Hasta siete narcolanchas se resguardan de la climatología adversa en la playa de Genoveses
Frontera Sur
A plena luz del día, permanecen cerca de la orilla con estas embarcaciones que son "género prohibido" sin que el servicio marítimo de Guardia Civil pueda intervenir por el fuerte oleaje
"No podemos abordar una narcolancha a 60 nudos, somos guardias civiles, pero no suicidas"
Más de 52.000 inmigrantes llegan en patera a la costa almeriense en la última década
David contra Goliat se enfrentan en el mar de Alborán
El fuerte temporal de viento y oleaje ha obligado a las narcolanchas que vienen operando a mar abierto entre el norte de África y en el extremo oriental del sureste peninsular a buscar refugio en determinados puntos del litoral almeriense, aprovechando que no es temporada de baño y hay menor afluencia de personas en la zona para que no se genere una alarma pública, sobre todo después de lo ocurrido en una situación similar en el puerto de Barbate. Los narcos tampoco se esconden ni ocultan en calas remotas y durante el fin de semana a consecuencia de la climatología adversa se les ha podido captar (hay imágenes y vídeos) a plena luz del día resguardándose en la playa de los Genoveses desde la que han ido rotando hacia otros lugares cercanos como Loma Pelada y Punta Polacra en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar.
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Almería no ha podido intervenir porque las embarcaciones se quedan en tierra cuando las condiciones del mar no acompañan y tampoco hay posibilidad de abordaje por parte de las unidades de seguridad ciudadana desde la costa. Eso sí, fuentes del Instituto Armado han confirmado que han iniciado una investigación empleando medios aéreos para tratar de identificar a los ocupantes. Según ha podido conocer este periódico, las embarcaciones fueron avistadas este sábado al mediodía por uno de los radares de la red del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE). Estas narcolanchas, con independencia de que en el momento de resguardarse no transporten ningún cargamento, siguen siendo "género prohibido" y deben ser intervenidas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Una planeadora en Punta Entinas-Sabinar
A la provincia están llegando planeadoras de hasta 15 metros de eslora que vuelan a 60 nudos con cuatro motores de 300 caballos de vapor cada uno con patrones temerarios que ponen en peligro su vida y la de cualquiera que se cruce en su camino. Cuando se produce una operación policial, normalmente por avería, accidente o porque se quedan sin combustible porque es casi imposible interceptarlas en altar mar, son incautadas para su traslado a un depósito judicial concesionado en Jaén. La consignación del combustible de los petaqueros, un negocio al alza principalmente en los municipios del Poniente consistente en el abastecimiento de combustible y avituallamiento de los patrones en alta mar, se tramita a través de una empresa de Córdoba tras la correspondiente autorización del Servicio de Vigilancia Aduanera que complementa a la Guardia Civil en su batalla contra el narcotráfico por vía marítima.
Hace tan solo unos días era localizada una de las planeadoras de las mafias internacionales de tráfico de drogas y transporte de inmigrantes en la reserva natural de Punta Entinas-Sabinar, cerca de la Torre de Cerrillos. Una grúa de grandes dimensiones se encargaba de retirarla de la orilla en la que permanecía encallada tras una operación policial y subirla al camión para su transporte al depósito habilitado en Jaén ante el desconcierto generalizado de decenas de paseantes que frecuentan este privilegiado enclave de la costa almeriense. Las mafias están incrementando su medios y presencia en Almería ante el incremento de seguridad de los últimos años en el Estrecho.
Triple negocio de las mafias
David contra Goliat se enfrentan cada día en el mar de Alborán en una batalla desigual en la que las mafias internacionales de tráfico ilícito de drogas y personas, cada vez más asentadas en la costa almeriense, cuentan con un recursos ilimitados frente a un Servicio Marítimo de la Guardia Civil sin apenas medios aéreos, con personal bajo mínimos que sólo da para una tripulación y una flota arcaica. Las mafias africanas se lucran del triple negocio del transporte de inmigrantes, tráfico de drogas y logística (petaqueo). En cada trayecto de una planeadora de las que llegan desde Nador viajan entre 40 y 50 inmigrantes de media, que llegan a pagar hasta 15.000 euros por pasaje, o se cargan en torno a 3.500 kilos de hachís.
