La meditación vipassana de monjes budistas del Tibet llega a la cárcel de Almería
Los internos del módulo 8 de la prisión provincial El Acebuche ya han puesto hoy en práctica estas técnicas para eliminar las tensiones y le negatividad de ser desdichados
El monje español Lobsang Zopa es el que ha dirigido la meditación, ordenado por el propio Dalai Lama en Dharamsala (India)
Almería/Los internos en prisiones forman parte de un colectivo que en ocasiones se ve atribulado por numerosas inquietudes por las circunstancias que los han llevado a estar entre rejas, mentes inquietas que en el centro penitenciario El Acebuche de Almería cuentan ahora con el apoyo de la meditación vipassana.
Este método práctico para eliminar las tensiones internas y las "negatividades que nos hacen ser desdichados", ha entrado esta mañana con fuerza en el módulo 8 de la cárcel de la capital almeriense de la mano del venerable monje español Lobsang Zopa, ordenado por el propio Dalai Lama en Dharamsala (India).
El director de la prisión, Miguel Ángel de la Cruz, explica a Efe que de forma "casual" coincidió con Lobsang Zopa en Granada y pensó que se abría una "oportunidad extraordinaria" para ofertar a los presos una nueva actividad terapéutica de "contenido intenso, formación y desarrollo" para éstos como personas.
Así, hizo posible que hoy se haya celebrado una conferencia sobre los beneficios de la meditación vipassana que supone la primera piedra de un proyecto más ambicioso: Una jornada de retiro de varios días en los que los internos pongan en práctica este método bajo la instrucción del monje español. Algo en lo que el centro de Almería será "pionero".
Lobsang Zopa relata a Efe cómo durante 15 años seguía la meditación zen y desarrollaba su labor profesional como arquitecto técnico en Granada, hasta que un trabajador de una obra en la que ejercía como director de seguridad murió.
"Ese mismo día tomé la decisión de dejarlo todo. Decidí hacerme monje y di con un lama tibetano en Francia, donde está el único templo de budismo tibetano de occidente, que es además una universidad monástica con textos muy elevados sobre psicología, filosofía, metafísica, etc.", narra.
De esta forma, permaneció en este centro durante tres años como novicio y entonces se trasladó al norte de la India, donde fue ordenado de forma completa por el Dalai Lama, regresó al monasterio y completó sus estudios y desde hace siete años enseña lo aprendido y lleva a cabo retiros de meditación vipassana en Francia, España, Brasil y México.
Ahora su intención es pasar entre cinco y seis días con los internos de Almería, comiendo y durmiendo con ellos. "Son días en silencio, del primero al último, aunque si hay alguna duda o problema surge, se puede resolver", apunta.
Dice que el primer paso es llegar a la calma mental, en su caso a través del "anapanasati", una técnica que hace uso de la respiración para que los que la practiquen puedan tener en ella un punto de atención en el que se concentrarse.
"No tenemos la mente atenta, sino agitada e inestable. Todas las capacidades innatas que tenemos están muy debilitadas. No se trata de dejar la mente en blanco o que haga lo que quiera. Es una primera meditación para calmarla y tener un diálogo interno y que la ansiedad que se crea se calme".
El siguiente paso es la meditación vipassana en sí, una "meditación analítica para comenzar a comprender las cosas que antes no comprendíamos". "Vipassana significa visión cabal. Las emociones nocivas como el enfado o el ansia por el deseo alteran la mente y primero enseño a calmar todo eso", añade.
"Una mente llena de ansiedad y preocupaciones no se puede entender. Al trabajar con la mente, afectamos al cuerpo, esto es una terapia. En la India, S. N. Goenka hizo un retiro en la prisión de Tihar en Nueva Delhi, y el antes y el después fue increíble. No sólo para los internos, también para los funcionarios. Hacer esta meditación bien nos ayuda a transformar los errores que hay en nuestra mente", concluye.
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