Un municipio sencillo y trabajador, con un gran potencial agrícola

la ruta de los 102 | antas

Culturalmente, Antas posee un patrimonio de incalculable valor arqueológico La naranja antusa es muy apreciada internacionalmente y se exporta a numerosos países

Bendición oficiada por el Obispo de Almería de la Ermita restaurada.
Bendición oficiada por el Obispo de Almería de la Ermita restaurada.
Ricardo Alba

12 de enero 2014 - 05:01

La enorme actividad volcánica de la zona en el periodo Cuaternario junto con los sedimentos depositados por el río Antas es el origen de la fértil vega antusa de tal modo que los romanos (200 a.C. al 500 de nuestra era) instalaron algunas villas en la cuenca de Vera a orillas de los ríos Almanzora, Aguas y Antas, desarrollando notablemente la agricultura. Sin embargo, la villa de Antas es mundialmente conocida por ser la cuna del asentamiento del Argar, la cultura argárica, que toma su nombre del yacimiento situado cerca de Antas, es el período de referencia para la Edad de los Metales en la Península Ibérica. El Argar fue la primera sociedad conocida en la Península que tuvo una organización política parecida a una forma de estado, con un desarrollo importante de la metalurgia.

Durante la época musulmana la vega del río Antas formó parte de Vera, que, según el geógrafo del siglo XI Al-Udri, se extendía desde Valencia hasta la Mesa Roldán. El nacimiento del actual pueblo se produce con la conquista castellana por los Reyes Católicos de la comarca de Vera a finales de la primavera de 1488. Las capitulaciones pactadas obligaban a los moros de la ciudad de Vera a partir a África o a ir tierras adentro. Por autorización de Garcilaso de la Vega, primer alcaide de Vera, unas cincuenta familias de mudéjares se trasladaron a los fértiles campos del rio cercanos a la ciudad de Vera, dando origen al Lugar de Anmtas (Anta, vasija), Lugar de las Vasijas, actual pueblo de Antas, asentándose y formando una aljama con autogobierno municipal, dependiente de Vera.

En un gran salto hasta las primeras décadas del siglo XX, se produce un nuevo aumento de la población coincidiendo con la inesperada intensificación de la actividad minera en Cuevas y Bédar, al ponerse en marcha la compañía de desagüe de las minas y con el inicio de la plantación de agrios en las zonas de regadío de Antas.

Y ahora, en otro salto, este hacia atrás, Antas se convierte en el centro prehistórico en la Edad del Bronce, con el asentamiento del Argar , que da nombre a la cultura Argárica que se desarrolla en el Sudeste entre 1900 a.d.C y el 1300 a.d.C, según los estudios de Luis Siret y su capataz Pedro Flores . La zona arqueológica de El Argar y La Gerundia comprende dos yacimientos que se sitúan en dos cerros en la margen izquierda del río Antas separados por una pequeña vaguada, lo que justifica su declaración en una única zona arqueológica. Desde su descubrimiento y posterior estudio y publicación por Luis Siret, los dos yacimientos incluidos en esta zona arqueológica han sido esenciales en la investigación sobre la Prehistoria reciente de la Península Ibérica. El Argar da nombre a una de las culturas más importantes de la Edad del Bronce en Europa. Su definición y sistematización se hizo a partir de las excavaciones llevadas a cabo fundamentalmente en este yacimiento por los citados arqueólogos. La Gerundia, por su parte, es un asentamiento del Neolítico final con una fase de tránsito hacia el Calcolítico. Esta ubicación cronológica de tránsito al comienzo de la Edad de los metales, le otorga un enorme interés para el conocimiento de esta fase cultural.

Actualmente, Antas es un municipio de aproximadamente 3.500 habitantes censados, con un futuro que deben trabajar sus jóvenes vecinos. Se han sabido adaptar a los nuevos tiempos y a la nueva economía sin perder nunca sus raíces, las de un pueblo sencillo, honesto y trabajador y que actualmente es un punto de referencia para muchos otros pueblos, muestra de ello es que se ha conseguido lo que en muy pocos pueblos sucede: frenar la emigración e invertir ese movimiento. Los jóvenes encuentran una oportunidad de realizar aquí sus aspiraciones y no necesitan el irse a las ciudades. Desde el Ayuntamiento antuso afirman que "con la ayuda de todos estamos intentando mejorar poco a poco algunos aspectos que siempre van encaminados al futuro, construyendo para mejorar el servicio a sus habitantes". Antas, un municipio con olor a azahar, con fiestas y romerías tradicionales, y la Ermita de la Virgen de la Cabeza, restaurada y recientemente bendecida por el Obispo.

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