El municipio rinde homenaje a su paisana más ilustre, María García

El municipio de Albanchez ha preparado para el próximo sábado un acto homenaje a su paisana más ilustre, María García Torrecillas, que fallecía el pasado lunes a los 97 años de edad en Monterrey (México). Una mujer que nació en este pequeño pueblo del Almanzora allá por el año 1916 y que es conocida por su gran labor humanitaria a favor de cientos de exiliadas republicadas y muchas madres, especialmente judías y polacas, que eran buscadas por los nazis en la maternidad de Elne, en el sur de Francia. Por una vida llena de penurias y sufrimiento, marcada también por la historia de España.

Precisamente por esa vida de entrega ha recibido numerosas distinciones; es Hija Predilecta de la Villa de Albanchez, Medalla de Oro de Cruz Roja España o la Medalla de Oro de Andalucía que recibía a sus 92 años, momento en el que volvió desde México a su pueblo, después de tantos años de exilio.

El próximo sábado los albancheleros y albancheleras le rendirán un homenaje "porque personas como ella no pueden quedar en el olvido, por el contrario, deben estar en la memoria de todos y especialmente de los más jóvenes" explica el alcalde de Albanchez, Francisco Martínez.

El acto se llevará a cabo a las doce del mediodía en el Espacio Escénico Rafael Alberti de Albanchez, donde está previsto que Carmen González Canalejo, profesora de la UAL de Educación, Enfermería y Fisioterapia, junto a María del Carmen García, sobrina de la homenajeada y el propio alcalde de la localidad, hagan un repaso por la vida de esta ilustre albanchelera. Un repaso por la historia de España y la vida de muchos almerienses durante la guerra y la posguerra, que correrá a cargo del Catedrático de Historia Contemporánea, Fernando Martínez López y la intervención de Martirio Tesoro Amate, ex senadora socialista.

Se espera la asistencia de numerosos vecinos que harán un recorrido por su vida, desde que viaja con tan solo veinte años a Barcelona para trabajar en el textil poco antes de que estallara la Guerra Civil, y más tarde tener que huir a Francia y permanecer en campos de concentración incluso estando embarazada. Su relación con Elizabeth Eidemberg, una enfermera suiza que montó un hospital maternal en Elde, donde finalmente da a luz y trabajará ayudando a cientos de parturientas españolas de los campos de concentración y a muchas mujeres judías polacas que huían de la implacable persecución de los nazis que comenzaban a invadir el país galo.

De allí con su hijo pequeño hasta México, siguiendo los pasos de su marido. Crió sola a su hijo y siguió ayudando a parir exiliadas españolas. Siempre quiso ser enfermera. Dicen de ella que fue una mujer valiente y con coraje, que supo plantarle cara a la vida a pesar de las dificultades.