Y la muerte llegó por mar: el bombardeo naval alemán de Almería (III)

31 de mayo de 1937

La capital fue bombardeada por una escuadra compuesta por cinco buques de guerra alemanes

Almería bombardeada

Y la muerte llegó por mar: el bombardeo naval alemán de Almería (II)
Y la muerte llegó por mar: el bombardeo naval alemán de Almería (II)
José Luis Martín - Marino Mercante

02 de junio 2024 - 06:00

Como la altura de los cañones principales sobre el nivel del mar era de 10 m (con éstos en disposición totalmente horizontal, es decir con ángulo de 0º), el acorazo podía alejarse sin mayor inconveniente a una distancia de 6,1 millas (unos 11,3 km) para proceder al tiro de “punto en blanco”. Sin embargo, para asegurar la concentración del fuego contra un punto tan pequeño como el que representa una ciudad vista desde el mar, el “Scheer” se alejó a una distancia de unos 1500 m; entonces, ajustó su velocidad a 2 nudos y se colocó paralelo a la línea de costa.

Su escolta queda tras él para cubrirle el lado del buque que da a mar abierto. El joven soldado José Miguel Naveros también vio la escena: “Al principio, los barcos se pasearon junto a la playa y yo, y como muchos, vimos ondear la bandear alemana. No hacía falta telémetro. Luego se retiraron para bombardear”.

Torre triple de proa del “Scheer” en su alineación proa-popa
Torre triple de proa del “Scheer” en su alineación proa-popa

Acto seguido giró sus cañones a 90º apuntando contra la ciudad sin ángulo de elevación y en ese momento, a las 06:30 horas, abrió fuego. En la primera salva abrió fuego toda la artillería de la banda de estribor: los 6 cañones de 28 cm, los 4 de 15 y los 2 de 8,8 cm; los destrozos de la parte litoral de la ciudad fueron tremendos, alcanzando las instalaciones portuarias y cualquier barco que se encontrase en el puerto, así como los barrios de Pescadería y Rambla de La Chanca, la iglesia de san Roque, dos hoteles, un banco, el mercado, la escuela de artes, la estación de ferrocarril y el edificio de la Cruz Roja Internacional; todos comprendidos a una altura sobre el nivel del mar de unos 10 m.

La cadencia de tiro de los diferentes cañones se hizo de tal modo que los disparos eran continuos, puesto que mientras se recargaban las 6 piezas de 28 cm cada 2 minutos con proyectiles de 300 kg, los cañones laterales de 15 cm y los también laterales de 8,8 cm disparan de forma alterna entre ellos, pero continua en su conjunto al ser sus cadencias de 1 minuto y 45 segundos respectivamente. Avanzados unos 123 metros, a las 06:32 horas abrieron fuego de nuevo los 6 cañones principales, situación que se repitió ininterrumpidamente hasta las 06:44 horas.

Torre triple de proa girando a babor con cañones en elevación
Torre triple de proa girando a babor con cañones en elevación

A esa hora, los 12 cañones cambiaron de elevación pasando ahora a una nueva positiva de 1º, alcanzó a edificios de altura media como el Ayuntamiento y la Catedral. Ahora comenzó la tercera salva en forma de abanico por el escaso giro de la orientación horizontal de las dos torres principales, alcanzando a los edificios de altura media de la ciudad como el Ayuntamiento y la Catedral. Tras comprobar la eficacia de las primeras andanadas por medio de los telémetros de las tres direcciones de tiro de la artillería y tras haber recorrido 1543 m, a las 06.45 h el “Scheer” cambió de rumbo virando 180º para regresar sobre su estela y preparar un nuevo bombardeo con los cañones de la banda contraria de babor, en donde ya estaban preparados los 4 cañones de 15 cm y los 2 de 8,8, girando las dos torres principales para orientarlas de nuevo contra la ciudad.

Juan López Felices:

“entonces, el barco se dio la vuelta, posiblemente porque los cañones estarían muy calientes”….

Acto seguido, abrió fuego una nueva salva con los cañones en elevación de 2º, alcanzando ahora las partes altas como la Plaza de Toros, Hoyo de los coheteros, Cruz de Caravaca, el cementerio y la iglesia de san Sebastián.

Salva de la tercera torre doble de popa con cañones en elevación
Salva de la tercera torre doble de popa con cañones en elevación

Tras 20 interminables minutos, a las 06.50 h cesó el fuego de barrera; con la incipiente claridad del amanecer y con la excepcional visión a través de los prismáticos y telémetros, el “Scheer” comprobó el alcance de su bombardeo y decidió alcanzar unos últimos objetivos. Entonces, a las 06:50 h abrió fuego intermitentemente con salvas completas cada 2 minutos, con los 6 cañones de 28 cm hasta las 07:00 horas. El conteo de los disparos fue el siguiente:

  • 94 disparos de proyectiles de 28 cm
  • 100 disparos de proyectiles de 15 cm
  • 48 disparos de proyectiles de 8,8 cm.

