El marrón llega a toda Almería con estos cambios de la rutina en casa para la basura

No podría ser de otro color porque más de uno se echará las manos a la cabeza cuando el tamaño de la cocina obligue a aplicar las pericias del tetris para poder disponer de todos los cubos de la basura ('solo' cinco), necesarios para ser ese ciudadano comprometido con el medio ambiente. Pero reciclar es, más que una cuestión de conciencia, casi una norma que se impone. En apenas siete semanas, todos los barrios del término municipal contarán en sus calles con el contenedor marrón: el nuevo de los residuos orgánicos que revoluciona los hábitos en los hogares a la hora de desprenderse de la basura.

La entrada en juego de los marrones no es un capricho, o innovación, del Ayuntamiento de Almería. Su aparición en escena viene marcada por Europa, que fijó 2024 como fecha tope para, sí o sí, implantar esta contenerización que, si bien complica el día a día de los hogares, contiene bonanzas convincentes en el momento de pensar en qué cubo depositar los restos de la comida o los pañales del crío. “Previenes la aparición y expansión de enfermedades, favoreces la regeneración de la tierra, reducirás el uso de energía y por medio de la economía circular, participarás en un uso más consciente de los recursos. En definitiva, mejorará tu calidad de vida, la de tu entorno más cercano y ayudarás a asegurar un futuro saludable y sostenible para nuestro planeta”.

Así de claro lo expone la página web www.organicaalmeria.es, un perfecto e instructivo manual que conviene consultar para evitar confusiones y líos. De hecho, no es de nueva creación, sino que fue lanzada hace tres años en esa campaña piloto con el que el Ayuntamiento daba a conocer a la ciudadanía los cambios de la basura con tres barrios de avanzadilla que, entonces, se estrenaron con la primera tanda de un centenar de estos marrones: Nueva Almería, Cortijo Grande y La Goleta.

Los vecinos se han podido habituar en estos tres años a tirar en el contenedor marrón la basura orgánica como los restos de frutas, verduras, carne y pescado, papel de cocina y servilletas sucias, flores secas y pequeños restos de jardinería doméstica. Pueden ser reciclados y tratados para la producción de compost que volverá a la tierra para nutrirla. 

Le resta, sin duda, hegemonía al contenedor gris, que mantiene, no obstante, su presencia para recoger aquello que hasta ahora se viene mezclando en el cubo de orgánicos. Más claro aún: lo que se barre del suelo, colillas o los residuos que contengan restos biológicos, como pañales, compresas, tiritas, etc. No son orgánicos y están compuestos por materiales sintéticos, normalmente absorbentes, que no puede separarse ni biodegradarse. Irán directamente al vertedero, mientras que el contenido del marrón tiene por destino la planta provisional para su tratamiento.

Desde el pasado lunes, el Ayuntamiento, a través del área de Sostenibilidad Ambiental y Energética, está extendiendo el marrón, y con él las nuevas rutinas en casa, a otros barrios de la ciudad. En esta semana se encuentran ya en El Zapillo y 500 Viviendas, y se ha ampliado la dotación en los tres núcleos antes citados. Altamira y su entorno, así como la zona centro se suman en los próximos días a la contenerización que reparte las 560 unidades que se almacenaban en el solar del antiguo 18 de Julio al resto de la ciudad, incluidos los barrios más alejados como Castell del Rey, Costacabana, Retamar, El Alquián y La Cañada hasta llegar a Cabo de Gata.

Su presencia obliga a otro cambio a poner en práctica en el momento de hacer la compra. No vale tirar en el contenedor marrón los residuos orgánicos que se han separado en casa en cualquier bolsa de plástico. Tienen que ser compostables (biodegradables), pero tranquilo, querido lector comprometido con el ahorro energético y el cambio climático, se pueden adquirir en cualquier supermercado, así que no cunda el pánico aunque tengan fecha de caducidad (duran un año). Hay que hacerlo porque es obligatorio, ya que estas bolsas son más transpirables, evitan la acumulación de líquido y facilitan el traslado. También son válidas las de papel.

