La lluvia consigue lo que la ley no: 'expulsar' a las caravanas de las playas de Almería
Turismo
Hace unas semanas, las playas del Levante Almeriense estaban llenas de vehículos formando poblados en primera línea; ahora se han quedado desiertas
Overbooking de autocaravanas en la costa de Almería

Viajemos apenas una semana y media atrás en el tiempo. A los últimos días del mes de febrero. Una pareja pasea con un perro por la orilla del mar. La mañana es cálida, con más de 20 °C a pesar de ser pleno invierno. A tan solo unos pasos tienen su casa, apenas a unas decenas de metros del agua, casi sobre la misma arena de la playa. Esa idílica postal es la que vivían los cientos de caravanistas europeos y británicos que "invadían" el litoral del Levante Almeriense antes de que la lluvia lograse lo que antes no pudo la ley (o las autoridades): 'expulsarlos' de las zonas prohibidas para acampar.
Hoy la foto es muy distinta a la febrero. Las playas que contaban por cientos las autocaravanas y furgonetas camperizadas ahora están casi desiertas, convertidas en un barrizal (o casi una laguna en el peor de los casos). En el Levante Almeriense lleva más de una semana lloviendo sin parar, así que vivir en primera línea de playa en un vehículo no es la mejor idea. Por eso, los caravanistas han huido buscando zonas mejores. Ahora tan solo unos pocos valientes se resisten a abandonar la zona: apenas se ven un par de caravanas en la playa de Quitapellejos (Cuevas del Almanzora) y otro par en el aparcamiento del Playazo de Puerto Rey (Vera).
Pero volverán. Llevan años haciéndolo. Suelen llenar playas y otras zonas cercanas durante los meses de enero, febrero y marzo, ajenos a la normativa que impide esta práctica. La playa de Quitapellejos, en Palomares; Pozo del Esparto, también en Cuevas del Almanzora; algunas zonas de San Juan de los Terreros, en Pulpí; o, incluso Los Escullos, en pleno corazón del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, son sus zonas preferidas para instalar los poblados itinerantes donde conviven cientos de personas con sus vehículos-vivienda.
Este fenómeno se viene repitiendo desde hace unos años y no parece fácil ponerle freno. Si es que se le quiere poner, porque muchas veces las autoridades parecen transigir con la excusa de que "crean riqueza durante la temporada baja". Y es que, lo cierto es que el caravanismo tiene ventajas e inconvenientes, según desde el prisma que se mire. Por un lado está la cuestión legal, que claramente se vulnera; por otro, las quejas vecinales de aquellos que tienen que ver cómo llegan centenares de vecinos que generan ruido, basura e invaden las zonas naturales; y en el lado opuesto están los comercios y servicios que ven una fuente de ingresos en esos turistas que echan gasolina, compran en los supermercados y consumen en los bares.
La mayoría son jubilados procedentes de Reino Unido y países europeos como Alemania, Bélgica, Holanda o Francia. "Son bastante educados y se saben comportar, pero aún así crean molestias porque invaden la primera línea de playa, dejan bolsas de basura junto a la arena que luego acaban esparcidas por todos sitios, usan gel y champú en las duchas para asearse, a pesar de que está prohibido, y, sobre todo, porque están infringiendo la ley estatal y municipal que no permite este tipo de acampadas", señala uno de los vecinos de Cala Marqués, la urbanización de Vera que linda con la playa cuevana de Quitapellejos.
El caso de Quitapellejos es paradigmático de esta problemática. A lo largo de la pequeña bahía que forma la playa junto al bosque de Palomares hay varios carteles de grandes dimensiones informando de la prohibición de estacionar y acampar en toda la zona. Uno hace referencia a la Ordenanza Municipal de Uso y Disfrute de las Playas del Municipio de Cuevas del Almanzora y el otro cita el artículo 33.5 de la Ley 22/88, de 28 de julio, de Costas. Sin embargo, frente a esos carteles, decenas y decenas de autocaravanas pasan semanas o meses mirando tranquilamente al mar, formando un pequeño pueblo itinerante, ignorando la prohibición.
