Los nuevos ‘vecinos’ de Bacares son un reclamo turístico de cuento
La original Bienvenida al otoño
El Ayuntamiento ha continuado con la exitosa iniciativa que ya puso en marcha el año pasado
Cada calle está decorada con espantapájaros que cuentan su historia a través de códigos QR
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Bacares/¿Conoces a los nuevos vecinos que han llegado a vivir a la localidad de Bacares? Con la llegada del otoño, una peculiar familia se ha establecido en el pueblo por segundo año consecutivo. Comenzaron a llegar en los primeros días de octubre y son ya hasta 27 miembros. Sólo con su presencia alegran la vida de la pequeña villa. Decoran rincones, plazas, calles, la puerta del colegio y del consultorio médico, las entradas de los distintos establecimientos hosteleros y gastronómicos e incluso de la farmacia..., e invitan a sentarse con ellos para fotografiarse e incluso charlar sobre los frutos de esta temporada. Frutos que exhiben con gracia y elegancia: membrillos, castañas, nueces, almendras, selvas, madroños..., y cómo no, preciosas y variopintas calabazas con las que en estos días se cocinan suculentas recetas.
Pasear por las calles de Bacares en estos meses de otoño es como trasladarse a un mundo mágico donde ni el tiempo ni las prisas tiene cabida. Es adentrarse en un auténtico cuento de fantasía en el que la vida de niños y mayores se fusiona con sorprendentes personajes, espantapájaros, cada uno con su historia. Códigos QR en cada bodegón enseñan a los curiosos el por qué de su presencia en Bacares, la historia de su creación, de su pasado y su presente.
Una familia de 27
Una original familia de 27. José Luis, Sandalia, Chispas y Don Encanto, Pascual, Realero, Anaraida, Sandalio, Corralito, Familia Mexicana de Bacares, Pepito y Pepita, Blas y Anica, Perico el regaor, Chenoa y Bisbal, Pipo y Pipa, Popi, Anacleta, Nicolás y Felicidad, Goleora, Rafael el Cordobés, Guarda ríos, Fantasmas de la calle de San Juan, Familia Ventura, Hornero, Paco el agricultor, Margarita y Navila... son algunos de los personajes de cuento que protagonizan el otoño de Bacares. Si quieres conocerlos y fotografiarte con ellos, estarán hasta diciembre. En Navidad emigran hasta el año siguiente.
Recorrer el itinerario para no perderse ni un solo escenario es deleitarse, además, con olores tan extraordinarios como los de una noguera junto al río que deja caer nueces al paso de la gente para que prueben y se diviertan, los de una cocina a fuego lento (en ocasiones hasta a fuego vivo de lumbre) para elaborar recetas tan tradicionales como la fritá de calabaza con pimientos asados, chorizo y magra; tartas y guisos en los que se combinan los ingredientes que ahora se están cosechando...
La original forma que tienen los bacareños de decorar sus calles para dar la bienvenida al otoño se ha convertido en un reclamo turístico. Son cientos de personas las que cada fin de semana se decantan por visitar este pueblo de Almería, en pleno Valle del Almanzora, denominado ‘La Perla de Los Filabres’. Cada vecino ha contribuido con la elaboración de alguno de los personajes protagonistas y, sobre todo, han sido las mujeres las que han aportado el mayor trabajo a esta causa que ya el año pasado tuvo un éxito asombroso. Ellas también ha sido las encargadas de poner nombre a cada espantapájaros, de ubicarlo en un rincón determinado y de inventar la historia de cada uno de ellos. El Ayuntamiento ha editado una guía en la que se recogen sus nombres y sus ubicaciones, además de una breve explicación de la iniciativa y de los encantos del municipio que no pueden dejar de visitarse, como el castillo que se erigen en mitad del pueblo, el Santuario del Santo Cristo del Bosque, la ermita, el cerro de Nímas (más conocido como Tetica), Calar Alto o las rutas senderistas.
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