La Legión de la esperanza
Más de 300 legionarios trabajan día y noche en la ayuda humanitaria a los damnificados, como ya hicieran en el terremoto de Lorca y las inundaciones de Málaga y Vera, la pandemia y los vertidos del petrolero Prestige
Despliegue legionario contra el coronavirus
Más de 300 hombres y mujeres de la Brigada Rey Alfonso XIII de la Legión, punta de lanza siempre a la vanguardia del Ejército español, se están volcando desde principios de mes con las labores de reconstrucción y ayuda humanitaria a los damnificados por las inundaciones de la gota fría que han devastado una treintena de localidades y barrios valencianos. Reza el credo legionario que “no se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño; trabajará en lo que le manden”. Y los caballeros y damas de los acuartelamientos de Viator y Montejaque que se han desplazado al epicentro de la catástrofe climática que ha costado la vida a más de 200 personas están demostrando sobre el terreno su enorme capacidad de sacrificio y esfuerzo, noche y día sin descanso, en auxilio de los que más lo necesitan con una proactividad y empatía que sólo está al alcance de los legionarios.
Sobrecogidos por un paisaje dantesco que ni siquiera habían conocido en escenarios bélicos, una tierra ignota marcada por el dolor que han dejado los fallecidos y el de miles de vecinos que han perdido sus casas, coches y negocios, fueron proyectados en la zona cero dos contingentes legionarios que llegaron al tercer y cuarto día de la tragedia (viernes y sábado) y una tercera columna ha completado el primer relevo una semana después. A la voz de '¡A mi la Legión!' acudieron con la mejor predisposición, espíritu y anhelo de ayudar a la población valenciana realizando todo tipo de labores de emergencia sin horarios ni condiciones, trabajando hasta la extenuación con la máxima implicación y adaptabilidad a las necesidades que se han ido recalibrando de manera frenética en el corazón del desastre natural. "Esto no lo habíamos visto nunca, no podíamos imaginar este nivel de devastación, asombra ver el grado de destrucción que ha causado una DANA", declara a los periodistas que le preguntan sobre el terreno el comandante Ignacio Díaz Dacal, de la Bandera del Cuartel General de la Brigada de la Legión, al frente del despliegue en Paiporta.
“Estamos aquí para todo lo que necesite la gente”
“Nos estamos centrando en la asistencia a la población de las zonas afectadas”, argumentaba hace unos días el comandante del cuartel general de la Brigada de la Legión, Ignacio Díez Dacal, en una conexión en directo que la periodista almeriense Isabel Jiménez realizó para Telecinco sobre el terreno. “Estas labores van desde la limpieza de calles al desescombro y apertura de vías de comunicación, retirada de enseres y reparto de alimentos, en definitiva, una atención a cualquier tipo de acción que nos demande la gente. Estamos aquí para todo lo que necesiten”, aseguraba durante la entrevista el comandante Dacal al mando del despliegue legionario en Paiporta. “Hacemos cosas más complejas como la retirada de vehículos o achicar agua en los garajes, pero también estamos ayudando a repartir víveres y agua o a llevar la medicación a los vecinos que la necesiten”, concluye.
En el marco de esta Operación Inundaciones Valencia 2024, bajo el mando de la Unidad Militar de Emergencias, la Legión ha aportado esperanza donde sólo había conmoción y desolación y han comprendido la magnitud del reclamo desde el primer día en el que 55 legionarios de Viator pisaron el fango que lo cubría todo. Han asumido cualquier encargo y completado con éxito los trabajos encomendados para sobreponerse al mayor desastre de la naturaleza en lo que llevamos de siglo conscientes de que toda ayuda es poca. “Estamos aquí para todo aquello que demande la gente”, repite el comandante Ignacio Díaz Dacal que cada día coordina una reunión en la que se fijan objetivos y puntos de acción. El emotivo abrazo de una vecina de Massanassa a un joven cabo de la Brigada de la Legión simboliza la comunión y el agradecimiento de un pueblo por el que se desviven. En medio de la histeria colectiva y la postración, los legionarios desplegaron más de 70 vehículos, entre los camiones, empujadoras, ambulancias, bombas de achique y retroexcavadoras, pero también con picos y palas con las que están contribuyendo a recuperar calles y plazas convertidas en un mar de fango a destajo y bajo la fórmula del 24/7: 24 horas de lunes a domingo.
Este viernes se cumplirán dos semanas de intervención de la Legión en buena parte del mapa valenciano del infortunio, casi un centenar de municipios arrasados por las riadas en las comarcas de la Huerta Sur, Utiel-Requena, Hoya de Buñol-Chiva y Ribera Alta. Limpian de barro las casas y colegios, sacan los enseres a las calles y luego los retiran en sus camiones y remolques. Los efectivos del Cuartel General, Zapadores, Grupo Logístico y Tercio Don Juan de Austria, principalmente de la séptima y octava Bandera, llegaron los primeros cuando todo era un lodazal al que no podía acceder ni la maquinaria pesada. Durante estos días no sólo están despejando las vías y achicando agua de los garajes, sino que también han repartido víveres, agua y fármacos y colaborado en todo lo que estaba a su alcance. Es un despliegue mantenido en el tiempo, que comparten con más de 8.500 militares desplazados a los pueblos valencianos, con el que intentan que se pueda ir recobrando la normalidad previa a la catástrofe. Una reconstrucción que llevará mucho tiempo. Un centenar de legionarios de la 2ª Compañía de la X Bandera Millán-Astray, deseosos de intervenir desde que fueron activados, han reemplazado a los que partieron el 1 de noviembre y cada semana se irán produciendo nuevos relevos.