Todas estas cuestiones y las mil y una dudas que puedan surgir en el momento de seleccionar la basura en casa están siendo abordadas face to face con los vecinos. El área de Sostenibilidad Ambiental ha retomado la campaña de concienciación y la ha intensificado con reuniones en las asociaciones de vecinos en las zonas donde se va implantado el marrón. “Les explicamos para qué sirve, qué restos se depositan en estos contenedores y nos está sirviendo de paso para recoger demandas en la materia y, por su puesto, para aclarar dudas”, comenta el concejal responsable, Antonio Urdiales. 

Una de las más comunes es precisamente el tipo de bolsa a emplear o qué hacer con los cartones de las pizzas. “Si están muy sucios con restos de comida, al marrón; si están limpios, al contenedor de cartón”, aclara el edil. Para los que esta diferencia les pueda resultar hasta cómica, el concejal de Sostenibilidad se muestra tajante frente a las leyendas negras: “Sí, en Almería se recicla y se tratan los residuos”.

Las cifras de reciclaje en Almería, demuestran, según Urdiales, el compromiso de los almerienses y el Ayuntamiento por la economía circular. Según los datos aportados , “en 2023 entraron 4,5 millones de kilos menos en el vertedero que en 2018. Y esto, entre otros motivos, por el reciclaje de los almerienses”.

 El año pasado, a través del contenedor azul (papel y cartón), se recicló un 34% más (2.564.770 kg), que en 2018 (1.912.579 kg). Respecto del vidrio (contenedor verde), en 2023 se recicló un 33% más (2.102.730 kg), que en 2018 (1.573.635 kg). Al contenedor amarillo (envases, plásticos y latas), en 2023 los almerienses depositaron un 40% más (2.446.790 kg), que en 2018 (1.748.329 kg).

El objetivo es mejorar las cifras, puesto que buena parte de los residuos que se depositaban en el gris (un 45%), irán al contenedor marrón y, de ahí, a la planta de tratamiento, y no al vertedero, para convertirse en material reutilizable. 

Así se recicla: siete colores a tener en cuenta

CONTENEDOR MARRÓN

RESIDUOS ORGÁNICOS. En estos nuevos contenedores se despositan restos de frutas, verduras, carne y pescado, papel de cocina y servilletas sucias, bolsas de infusiones (sin grapas), tapones de corcho, flores secas y restos de jardinería doméstica.

CONTENEDOR GRIS

RESIDUOS NO ORGÁNICOS. Al contenedor gris le corresponden los residuos no orgánicos sin lugar en los contenedores de vidrio, papel o envases y plásticos. Excrementos de animales, pelo, pañales, productos de higiene personal, aceites, colillas, cerillas, platos rotos, juguetes, paraguas, cuadros, figuritas de porcelana, bolígrafos…

CONTENEDOR AMARILLO

ENVASES Y PLÁSTICOS. En elcontenedor amarillo se depositan todos los envases de material no biodegradable y los de plástico. Bandejas de corcho blanco, de poliexpán, barquetas de plástico, latas metálicas de bebida, latas de conservas, bolsas y embalajes, envolturas de plástico, botellas de plástico, tapones de plástico y sintéticos, étc.

CONTENEDOR AZUL

PAPEL Y CARTÓN. Este contenedor de color azul es para todos los residuos de estos dos materiales, papel y cartón. Folios, sobres, cartas, catálogos, revistas, periódicos, cajas de zapatos, bolsas de papel, libretas usadas, envoltorios de papel, etiquetas de la ropa…

CONTENEDOR VERDE

VIDRIO. Estos contenedores verdes son para el vidrio. En ellos se deben depositar exclusivamente botellas de vino y de cerveza, botellines, tarros de mermelada, de conservas… No se deben tirar en ellos vasos o platos rotos, porque estos son de cristal y no de vidrio.

CONTENEDOR NARANJA

ACEITE DOMÉSTICO. Aceite de freidoras o sartenes. Lo habitual es ir acumulándolo en una botella de plástico para su posterior depósito en este contenedor. No se puede tirar en ellos aceites industriales, de coche, motos o maquinaria, que deben ser llevados al punto limpio.

CONTENEDOR ROJO

ROPA USADA. En bolsas covenientemente cerradas, se pueden depositar las prendas de vestir y calzado que ya no se utilizan. Este contenedor está autorizado por el Ayuntamiento en un convenio con Caritas, gestionado por Koopera Almería de