En total 242 disparos.

José Miguel Naveros fue testigo de excepción; ese día prestaba servicio como soldado en Intendencia Pesquera, que abastecía de pescado al Ejército del Centro:

Los barcos alemanes entraron en la bahía por poniente, Cabo de gata y se colocaron con su aspecto siniestro, tras acercarse a la playa, a unas cinco o seis millas. Empezó el bombardeo por la parte baja de la ciudad, puerto, pescadería, rambla de La Chanca, iglesia de San Roque y en forma de abanico por toda ella. Las últimas andanadas del bombardeo tocaron a la parte alta de la ciudad: plaza de toros, Hoyo de los coheteros, Cruz de Caravaca y aledaños del cementerio. En el puerto, un submarino (el autor lo desconocía, pero se trataba del “B 2”) se corrió a la escollera de poniente para no hacerse visible y un carabinero cayó herido. Anduvo unos minutos fantasmagóricamente. En la Plaza del Ayuntamiento, saliendo a la calle de Almanzor, un proyectil decapitó a un inspector de la Guardia Municipal. El hombre, llamado Pío, dio unos pasos sin cabeza. Hubo infinidad de proyectiles que no explotaron (quizá sea cierto que los obreros alemanes boicotearon al principio el régimen de Hitler y la guerra de España). Uno de dichos proyectiles atravesó tres casas, quedando alojados en los sótanos del Hotel Inglés. Tenía un metro de longitud, era del calibre 28,1 y llevaba grabadas las águilas imperiales. No fue este obús el único que no explotó, sino que hubo muchos otros más. No es cierto, como informó la Prensa local y nacional y como se afirmó en los partes oficiales, que las baterías de costa dispararan durante el bombardeo contra los barcos alemanes. Almería estaba casi indefensa y, sin embargo, cuando la Escuadra nazi se retiraba ufana de su hazaña, una pequeña batería que había sido instalada en san Telmo disparó, pero dudamos de que la flota hitleriana se enterase”.

Mapa marítimo con la cronología del bombardeo de Almería
Mapa marítimo con la cronología del bombardeo de Almería

Almería quedó arrasada; el primer recuento de víctimas efectuado a las 12.00 h dio como resultado el de 19 muertos y 55 heridos con 37 casas completamente destruidas (horas más tarde el diario “Times” de Londres ya hablaba de 47) y más de 100 con desperfectos de consideración. Un proyectil cayó sin estallar en la Catedral y otro en la iglesia de San Sebastián y entre los escombros y ruinas de los edificios se encontraron numerosos proyectiles en igual situación. Uno de dichos proyectiles atravesó 3 casas quedando alojado en los sótanos del Hotel Inglés; era del calibre 28 y de casi 1 m de longitud, con unas pequeñas marcas de águilas imperiales grabadas en el obús.

Pudo ser que esa munición no hubiera hecho explosión por estar la espoleta o la carga explosiva caducada ya que esas marcas de las pequeñas águilas imperiales indicaban que era armamento antiguo, probablemente procedente del desguace de 1928 de 2 viejos acorazados alemanes supervivientes de la Primera Guerra Mundial, que empleaban esa misma munición. Tras el bombardeo, el “Scheer” junto con su escolta, viraron hacia mar abierto tomando un rumbo Suroeste en dirección a Punta Sabinal.

Torre triple de proa abriendo fuego
Torre triple de proa abriendo fuego

El Ministerio de defensa Nacional con sede en Valencia publicaba el siguiente comunicado a las 2 de la tarde: “El comandante militar de la ciudad envió al Ministerio de Defensa Nacional el siguiente comunicado: sobre las 5,30 de esta madrugada fui avisado de que por la parte de Cartagena venían un acorazado y cuatro destructores de nacionalidad alemana. A las 5,45 los buques ponían proa hacia este puerto, señalándose una distancia de 20.000 metros. Los barcos continuaron avanzando y a una distancia de 12 kilómetros, aproximadamente, observado por telémetro desde las baterías de costa, rompieron el fuego sin notificación o aviso sobre la población de Almería, sin perseguir dentro de ella objetivo concreto, pues sembraron de proyectiles todo el casco de la ciudad, calculándose en unos 200 los disparos hechos. La batería de costa contestó al fuego con unos sesenta disparos, siendo, al parecer, alcanzado por ellos uno de los destructores. A las 6,50 cesó el fuego de la escuadra, la cual se alejó lanzando una columna flumígera. El observatorio de la batería distinguió perfectamente los colores de la bandera alemana en los buques agresores. Estos hicieron su entrada por cabo de Gata hasta la altura de Roquetas, donde viraron para acercarse a Almería, poniéndose en línea de combate y cruzando la bahía. Al retirarse lo hicieron también por Cabo de Gata con rumbo a Levante. Se han derrumbado varios edificios, habiendo muertos y heridos, cuyo número todavía no se puede fijar. En este momento comienzan las labores de descombro. Un avión de caza que se ha elevado vio a la escuadra alemana al retirarse de Almería que navegaba con dirección a Melilla. Los buques alemanes hicieron también fuego sobre los bous que se dedicaban al rastreo de minas en el lugar donde hace días chocó con una un destroyer inglés “H 35”. Una de estas embarcaciones, para librarse de la agresión, embarrancó en la playa”.