"Este se ha convertido en un destino fijo cada año", denuncia el mismo vecino. "Ellos tienen sus app de caravanistas y sus foros y comentan que aquí se está muy bien y tienen impunidad, así que regresan y cada vez se suma más gente". Lo cierto es que, cada invierno, ya es habitual la estampa de decenas de caravanas y furgonetas camperizadas ocupando toda la franja litoral desde el chiringuito El Chumbo hasta la punta de Los Hornicos.
A pesar de que existen varias normas que prohíben esta práctica, las autoridades no suelen sancionar. Fuentes del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora consultadas por Diario de Almería explican que es "complicado" aplicar la ordenanza municipal porque "las caravanas tienen permitido estacionar, pero no acampar", así que "si no tienen elementos como sillas, mesas, toldos o similar, pueden estar ahí". Se refieren a la instrucción PROT 2023/14 de la DGT se permite la estancia en los aparcamientos (como al resto de los vehículos) siempre y cuando no ocupen más superficie de la que abarca su perímetro ni desplieguen elementos proyectables como los toldos, mesas o sillas ni tampoco las patas estabilizadoras. Sin embargo, eso se refiere a las vías urbanas. En esa misma instrucción de la DGT, en el apartado 3.3 Zonas marítimo-terrestres, dice textualmente: "[...] se estima pertinente señalar a título informativo que los usuarios de autocaravanas, así como del resto de vehículos, actuarán conforme a la Ley 22/1988, de 28 de julio, de Costas".
De cualquier modo, basta dar una vuelta a media mañana por estas zonas, como Quitapellejos, para comprobar que no solo hay desplegadas sillas o toldos, sino incluso más elementos: "Hay hasta ropa tendida y algunas personas venden productos artesanos", denuncian los vecinos de Cala Marqués.
Desde el Consistorio cuevano también recalcan la necesidad de regular esta situación que "se da da en todo el litoral mediterráneo" y piden que se haga en colaboración con las asociaciones de caravanistas. Asimismo, aseguran que es un tema complejo porque "hay personas en contra de la presencia de caravanas pero también otras que consideran que es un tipo de turismo que consume y dinamiza la economía de la zona".
¿Qué dice la normativa sobre las caravanas en las playas?
En el caso concreto de Quitapellejos, la Ordenanza Municipal de Uso y Disfrute de las Playas del Municipio de Cuevas del Almanzora fue aprobada en noviembre de 2017 y en su artículo 16.4 establece que está expresamente prohibido el estacionamiento de caravanas o autocaravanas y remolques en las zonas de influencia marítima (100 metros desde la orilla). Asimismo, añade que "en el dominio público hidráulico y dominio público marítimo-terrestre está expresamente prohibido el estacionamiento y acampada".
Además, cuenta con un artículo 16.bis que recalca que "la prohibición de estacionamiento se señalará con señales verticales en el ámbito de la servidumbre de protección [como así ocurre de hecho en Quitapellejos]. Concurriendo de forma absoluta la prohibición en dominio público marítimo-terreste".
En el año 2023 se hizo una modificación del artículo 23 de la ordenanza que se refiere a las sanciones. Estipula que para las infracciones en el dominio público marítimo-terrestre habrá una multa de 100 euros por metro cuadrado y día en caso de acampada, y de 150 euros por estacionamiento o circulación no autorizada de vehículos.
Otra normativa, de mayor rango, que aparece mencionada en un enorme cartel en la playa de Quitapellejos es la Ley 22/1988, de 28 de julio, de Costas. Se cita en concreto el artículo 33.5 que dice textualmente: "Quedarán prohibidos el estacionamiento y la circulación no autorizada de vehículos, así como los campamentos y acampadas".
Estas dos normas, tanto la municipal como la estatal, se incumplen sistemáticamente cada invierno cuando llegan centenares de caravanistas. Ha tenido que ser la lluvia, tan beneficiosa en una tierra acostumbrada a la sequía, la que venga también a resolver un problema que ni las autoridades ni la ley han solucionado. Los cientos y cientos de litros caídos estos días del cielo han logrado 'echar' a las caravanas del Levante Almeriense.
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