Vamos de música (V). Enrique Granados, se quedó en aguas internacionales
Música
El célebre autor tuvo una vida repleta de emociones y peligros hasta su defunción en 1916 cuando un submarino hundió el buque en el que viajaba
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El compositor Enrique Granados y su esposa, Amparo Gal y Lloberas, morían el 24 de marzo de 1916 en las aguas del Canal de la Mancha. Fueron víctimas colaterales de la I Guerra Mundial. El barco en el que viajaban, el Sussex, en esos momentos con bandera francesa, realizaba el recorrido entre Folkestone y Dieppe cuando fue torpedeado por un barco alemán que creyó que se trataba de un buque de guerra. El barco sufrió graves daños en la popa, donde se encontraba el camarote del compositor, aunque ni este ni su mujer estaban en él en el momento del impacto. Algunos testigos aseguraron haber visto al músico saltar a la lancha de salvamento cuando se percató de que su esposa se encontraba en el agua. La confusión reinó durante varios días sobre el total de víctimas (entre 80 y 100) y sobre el paradero del famoso compositor.
Enrique Granados regresaba de Nueva York, donde acababa de estrenar en el Met su ópera “Goyescas”. El éxito provocó que el presidente Wilson le invitara a la Casa Blanca, lo que obligó al compositor a cambiar los billetes de su vuelta, prevista en un barco que viajaba directo a España, por otro con un trayecto que le obligaba a hacer escala en el Reino Unido (algunos amigos le advirtieron del riesgo que representaba ese viaje). Aquel cambio de planes desencadenó su dramático final.
Enrique Granados Campiña fue un destacado compositor español que nació en Lérida en 1860. A lo largo de su vida, Granados dejó un legado musical importante. Su música, influenciada por el romanticismo y el nacionalismo español, ha perdurado a lo largo de los años y sigue siendo apreciada por su belleza y emotividad.
Si bien Granados tuvo iniciativas orquestales, aunque su verdadera fortaleza estaba en la composición para piano. Dejó más de trescientas obras para este instrumento, incluyendo una amplia variedad de danzas y valses. Su estilo musical se caracteriza por una estética neorromántica, influenciada por compositores como Schumann y Grieg. Granados supo capturar la esencia del folklore español en sus composiciones, creando melodías emotivas y evocadoras.
La aportación de Granados a la actividad musical de nuestro país y en especial de Barcelona se hace patente a través de múltiples actividades, comenzando por su interpretación como pianista, la colaboración con entidades musicales como la Sociedad Catalana de Conciertos, la dirección de la Sociedad de conciertos Clásicos y también con la dirección artística a la Asociación de Música da Camera. Además, cabe destacar el fuerte vínculo que sentía con el Orfeó Català, con el que colaboró en muchos conciertos y en otras actividades de la entidad. Tampoco podemos olvidar el impulso que dio a la pedagogía musical, y especialmente en la técnica del piano, con la creación de la Academia Granados. Y, finalmente, la no menos importante, valiosa y singular aportación musical en el campo de la composición, que tiene su culmen en la gran obra “Goyescas”.
Tras su fallecimiento en el Canal de la Mancha, Granados fue admitido, además de como compositor nacionalista, como autor romántico y ensoñador. Se dijo de él que era un poeta capaz de ofrecer páginas sin grandes alardes armónicos, delicadas y netamente populares, en las que se ofrecía «el eco de un corazón que hablaba sin adulaciones ni amaneramientos, sin prejuicios ni concesiones, en un momento de expansión pura, para mostrar que su lenguaje es más elocuente aún que el de cerebro cargado con fórmulas y con recetas»31. Esa imagen romántica, envuelta de un hálito de genio compositivo, se puede observar en los retratos que se le dedican, como el realizado por el figurinista Néstor, publicado en 1914.
“Goyescas”
Es una ópera en un acto y 3 cuadros, con libreto en español de Fernando Periquet. Sus melodías fueron tomadas de su suite para piano del año 1911. Se inspiró en diversos cartones para tapices de Goya. Ahora bien, los temas musicales verdaderamente goyescos son los populares, me refiero a tapices y telas en las que los instrumentos despliegan su sonoridad al aire libre. Así se pueden citar "El baile a orillas del Manzanares", "El ciego de la guitarra", etc.
Situamos a Goya en una época de cambios trascendentales: En el momento de su nacimiento, el absolutismo estaba en pleno auge. Cuando muere, triunfan los nacionalismos. Culturalmente, el romanticismo se abre paso dejando atrás el período rococó y neoclásico. En el terreno musical, Goya nació cuando aún vivían Bach, Vivaldi y Haendel; a su muerte, maestros como Beethoven y Schubert ya se habían ido. Verdi y Wagner, forjaban por aquel entonces sus carreras. En resumen, en cualquier aspecto advertimos mundos radicalmente opuestos.
El mismísimo pintor, como creador oscilaría en su caminar pictórico entre los desenfadados “cartones” para tapices y los agrios aguafuertes, hasta sumirse en las inquietantes tinieblas de las “pinturas negras”: "Caprichos", "Disparates", "Desastres de la guerra" y las famosas "Pinturas negras".
Goya es el artista de las mil caras: Es el pintor de la nobleza en sus salones, y círculos aristocráticos; retratista de monarcas y actrices de farándulas; de gobernantes y validos; del pueblo disfrutando en los ambientes campestres; de majos y majas enamorados y galanteadores; de intelectuales y filósofos del período de la Ilustración; de la esfera costumbrista y poses palaciegas...
En relación con “Goyescas”, el propio Granados escribió: «Estoy enamorado de la psicología de Goya, de su paleta, de su persona, de su musa, la duquesa de Alba, de las disputas que sostenía con sus modelos, de sus amores y lisonjas. Ese rosado blancuzco de las mejillas, que contrasta con el matiz del terciopelo negro; esas criaturas subterráneas, las manos de nácar y jazmín reposando sobre los abalorios, me han poseído.»
La ópera “Goyescas” del maestro Granados ha sido una obra desconocida durante muchos años, aunque su Intermezzo sea uno de los momentos más celebrados de la música clásica española. Hasta los años noventa del pasado siglo, sólo se conocía una versión orquestal que Granados no pudo revisar.
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