Las repercusiones

Tras el bombardeo de Almería, Indalecio Prieto le propuso al Consejo de ministros proceder a un ataque aéreo contra los buques de la KM pertenecientes a la “Patrulla Naval de Control de No Intervención”. “En aquel Consejo yo propuse buscar a la flota alemana, autora de la agresión, en el puerto donde estuviera refugiada, fuese Palma, Pollensa, Ceuta, Cádiz o Málaga, donde se hubiese metido, y con la masa de aviones de bombardeo, que entonces teníamos en número considerable, realizar como represalia una agresión contra dicha Escuadra, aunque ello provocara la guerra y, por consiguiente, la conflagración europea. Era la proposición de un pesimista, de quien no veía posibilidad de ganar militarmente la guerra, porque media nación española o un tercio largo de la nación española luchaba con el resto del país y, además, con Portugal, con Alemania y con Italia, a todo lo cual había que sumar la indiferencia, cuando no la hostilidad, más o menos disimulada, del resto de Europa”

Esa propuesta produjo la alarma entre los dirigentes republicanos, principalmente en la persona del Azaña y particularmente en el embajador ruso Rosemberg que lo puso en conocimiento del Kremlin. De haberse llevado a cabo la propuesta de Prieto, la acción de represalia republicana hubiera desembocado irreversiblemente en una guerra abierta contra Alemania, lo que hubiera arrastrado a que Francia, Gran Bretaña y la URSS, se hubieran puesto de parte de la República. El presidente del gobierno, el socialista Juan Negrín y el presidente de la república Manuel Azaña rechazaron la idea por descabellada. Al día siguiente 1 de junio, la República se apresuró en explicar a la opinión pública el ataque contra Almería enviando a la prensa el comunicado oficial de la reunión del Consejo de Ministros del día anterior.

Se ha realizado contra España uno de los atropellos más brutales que registra la Historia. Jamás una ciudad de un país independiente y soberano, miembro de la Sociedad de Naciones, con la personalidad histórica de España, ha sido atacada como han atacado anoche los buques alemanes a Almería. El mundo civilizado no puede permitir semejante violencia. El pueblo español vibra de indignación y se encuentra unido a su gobierno para defender, cueste lo que cueste y fuere quien fuere al agresor, la independencia de su patria”.

Unos meses antes, en diciembre de 1936 otro buque alemán, el submarino “U 34” atacó y hundió al submarino republicano “C 3” que estaba de vigilancia navegando en superficie en la ensenada de Málaga. El ataque del “U 34” al submarino español no se pudo entender como una declaración de guerra por parte de Alemania a España porque el navío no tenía bandera ni ninguna identificación como buque de guerra alemán. En el bombardeo de Guernica por parte de los aviones de la “Legión Cóndor” alemana ocurrido la tarde del 26 de abril de 1937, tampoco se tenían distintivos de vuelo que los identificara como aviones alemanes.

Pero el bombardeo naval de Almería sí que pudo ser constitutivo de una declaración formal de guerra: todos los buques de la KM llevaban izada a popa la bandera de guerra germana y este hecho fue inédito hasta esa fecha y ya no volvería a ocurrir más hasta el final de la contienda en abril de 1939. La presencia del “Deutschland” en aguas españolas de Ibiza en mayo de 1937, cuya zona de control le correspondía a Francia, aunque para los alemanes fueran “aguas amigas nacionales” fue un riesgo calculado de cuyas consecuencias para una población inocente no eran consciente la Kriegsmarine; por otro riesgo calculado por Gran Bretaña, entraron en guerra los Estados Unidos en 1917.

José Luis Martín Lupión
José Luis Martín Lupión

Sobre el autor

Jose Luis Martín Lupión estudió la carrera de náutica en la especialidad de Máquinas Navales en la Universidad de Cádiz, navegando posteriormente durante seis años como oficial de máquinas en diferentes buques mercantes de bandera española. También es un "submarinista de corazón" (como le describe el historiador de submarinos cartagenero Diego Quevedo Carmona) dedicado al estudio del Arma Submarina Española. Con este trabajo, mitad estudio tecnológico, mitad articulo histórico, ha querido aportar su particular visión marítima a detalles insólitos del trágico bombardeo de la capital almeriense el 31 de mayo de 1937.

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