“Mamá y papá, no os enfadéis conmigo. Es lo mejor para todos, ya no puedo más”

Cartas y notas de despedida ofrecen una mirada íntima al sufrimiento y desesperación que ayuda a los psicólogos a comprender los pensamientos y emociones e identificar patrones para mejorar en la práctica clínica y prevención del suicidio

Sobrevivir al suicidio de un ser querido

Una joven abatida en su habitación se cubre el rostro. / Juan Carlos Muñoz

“Mamá y papá, no os enfadéis conmigo, por favor. Es lo mejor para todos. Os he querido mucho, pero ya no puedo más. Os pido perdón. No tenéis la culpa. Es una decisión mía. Sé que seréis más felices cuando yo no esté aquí. Os quiero mucho”. Una nota breve y desgarradora de despedida que rompía en mil pedazos la vida de otra familia almeriense castigada por los estragos de un enemigo invisible y universal. Una joven se quitaba la vida después de años de agónico sufrimiento, de lucha interna y larga batalla emocional, de portar una carga psicológica que le nublaba cualquier intento de salir adelante. Nada aliviaba el peso de su fatalismo, viviendo en un eterno presente sin futuro que sólo le causaba dolor, ni frenaba una depauperación que derivó en ese impulso autodestructivo sin retorno. Otro adiós trágico y son ya 400 suicidios que contabiliza la provincia durante los últimos seis años (2018-2023). 

Pasillo de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del hospital universitario Torrecárdenas / Javier Alonso

“Estoy tan mal que no merece la pena seguir viviendo. Estoy tan cansado... quiero terminar ya con este sufrimiento por mí y también por mi familia. Ellos van a estar mejor”. Esta carta corresponde a otra persona, en este caso varón y de mediana edad, que también se había instalado en una espiral de dolor a la que no encontró salida. Su tentativa suicida no acabó en muerte. Fue salvado ‘in extremis’ tras su ingreso hospitalario y hoy es un sobreviviente más que se enfrenta, con ayuda psicológica, a la tarea hercúlea de empezar de cero una existencia que merezca la pena vivir, pasando la página del sentido trágico que lo sumió en la postración. Dos mensajes de desesperación de almerienses de distinta edad y sexo que ofrecen una mirada íntima a la psicología de la angustia extrema y pueden ayudar a comprender emociones, pensamientos y situaciones que llevan a una persona a la ideación suicida. Estas anotaciones, que se suelen dejar por escrito y oscilan de pocas palabras a textos muy elaborados, muestran el estado mental de las personas y sus circunstancias contextuales y se han convertido en un material de interés para los profesionales que trabajan en prevención, abordaje y posvención.  

Las cifras del suicidio: 400 almerienses mueren entre 2018 y 2023

El suicidio es la primera causa de muerte no natural en Almería con una estadística al alza que alcanzó los 73 fallecidos durante el último año, una cifra que casi duplica la que registraron otras tres tipologías que solían situarse por delante en el pasado como las caídas accidentales, siniestros viales y ahogamientos. Entre los años 2018 y 2023 han sido 400 las personas que han perdido la vida por suicidio (73 en 2023, 62 en 2022, 69 en 2021, 72 en 2020, 57 en 2019 y 67 en 2018). Los ejercicios con mayor volumen se dieron durante la crisis económica, cuando afloraron los desahucios, deudas y despidos, con 84 y 76 en 2008 y 2009, casi el doble de los que se contabilizaban a principios de siglo con 43 en 2003. La tasa de mortalidad por suicidio en Almería se sitúa en 9,72 casos por cada 100.000 habitantes, cuatro puntos más que en 2012 (5,6) y tres que en 2017 (6,4). También crecen las tentativas de suicidio atendidas en las urgencias hospitalarias de la provincia y en el pasado ejercicio fueron 335 frente a las 304 de 2022. En Andalucía fueron 5.042 los intentos con atención médica en las urgencias hospitalarias, de los que 392 eran menores. Casi el 80% de conductas autolíticas en Almería se asocian a dos perfiles principales: los que acumulan factores de riesgo (amor, trabajo y dinero) y los que presentan un diagnóstico de depresión y otros problemas de salud mental. Cada día en España se quitan la vida de forma voluntaria once personas, 3.952 durante el último año. 

