El Mercado de Los Ángeles, en Almería, se despide de las palomas, goteras y calor
Almería
El Ayuntamiento ha licitado las obras de reforma integral del edificio y su entorno, valoradas en más de un millón de euros
Mercados de ‘apaño’ a chequeo
Es el segundo bastión del mercado minorista en la capital almeriense después de la Plaza y, aún siento punto de referencia para quienes optan por el producto fresco y de calidad, el Mercado de Los Ángeles arrastra deficiencias de consideración de las que pronto podrá despedirse. El Ayuntamiento de Almería ha licitado la reforma integral tanto el edificio como de su entorno, lo que corregirá aspectos, en muchas ocasiones denunciados por vecinos y los propios comerciantes, como las altas temperaturas en su interior, las goteras en los días lluviosos o la entrada de palomas.
Un millón de euros volcará el Consistorio en la reforma de este inmueble que, con 40 años de actividad, sólo se ha tocado hace ya dos décadas. Aquella reforma sirvió para darle un nuevo impulso al Mercado con reparaciones que, con el paso del tiempo, han perdido su efecto, necesitando este centro de fuertes inversiones que llevaron al Ayuntamiento a solicitar ayudas de los fondos europeos de recuperación.
Su solicitud fue aceptada y el pasado año el equipo de gobierno pudo anunciar una subvención de un millón de euros. En Ayuntamiento contrató la redacción del proyecto confiándoselo al estudio de arquitectura Castillo Miras, proyecto aprobado en el pasado mes de julio y cuyas obras ahora se encuentran en fase de licitación con plazo máximo para la presentación de ofertas fechado el día 30 de mes en curso.
Las obras contempladas consisten principalmente en sustitución de la cubierta, restauración de sus lucernarios que permitan la ventilación natural del edificio, escalera de acceso a cubierta para mantenimiento del edificio, mejora energética de la envolvente del edificio, reconfiguración de entradas al edificio, tratamiento de huecos en fachada, sustitución de la instalación de iluminación, sustitución de la instalación de electricidad, instalación de planta fotovoltaica en cubierta, instalación de iluminación de emergencia y mejora de la instalación contraindicante, mejora de la urbanización y entorno del edificio, mejoras en la instalación de saneamiento y agua, y actuaciones de remodelación, conservación y mantenimiento de espacios comunes y oficinas.
El proceso de adjudicación iniciado permitirá, si no hay contratiempos que lo ralenticen y si los comerciantes están de acuerdo con ello, que el inicio de los trabajos sea antes de final de año, siendo el plazo de ejecución máximo estimado por los técnicos municipales de ocho meses.
La actuación, amparada por las mencionadas ayudas para el Apoyo a Mercados, Zonas Urbanas Comerciales, Comercio No Sedentario y Canales Cortos de Comercialización, beneficiará no solo a los consumidores y vendedores –hay un total de 86 puestos de venta, agrupados por secciones de carne, pescado, y frutas y verduras, y prácticamente todos en funcionamiento–, sino también a los vecinos, ya que parte de este edifico lo ocupa la pequeña biblioteca y la asociación La Palmera, muy activa, con talleres diarios y la organización de multitud de actividades. De hecho, en los últimos años han sido frecuentes de las denuncias por parte de este colectivo vecinal por la existencia de goteras que les obliga al empleo de cubos o incluso suspender su actividad.
Una cubierta muy deteriorada que será objeto de reparación
La reforma a llevar cabo parte del diagnóstico del estado actual del Mercado, un edificio con más de 40 años de antigüedad, que ha recibido únicamente obras de consideración hace 20 y que fueron, no obstante, limitadas. Así los cerramientos de ladrillo cuenta con huecos para su ventilación, si bien permiten la entrada de palomas e insectos, que también se cuelan por los falsos techos. “Actualmente -se explica en el proyecto de actuación– la cubierta está muy deteriorada, la chapa de acero galvanizada que la cubre está oxidada y perforada, y el sellado de silicona, que ciega los lucernarios, ha degenerado producto del paso del tiempo y de los agentes climáticos. Es de suponer que el objetivo de cerrar los lucernarios era evitar filtraciones de agua en el interior del edificio”. No obstante, el deterioro de la cubierta y de la envolvente de los lucernarios sigue ocasionando filtraciones, mientras que el falso techo, se ha convertido en un refugio para las palomas que anidan en su interior y se desplazan con total libertad por el edificio, especialmente cuando no tiene actividad”. Otras deficiencias detectadas, ya fuera del edificio, son los pavimentos y la escasa iluminación.
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