Muere un bebé de 40 días al desangrarse tras una circuncisión clandestina en una casa de Roquetas
La Guardia Civil ha detenido a los padres y al falso médico que realizó la cirugía sin medios adecuados y han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción nº 6 de Roquetas
Los padres del bebé de Roquetas pagaron 100 euros por la circuncisión mortal
Libertad provisional para los padres del bebé fallecido tras una circuncisión en Roquetas

Un bebé de tan sólo 40 días fallecía desangrado en la noche del domingo en el municipio de Roquetas tras practicarle una persona que carece de formación y titulación médica, a instancias de sus padres de nacionalidad maliense, un ritual de circuncisión clandestina sin la seguridad ni los medios adecuados para este tipo de intervenciones quirúrgicas en una vivienda de esta localidad del Poniente almeriense. Según ha podido conocer este periódico de fuentes de la investigación policial, el menor sufrió una grave hemorragia como consecuencia de esta cirugía ilegal y sus progenitores, conscientes de la gravedad de las lesiones ocasionadas, decidieron trasladarlo a la desesperada a las urgencias del centro de salud más próximo, el de calle Maximiliano. Pero ya era demasiado tarde. La pérdida de sangre y otras patologías asociadas acabaron siendo letales. Los sanitarios no pudieron hacer nada por salvar la vida del pequeño.
A los pocos minutos de su apresurada llegada al consultorio roquetero que presta servicio a Roquetas Sur se certificaba su fallecimiento y se activaba el protocolo policial por las extrañas circunstancias que habían provocado la muerte del menor. En torno a las once de la noche, el cadáver del niño era conducido a las dependencias del Instituto de Medicina Legal para que le practicaran la correspondiente autopsia que determine las causas exactas del fallecimiento. Tanto los padres como la persona que presuntamente ha realizado esta intervención quirúrgica han sido detenidos por la Guardia Civil del puesto principal de Roquetas y en las próximas horas pasarán a disposición judicial en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Roquetas. Durante la jornada de ayer agentes del Instituto Armado continuaban con el registro del inmueble en el que se produjo la circuncisión letal al menor fallecido.
No es la primera vez que este tipo de prácticas que se realizan de manera habitual en algunos países africanos acaban con un menor en urgencias porque se realizan por chamanes o mutiladores tradicionales sin titulación médica en entornos domésticos sin las más mínimas condiciones higiénico sanitarias y con materiales que no han sido convenientemente esterilizados. A principios de 2017 era detenida una persona en Murcia que se hacía pasar por facultativo y que se desplazaba a domicilios de la Región y otras provincias próximas como la de Almería para circuncidar a menores por 120 euros. La investigación policial puso al descubierto que esterilizaba el instrumental en el lavavajillas y que a los menores de edad que operaba sin salir de casa, en su mayoría bebés, les administraba anestésicos antes de la intervención, sin realizar un preoperatorio ni consultas previas o pruebas para valorar las alergias y reacciones adversas.
La historia se repite
Hace ya casi un cuarto de siglo, en julio de 2002, un niño de seis años de Guinea Bissau fue ingresado de urgencia en el hospital universitario de Poniente en el municipio de El Ejido en estado grave por las heridas que había sufrido tras ser sometido a una intervención clandestina de circuncisión también en un inmueble de Roquetas de Mar. En aquella ocasión el pequeño logró salvarse, pero sufrió una amputación parcial al perder el glande y dos tercios de la piel del pene. El padre del niño y dos de sus tíos fueron detenidos y posteriormente para ser juzgados como autores de un delito de lesiones. En nuestro país hay varios precedentes mortales de este tipo de prácticas quirúrgicas tan irresponsables. En marzo de 2011 un bebé de apenas 35 días murió desangrado tras serle practicada una intervención de este tipo en una localidad de Valencia. Sus padres, procedentes de Nigeria, querían realizarle la circuncisión en atención a su condición de musulmanes y cuando vieron las terribles consecuencias de su acción por el mal estado de salud del menor alertaron a la Policía Nacional.
Al llegar los agentes, el bebé ya no respiraba ni tenía pulso. En noviembre de 2008 otro recién nacido, también de padres nigerianos, fallecía tras practicarle sus padres una circuncisión en el barrio de La Jota de Zaragoza. Había sido trasladado en estado muy grave a un centro de salud de la capital aragonesa, pero los sanitarios no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Un caso similar, algo más reciente, sobrecogía a los italianos en marzo de 2019 cuando un bebé de cinco meses perdía la vida en una pequeña localidad en el nordeste del país como consecuencia de un paro cardiaco asociado a la circuncisión ritual que le habían practicado en casa sus padres de origen ghanés. Y en Roma, en marzo de 2023, se registraba otra muerte de un menor, de apenas 20 meses, que también había sido sometido a esta cirugía por personal no cualificado en su casa, tal y como reconoció su madre que era nigeriana.
Ceremonia de circuncisión
La extirpación del prepucio del pene es una antigua práctica quirúrgica que ya aparecía representada en algunas tumbas del antiguo Egipto hace más de 5.000 años como ritual y signo de identidad adoptado por las diferentes religiones y culturas. Era practicado a los varones recién nacidos por un sacerdote médico en la tradición judía, cristiana e islamista. Cada vez más especialistas clínicos se han mostrado críticos con las circuncisiones que se siguen haciendo principalmente en algunas zonas de África, así como en los países europeos a los que emigran, y aseguran que los daños que puede ocasionar una circuncisión superan a los beneficios, sobre todo si no cumplen con los requisitos de seguridad sanitaria que requiere. Este tipo intervención quirúrgica debe ser siempre realizada personal sanitario cualificado y en un centro médico acreditado con las medidas sanitarias y técnicas adecuadas.
La circuncisión islámica es análoga, pero no idéntica a la judía. Los musulmanes son en la actualidad el grupo religioso más grande en el que se ha generalizado esta práctica considerada una señal de pertenencia a esta religión que se denomina con los términos Khitan o Khatna. Existen amplias diferencias en la práctica entre las comunidades musulmanas y los niños a menudo son circuncidados al nacer, al final de la niñez o incluso en la adolescencia temprana, dependiendo de la familia, religión y país. Existen varias etnias en Kenia, por ejemplo, que practican esta intervención quirúrgica a niños de 16 años como símbolo de su paso a la edad adulta. En esta ocasión, los padres habían llegado a España procedentes de la República de Mali, un estado de África occidental y 22,5 millones de habitantes en el que se realiza una ceremonia de circuncisión para alejar del menor las fuerzas del mal y las influencias negativas. En este país también es muy común la mutilación genital femenina que han sufrido casi ocho millones de niñas y mujeres.
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