Dos notas de despedida que se analizaron en profundidad en el transcurso del webinar impartido por los psicólogos Israel Mañas y María Naranjo, como colofón a la semana de actividades formativas y de concienciación organizadas por el Colegio de Psicólogos de Andalucía Oriental (COPAO) que arrancaba el 11 de noviembre con la primera Jornada Almeriense sobre la Conducta Suicida. Con el estudio de estas cartas se pueden identificar patrones recurrentes en el lenguaje y los temas como la desesperanza, el aislamiento o los conflictos interpersonales sobre los que se pueden desarrollar las estrategias de intervención de los profesionales. Es información que ayuda al psicólogo a conocer las preocupaciones que condenan al suicidio a una persona y evaluar el riesgo real y el nivel de cuidados que precisan los pacientes. “Cada nota es única y se puede utilizar para el tratamiento con el propio sobreviviente si no logra acabar con su vida y en la posvención con los supervivientes (familiares y seres queridos) si finalmente se produce el fallecimiento”.

Ponencia sobre el protocolo de actuación en los centros educativos andaluces / Diario de Almería

Israel Mañas, vocal de la Comisión de Psicología de la Conducta Suicida del COPAO y organizador de esta formación, destaca la relevancia de las cartas de despedida para la mejora de la práctica clínica con casos reales y concretos, así como su contribución a la investigación en salud mental. Es un acto de comunicación que pone de manifiesto los signos de desesperación y los sentimientos de culpabilidad que el terapeuta debe tener presente para mejorar interacción social y empatía con el paciente en conversaciones muy delicadas. Entre los contenidos más habituales de estas notas se encuentra la creencia de que las cosas no mejorarán, la disculpa a sus familias por el dolor causado, así como amor y afecto, hartazgo y abatimiento, sentirse una carga para los demás, el deseo de paz y alivio de sufrimiento y la finalidad o despedida que puede asociarse a trastornos depresivos, traumas o enfermedades, arrepentimiento y sueños inalcanzados. 

Manifiesto de la I Jornada Almeriense sobre la Conducta Suicida

1. Concienciación. Infancia, adolescencia, y contextos educativos son capitales para afrontar este grave problema. Urge proteger a grupos vulnerables, formar a padres y educadores y promover la cultura de la salud mental y bienestar emocional en colegios e institutos estableciendo focos para la detección de señales de alerta. 

2. Cooperación. Llamamiento a la unión para movilizar esfuerzos colectivos y provocar un impacto real y positivo en Almería. La prevención no es tarea de un solo grupo, individuo o partido y debe ser una misión y responsabilidad colectiva.

3. La legitimación de la psicología. Defender a la psicología como ciencia legitimada para liderar el abordaje de la conducta suicida, pero siempre caminando de la mano del resto de disciplinas, un enfoque multidisciplinar con los agentes educativos y profesionales sanitarios. 

4. Acciones concretas. Las jornadas son punto de partida a la que dotar de carácter permanente al tiempo que se pone en marcha un Observatorio Almeriense de Conducta Suicida para monitorizar la evolución y tener datos precisos que permitan orientar la investigación, evaluación y programas de prevención y abordaje.

Una realidad poliédrica, en la que confluyen las relaciones y el estado mental, que no es fácil de descifrar, un rompecabezas para los profesionales de la psicología que no han dejado de avanzar en formación e investigación para dar una mejor respuesta a uno de los problemas de mayor impacto en la salud pública. Cada día se quitan la vida once personas en España y en Almería ya son cinco o seis al mes. La mayoría de estas muertes se asocian a depresiones, trastornos psicóticos o conductas suicidas. En el webinar celebrado el tercer sábado de noviembre, el que se dedica al Día Internacional del Superviviente, se abordaron ideas y claves para mejorar como terapeutas y seguir avanzando en las estrategias preventivas con las que poner freno a esta pandemia silenciosa que tantas vidas está truncando.

Psicólogos al abordaje de la conducta suicida

Una comisión pionera dedicada en exclusiva a la Conducta Suicida ha situado al Colegio de Psicólogos de Andalucía Oriental, con 6.284 colegiados en Almería, Granada, Málaga y Jaén, a la vanguardia en la especialización de un abordaje integral que quieren liderar como ciencia más legitimada, siempre de la mano del resto de disciplinas sanitarias y otros agentes sociales y educativos implicados en frenar la preocupante progresión de uno de los principales problemas actuales de la salud pública. El vocal de esta comisión con un año de rodaje es Israel Mañas, uno de los mayores especialistas de la región que ha impulsado la celebración en cada una de las cuatro provincias de las primeras jornadas sobre conducta suicida con el foco en la infancia, adolescencia, familias y contextos educativos al considerar que son fundamentales para detectar a los grupos más vulnerables y adoptar medidas para su protección. 