Los pilotos, encapuchados porque empiezan a entrar en escena las redes españolas, llegan a embolsarse hasta 50.000 euros por trayecto, 35.000 al 'gepero' que es la persona que controla el GPS. Cruzan el mar de Alborán en dos o tres horas, se acercan al litoral y descargan el pasaje en dos minutos, a veces de manera brusca y violenta, para internarse de nuevo en alta mar. Graban con el móvil el desembarco y envían los vídeos a los responsables para que se certifique que han entregado el “paquete” en Almería. La cadena de delincuentes tiene tres roles bien definidos: los que se encargan de labores de logística y gestión de embarcaciones, los que llevan a efecto las travesías y los que están en un plano superior y son organizadores y cabecillas.
Un problema social en el Poniente
El petaqueo comienza a ser un problema social en el Poniente. Según han reconocido fuentes de la investigación policial, se está agravando por la mayor implantación de estas redes clandestinas entre la población de municipios como Adra. En ese puesto de la Guardia Civil ya han sufrido represalias algunos agentes cuando estaban fuera de servicio. Son "empresas" que se dedican abiertamente a ese negocio y ni siquiera se esconden. De hecho, hay más de una identificada con un amplio historial de operaciones delictivas e incautaciones que permanecen en vigilancia con una actividad bajo sospecha que no cesa.
Los ayuntamientos de El Ejido y Adra vienen reclamando más medios materiales y humanos en los últimos meses a la Subdelegación del Gobierno alegando la alarma social creciente entre sus vecinos. La playa abderitana de Guainos va camino de convertirse en la dársena de un puerto comercial de la clandestinidad en la que atracan cada pocos días varias pateras que desembarcan a decenas de inmigrantes que se introducen en la península de forma irregular sin apenas control y oposición por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El litoral del Poniente es el principal foco de la irrupción de las narcolanchas que están alternando el hachís con el tráfico de personas desbordando por completo las capacidades del servicio marítimo y también de los dispositivos terrestres que tienen que volcarse en la respuesta a las avalanchas migratorias y aparcar el resto de los competencias de la seguridad ciudadana.
Operaciones policiales al alza
A pesar de la supremacía náutica de estas redes internacionales con estructuras consolidadas en los países de origen y destino y con presupuesto ilimitado para fletar planeadoras de última, los agentes de Guardia Civil y Policía Nacional mantienen un estrecho control y seguimiento de todos sus movimientos y, a veces, suena la flauta y acaban sentando en el banquillo de los acusados a los que sacan rédito económico de la desesperación de las personas que sueñan con una vida mejor al otro lado del Estrecho. Entre los años 2018 y 2023 han sido más de medio millar de pateristas y colaboradores necesarios de los flujos clandestinos de personas desde África arrestados en actuaciones en la provincia, según los datos facilitados a este periódico por el Ministerio del Interior.
La Guardia Civil desarticulaba el pasado verano uno de los grupos más violentos dedicado al tráfico de hachís en la provincia, deteniendo a 31 personas, del clan del Rifeño, entre las que se encontraba el propio líder del grupo y sus principales cabecillas. Fueron incautados 3.055 kilos de hachís, 30 vehículos y tres narco-embarcaciones, además de pistolas, chalecos antibalas, cócteles molotov y cadenas de pinchos para neutralizar los vehículos policiales. En los últimos meses del año, personal del Instituto Armado viene realizando un dispositivo especial de seguridad para prevenir y perseguir el transporte irregular de combustible para embarcaciones en el alta mar en los municipios del Poniente con varias detenciones e incautaciones. Entre las operaciones más importantes del último año, además de la del clan del Rifeño, destaca 'Amplio' con la detención de 10 personas que empleaban cuatro barcos como gasolineras flotantes.
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