El 'Lupin' de Carboneras: un estafador con mil caras

Si el Arsène Lupin creado por Maurice Leblanc demostró ser un maestro del disfraz a la hora de perpetrar sus múltiples robos, un condenado en Almería ha demostrado ser también un auténtico camaleón que simulaba ser otras personas para poder estafar a diferentes vecinos de Carboneras.

El propio procesado, un varón natural de Avilés, reconoció durante su juicio que se aprovechaba de la "confianza que inspiraba en los perjudicados", ante los que suplantaba la identidad de distintos profesionales de distintos oficios para poder enriquecerse a su costa.

Por ejemplo, entre el 1 de abril y el 19 de junio de 2017, utilizó la identidad de otro hombre para ofrecerse a una mujer para comprarle un billete de avión por 500 euros, dos iPads por 1.000 euros y una barbacoa por 500 euros; además de a alquilar un piso en Carboneras, con una fianza de 300 euros. Nunca le entregó nada, apropiándose de estas cantidades.

Utilizando la misma identidad del caso anterior, se ofreció en junio de dicho año a otra mujer para crear por 100 euros una página web para su negocio, con la promesa además de añadirla a la plataforma 'Just-Eat'. Esta mujer también le entregó 250 euros para que comprase cuatro pizarras.

En el mismo mes, y con la misma identidad simulada, acordó un trabajo de representación a cambio de 1.000 euros al propietario de una empresa de recados, al que además prometió otros 50 euros por cada trabajo realizado para él.

Ese mismo mes se hizo pasar por un trabajador de 'Vueling' para comprarle un billete por valor de 210 euros para un vuelo a Roma a otro hombre. Asimismo, concertó con otra mujer la administración de las redes sociales de su negocio a cambio de 200 euros... Pero aprovechó los datos que ésta le había dado para efectuar compras por unos 3.100 euros con su tarjeta en las páginas de Apple y KTUIN.

También contrató como camarero a otro vecino de Carboneras, que además realizó otros trabajos de fotografía e Internet. Aunque debía pagarle 950 y 1.700 euros, el sobre que debía contener este dinero estaba vacío.

Con otra identidad vendió por 2.000 euros de un ordenador que nunca entregó; sin olvidar que celebró un contrato de arrendamiento de temporada de un piso con otra mujer, sin el consentimiento de la propietaria.

Por otro lado, se hizo pasar por un ingeniero informático que trabajaba para las páginas web de Iberia, Vueling y Jamones Joselito, ofreciendo a otro carbonero la venta de su aceite, recibiendo un pagaré de más de 5.700 euros y apoderándose de 20 garrafas. Logró además que este mismo perjudicado le prestase 3.000 euros con el pretexto de que tenía que ir a Santiago de Compostela porque su padre había fallecido, y se apropió a su vez de un ciclomotor que la víctima le había prestado.

Nuevamente se hizo pasar por el propietario de una vivienda que comprometió para su alquiler de temporada de una mujer durante los meses de julio y agosto de 2017.

En otro ámbito, se comprometió a gestionar el alquiler del piso de otro carbonero desde el 23 de junio hasta el 24 de agosto de 2017 por una renta de 5.500 euros. Tras esto, contrató a otro hombre para realizar un trabajo de fotografía valorado en más de 1.500 euros y, aunque le entregó una factura, nunca llegó a pagarle este trabajo.

El acusado ofreció asimismo servicios de páginas web y redes sociales al dueño de una heladería, quien llegó a pagarle 383 euros y a servirle cinco tartas, sin recibir nada a cambio.

Por último, se hizo pasar por un trabajador de Iberia para ofrecer a otra mujer la compra de unos billetes para su marido y su hija, sin llegar a cumplir el encargo, aunque sí recibió en metálico el dinero prometido. Además, utilizó el nombre de dicha mujer para alquiler un piso de Carboneras, simulando que era ella la arrendadora.

Por estos hechos, ha sido condenado a 21 meses de prisión por un delito continuado de estafa, por el que además tendrá que indemnizar con diferentes cantidades a 12 de los estafados.