Aislamiento, soledad, bullying y consumo de sustancias son factores de riesgo de conducta suicida entre los adolescentes

Mañas, que también ejerce de secretario del COPAO en Almería, con 1.827 colegiados, considera que es necesario implicar y formar a padres y educadores para que puedan identificar las señales de alerta, una capacitación de toda la comunidad educativa con la que promover una cultura de la salud mental y bienestar emocional en los colegios e institutos. Entre los factores de riesgo enumerados en la jornada formativa, celebrada en colaboración con la Facultad de Ciencias de la Salud de la UAL, se encuentran aislamiento y soledad, bullying, consumo de sustancias, discriminación por la orientación sexual y falta de sentido vital. Y los factores de protección más destacados son estilo de vida saludable, relaciones familiares positivas, sentido de pertenencia a grupos de iguales, comunicación para acabar con el estigma y tabú y acceso a recursos de apoyo psicosocial. 

Los hábitos saludables de jóvenes y adolescentes son un factor de protección ante el suicidio / Javier Alonso

Es la primera vez que este tipo de encuentros para la prevención y tratamiento del suicidio se han promovido desde el ámbito de la psicología, que si bien es un hito colegial, pone de manifiesto que “vamos tarde” ante el avance de una pandemia silenciosa que se ha cobrado la vida de 400 personas en la provincia entre 2018 y 2023. Israel Mañas explica que el suicidio no ha tenido peso en la formación universitaria de los psicólogos y todavía hoy tiene una oferta limitada en los estudios de postgrado. Es más, los colegios oficiales cuentan con grupos de trabajo, pero comisiones son muy pocas, entre las que figura a la vanguardia la del COPAO. De ahí la necesidad de reforzar las acciones que puedan aportar conocimiento como el webinar sobre las notas de despedida. Forman parte de todas las mesas y comités de prevención y seguimiento del suicidio en la provincia y quieren dar un paso más allá en esa unión de las administraciones públicas, profesionales de la sanidad y las organizaciones sociales que más se están implicando en Almería, entre las que destaca El Timón y El Teléfono de la Esperanza.  

Los psicólogos proponen crear un Observatorio Almeriense de la Conducta Suicida que sea "faro" de la investigación y acción en la provincia

En esta primera jornada almeriense se abordó el protoloco de actuación en los centros educativos andaluces para la prevención del riesgo suicida o autolesiones del alumnado de la mano de María Díaz Ontiveros, coordinadora del equipo técnico provincial de Orientación Educativa, y Rosa María Marín, coordinadora del área de Bienestar Emocional. También participó Eva Viciana como directora de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del hospital universitario de Torrecárdenas y representantes de las asociaciones como Juan Miguel Galiendo, médico de familia en el Distrito Sanitario Poniente y voluntario en El Teléfono de la Esperanza. El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y enfermero, Pablo Román, desglosó los ejes de un reciente estudio que ha realizado su grupo de investigación identificando los factores de riesgo y apoyo que pueden ser claves en la prevención de las conductas autolíticas.

Seis suicidios al mes contabiliza la provincia con 73 muertes en 2023. En España son 11 casos diarios

El último bloque, Almería unida en el abordaje de la conducta suicida, contó con la participación de Francisca López Ríos, directora de la Unidad de Atención Psicológica de la UAL, Manuel Ariza, jefe del Área de Discapacidad, Salud y Prevención de Adicciones del Ayutamiento de El Ejido, y Adolfo J. Cangas, catedrático de la Universidad de Almería que abordó la importancia del acompañamiento en la prevención (SM_Escucha). Durante el encuentro se articuló un manifiesto en el que se reivindica la necesidad ce crear un Observatorio Almeriense de la Conducta Suicida que sea, según Mañas, “faro de la investigación y acción” en la provincia. A partir del monitoreo y análisis de datos científicos se pueden incorporar los resultados a los programas de prevención e intervención en un proceso permanente de mejora de la colaboración intersectorial, del acceso a los servicios de salud y de la sensibilización y formación. Los psicólogos han comprendido la magnitud del reclamo y pondrán toda la carne en el asador como uno de los ejes prioritarios. Dada la gravedad del problema, no hay tiempo que perder en el fortalecimiento de las estrategias preventivas y el avance hacia una intervención integral y transversal del suicidio.

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