reproductores. Además, vamos a comenzar a utilizar técnicas de biotecnología de la reproducción, queremos aumentar la cantidad de dosis seminales y embriones en el banco de germoplasma para asegurar la supervivencia de la raza en el futuro. También queremos generar embriones para transferirlos en vacas de otras razas y conseguir más animales de la raza murciano-levantina en menor tiempo de lo que conseguiríamos con la reproducción natural. Para todo ello, la función de los veterinarios es y será clave”, asegura Ismael Ramal.

No son pocos los interrogantes que se plantean para el futuro y la supervivencia de esta raza, entre ellos, plantear si es posible rentabilizarla: “El futuro, sin duda, estará en la producción cárnica, aunque no produzca una gran cantidad, si es de gran calidad. Algunos de los beneficios de la raza son su adaptación al cálido clima de la zona, mucho más difícil para otras, así como su adaptación a un alimentación grosera y cambiante. De esta manera, podemos encontrar dos formas de producción, por un lado, aprovechando pastos que antes eran aprovechados por la cabaña ovina, cada vez de menor censo, y por otro lado, pueden ser alimentadas en las zonas de producción agrícola con restos hortícolas, transformando en carne lo que de otra forma sería desperdicio, contribuyendo a una economía circular de proximidad y sostenible”, señala el director técnico de AVAMUR.

Por su parte, Paco, el último guardián de esta raza en Almería, pues cuida de los dos únicos ejemplares en la provincia, mantiene un cierto aire de optimismo con respecto al futuro: “Ya no son necesarias para la tarea que realizaban en el pasado debido a la maquinaria, para preservar la raza es necesario incrementarla, es una cuestión de perseverancia y de encontrar un hecho diferencial. Mientras haya personas como Ismael, la raza perdurará”, concluye con esperanza Paco.

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