Menores infractores y la mirada correctora de la discapacidad: “Son un ejemplo del que aprender”
Leire, de 18 años, completa una medida judicial de cien horas de prestación en beneficio de la comunidad en el centro de día Juan Goytisolo de Verdiblanca: “Te ayudan a salir adelante”
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Leire cumplía a principios de mes los 18 años, una temprana edad que esconde un largo historial de contratiempos y tropiezos que ha ido dejando atrás, como tres años en un centro de internamiento, nueve meses de libertad vigilada y una medida judicial de cien horas de prestación en beneficio de la comunidad que ha desarrollado en uno de los centros de Verdiblanca en Almería. Lejos de reincidir por aquello que le condenó a perder su adolescencia o de no haber sacado ningún provecho de estas difíciles vivencias, esta joven no ha dejado de buscar el lado positivo de cada momento y ha recapacitado. Hoy está embarazada de seis meses y se acaba de mudar con su pareja a un nuevo hogar en el que ya no habrá sitio para los errores del pasado. Su reciente paso por el centro de día ocupacional de Verdiblanca, al que acaban de incorporarse otros dos menores infractores, ha sido un punto de inflexión sobre el que seguir construyendo una actitud más favorable hacia la vida pese a las adversidades.
Como el corcho que siempre sale a flote, Leire no concibe atajos si implican desviarse del camino acertado. “Ha sido una experiencia tan valiosa para mí que me gustaría dedicarme a este ámbito laboral y voy a formarme para conseguirlo. Aquí conoces a personas con discapacidad que son un ejemplo del que aprender, algunos sin apenas movilidad, con muy pocos recursos o problemas familiares; te demuestran que se pueden superar los obstáculos y te ayudan a salir adelante. ¿Por qué yo no voy hacer bien las cosas? Sin importar lo difícil que sea, están aquí a diario, no fallan ni uno solo, con una capacidad de superación y resiliencia que ha sido una de las mejores lecciones que he podido tener", argumenta la joven almeriense.
Mi paso por el centro ocupacional de Verdiblanca ha sido una experiencia tan valiosa para mí que me gustaría dedicarme a este ámbito laboral
Cada día se levantaba a las seis de la mañana para llegar a tiempo porque le pilla lejos de casa y cuando faltaba algún día por las pruebas médicas que conlleva el embarazo lo justificaba y tenía que recuperar esas horas otro día al tratarse de un procedimiento penal. Leire es uno de los menores infractores a los que los jueces han impuesto 420 medidas no privativas de libertad en medio abierto en la provincia durante 2024. El perfil mayoritario es de jóvenes de 16 y 17 años con delitos de lesiones y contra el patrimonio que pueden reparar el daño causado sin pisar un centro de internamiento, con prestaciones en beneficio de la comunidad o tareas socioeducativas en virtud de los convenios de la Consejería de Justicia, Administración Local y Función Pública de la Junta con los ayuntamientos y entidades sociales de Andalucía.
"Todas las experiencias han sido positivas"
José Ferrer, técnico del área social y corporativa de Verdiblanca, explica que en el último año tuvieron en el centro ocupacional a once menores infractores con medidas de prestación en beneficio de la comunidad, el mismo número que en el anterior, gracias a un convenio de colaboración suscrito con el Grupo Meridianos. "Todas las experiencias son positivas y así se lo hemos trasladado a todas las partes, incluida la Fiscalía de Menores", argumenta. Ferrer detalla que no han tenido ni un sólo episodio de conducta violenta o agresiva aún siendo jóvenes con problemas de conducta. A estos 'trabajadores' se les da de alta en la Seguridad Social para garantizar el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales, pero no su incorporación no puede suplir ningún empleo porque lo que se busca es la reeducación del menor. En este sentido, Verdiblanca trata de ayudarlos en ese proceso de rehabilitación con su equipo de psicólogos y los técnicos con los que comparte centro, además de tener una oficina de orientación laboral que les asesora en la búsqueda de empleo.