Quince días después de la fatalidad, los residentes, encaramados a sus balcones y ventanales, miran con ojos mustios a los legionarios que limpian sus calles, pero con la certeza de que saldrán adelante. Entre el zumbar de las sirenas y los helicópteros, la Legión irradia esperanza, frente a la decepción que transmiten los gestores de la necropolítica, sentando cátedra de una filosofía de superación, tesón y resiliencia para conseguir que los habitantes de las regiones devastadas sean ese corcho que siempre sale a flote como ya hicieron con los de otros escenarios de calamidad pública dentro y fuera de España. Los legionarios tienen una trayectoria jalonada de solidaridad y han participado activamente en el auxilio y recuperación de zonas castigadas por otras inundaciones y también terremotos sin olvidar el desastre ambiental del Prestige en la costa gallega a finales de 2022 al que acudieron en autobuses más de 600 legionarios que se afanaron en retirar el chapapote.
Una treintena de misiones humanitarias en el exterior
El Ministerio de Defensa ha recurrido a la Legión para protagonizar una treintena de despliegues en misiones en escenarios internacionales de conflicto y ayuda humanitaria desde su bautismo de fuego en 1992 en Los Balcanes, abriendo camino en Bosnia, Kosovo y República Democrática del Congo. Fueron los primeros en llegar a Irak tras la invasión estadounidense en 2003 y los últimos en salir en verano del año siguiente. La Brigada de La Legión presume de "mantener intacto su espíritu altruista" en el 104 aniversario de la unidad de élite más expedicionaria creada en 1920 en base a los principios de José Millán-Astray, ese credo legionario que hoy recitan de memoria más de 5.000 efectivos en los acuartelamientos de Viator, Ronda, Ceuta y Melilla. Siempre a la vanguardia de las Fuerzas Armadas, es la unidad con más proyección de futuro sobre la que se está diseñando la Brigada Experimental 2035.
La Legión intervino en las riadas de la gota fría de septiembre de 2012 en pueblos del Levante almeriense como Vera y Pulpí, una actuación por la que recibirían meses después la Medalla al Mérito de la Protección Civil del Ministerio del Interior, y también en las tareas de reconstrucción de Lorca tras los graves daños causados por un seísmo en mayo de 2011. En Murcia como en Valencia lo principal era la asistencia a las víctimas, que pasaron de tenerlo todo a quedarse sin nada, para que notaran su aliento y se vieran amparados por sus medios humanos y logísticos. En el Huerto de la Rueda montaron tiendas modulares, literas, bancos, mesas y alumbrado para suministrar bandejas con comida a cientos de personas que se habían quedado sin hogar o habían sido desalojados de forma preventiva. En septiembre de 2022 hicieron posible que llegara el material escolar, deportivo, juguetes y medicamentos donado por los empresarios de la patronal almeriense a los niños y familias en el Líbano al transportarlos en su despliegue en la misión Libre Hidalgo de la ONU, una acción cívica y solidaria por la que fueron reconocidos por la comisión de responsabilidad social de Asempal.
Aplazan la jura de bandera de Vera, un concierto y el día del legionario
La catástrofe de la gota fría en Valencia ha conmocionado al conjunto de la sociedad española y en el seno de las Fuerzas Armadas se ha sentido especialmente esta tragedia con la que se han solidarizado todas las unidades del país en paralelo al despliegue que se viene realizando desde que se autorizó la intervención de la Unidad Militar de Emergencias. Con motivo del centenario de la base Álvarez de Sotomayor de Viator se había preparado un concierto de la unidad de música de la Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII para el 15 de noviembre y un acto militar al día siguiente y han sido aplazados sin fecha por la incompatibilidad de una celebración en plena tragedia. También se ha decidido posponer una jura de bandera civil que se había previsto para el 9 de noviembre en Vera, con más de 200 inscritos, que también contemplaba un homenaje a los caídos y un desfile legionario por la calle del Mar. Y ocurre igual con el VI Día del Legionario de Honor Ciudad de Alicante que se iba a desarrollar en el acuartelamiento Alférez Rojas Navarrete, sede del Mando de Operaciones Especiales en Rabasa, y queda aplazado sine die. La Agrupación Nacional de Legionarios de Honor 'José Ortega Munilla' considera que debe anteponerse la humanidad y el deber cívico a un momento de celebración que no tendría cabida cuando "la solidaridad y la compasión son nuestras prioridades".
El Tercio Alejandro Farnesio, 4º de la Legión, se sumó desde Ronda al operativo para paliar los destrozos de la crecida en 1989 del río Guadalhorce y también ayudó al abastecimiento de agua a los vecinos de Montejaque facilitando aljibes durante las restricciones de la sequía de 2012. Y en la Operación Balmis de la pandemia, el que había sido mayor despliegue militar en España hasta las inundaciones de Valencia, cambiaron sus fusiles y ametralladoras ligeras por mascarillas, guantes y desinfectante para completar hasta 189 actuaciones en veinte localidades de seis provincias (Almería, Málaga, Albacete, Alicante, Granada y Jaén) encaminadas a la prevención y control del orden público, la vigilancia de infraestructuras estratégicas para el transporte y a la desinfección de centros sanitarios y geriátricos durante 98 días. En Valencia no tienen fecha de conclusión, queda un largo y sinuoso camino por recorrer. Pero siempre será más fácil superar esta catástrofe y reconquistar el futuro che con el amparo de la Legión de la esperanza.
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