“Desde un primer momento me sentí como una monitora más, muy integrada en el grupo de trabajo. En el centro ayudaba a los usuarios a poner la mesa y cuando estaban haciendo manualidades y colaboramos en las actividades deportivas o si ese día había una excursión. Son muy acogedores con todo el que llega y se crea una relación especial. Allí te trasladan sus dudas y preguntas y sus conversaciones te ayudan en muchos aspectos de la vida. Creo que trabajando con personas con discapacidad comprendes mejor muchas de las cosas que me han ido diciendo en terapias y charlas los psicólogos y educadores de los centros en los que he estado”, esgrime en su balance del periodo de casi un mes en Verdiblanca.
La joven ya conocía la labor social de la asociación desde hacía tiempo y no lo dudó cuando el juez optó por imponerle la medida de servicio en beneficio de la comunidad, una opción cada vez más presente en las políticas de prevención, reinserción y resocialización de los menores infractores en la provincia. Algunos de los infractores llegan incluso a compaginar esta prestación con su trabajo y uno de los menores que pasaron por Verdiblanca entraba a las diez de la mañana porque terminaba a las seis de descargar en el mercado. Leire no sólo está dispuesta a seguir colaborando de forma altruista con Verdiblanca, sino que además ha descubierto una vocación y le encantaría trabajar en atención a la diversidad y dependencia: “Sería un sueño”.
Y no cesará en su empeño cuando llegue ese momento. Antes tiene dos fechas en rojo en el calendario de su nueva vida. En mayo llegará su hijo al hogar que ha formado con su pareja, otro joven que pasó página a su estancia en un centro de internamiento y hoy trabaja plenamente rehabilitado; y al mes siguiente pondrá fin a la libertad vigilada, la última de las medidas que le han venido aplicando entre los 14 y 18 años, una finiquitando aquella condena inicial que se vio incrementada en su día por fugarse de un recurso de justicia juvenil. También ha dejado atrás problemas que mermaban la relación familiar: "En estos años he aprendido a valorarlos y respetarlos, me han educado con mucho cariño y amor y no era justo el trato que les había dado".
Es una satisfacción poder contribuir a la sociedad apoyando a estas personas a reordenar sus vidas de la forma más solidaria
Leire agradece el cariño que ha recibido de la organización al completo de Verdiblanca, siempre atentos a su desempeño y comprensivos por las necesidades asociadas a los primeros meses del embarazo. José Ferrer, técnico del área social y corporativa de esta asociación que cumplirá 46 años el 9 de marzo, destaca el vínculo que se forja con los jóvenes, normalmente de 16 a 18 años que suelen cumplir medidas de entre 50 y 100 horas, tan estrecho que mantienen la relación con algunos después y colaboran como voluntarios.
“Vienen al centro ocupacional por las mañanas y son un apoyo en los talleres y actividades. Les digo que no quiero saber nada de lo que hayan podido hacer en el pasado, que sólo importa avanzar y pasar página. Intentamos que no vengan solo a cubrir el expediente y que puedan interiorizar valores como solidaridad, respeto, empatía... y que comprendan las dificultades que tienen muchas personas en su lucha diaria por la accesibilidad o la inclusión”, afirma Ferrer, que ha tenido una dilatada trayectoria de casi tres lustros en la gestión y tratamiento de menores con problemas de conducta. Esta experiencia, a su juicio, también contribuye a una mayor sensibilización sobre la discapacidad.
Pasar por nuestro centro les ayuda a comprender sus errores y a luchar por un futuro mejor
“Pasar por el centro les ayuda a comprender sus errores y a trabajar por un futuro mejor”. Antonio Sánchez de Amo, presidente de Verdiblanca, asegura que “es una satisfacción poder contribuir a la sociedad apoyando a estas personas a reordenar sus vidas de la forma más solidaria, un compromiso que nos posiciona como entidad generadora de confianza en cumplimiento de los objetivos marcados para dignificar a las personas y fomentar su desarrollo”. Y no es la primera vez que lo hacen, desde 2014 han recibido en sus centros a menores infractores a través de diferentes iniciativas. En los últimos dos años han sido once en cada ejercicio gracias a un convenio de colaboración con el Grupo Meridianos.
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