José Padilla. Maestro Padilla (1889-1960). Un compositor universal.

A Dios rogando

Compositor y pianista español

Autor de conocidas melodías, como Valencia, El relicario, La Violetera y algunos de los más conocidos tangos

Almerienses ilustres (III). José Mª Álvarez de Sotomayor (1880-1947). El hidalgo poeta del campo

El compositor José Padilla
El compositor José Padilla / D.A.
Rafael Lázaro

28 de julio 2024 - 08:00

Con este título lo distinguió la Unesco en 1969 declarando su obra de interés universal, colofón a multitud de reconocimientos que antes y después de esa fecha se celebraron en todo el mundo por su imperecedera obra musical. Por encima de todos estos homenajes se sitúa el que en 2010, cincuenta aniversario de su muerte, tuvo lugar en las más importantes ciudades del mundo tan dispares como Damasco, La Habana, Buenos Aires, Oslo, Lisboa, Moscú, Tokio, Seúl o Hong-Kong, y que culminó en París, con el estreno de una obra póstuma inédita Mam’zelie.  

También en España Padilla ha recibido honrosos reconocimientos como el que tuvo lugar el año 2003 en el Casino de Madrid que le dedicó un homenaje el día europeo de la música, donde se interpretaron obras del maestro hasta entonces desconocidas. En fecha relativamente reciente, para culminar su reconocimiento nacional, TVE estrenó en 2021 un documental musical que llevó por título “descubriendo a Padilla,” prueba todo ello del enorme interés que siempre ha despertado la obra musical de este almeriense universal al que su ciudad natal nombró hijo predilecto en 1935, el mismo año que compuso el himno de Almería, aunque tardara en estrenarse más de diez años en la Plaza de Toros bajo la dirección del propio compositor. Por último, el año 1992, con la presencia de reina Dª Sofía quedó inaugurado el más célebre de los espacios culturales de la ciudad, El Auditorio “Maestro Padilla” que honra y perpetua la figura de uno de nuestros más insignes paisanos.

Y no es que Padilla necesitara ser redescubierto porque sus composiciones más populares han ocupado, desde el momento en que fueron compuestas, un lugar predominante en las preferencias musicales de ciudadanos españoles, europeos y americanos, de manera que la fama de sus composiciones sobrepasó lo imaginable y no hubo obra musical española que se acercara a la popularidad de las suyas. La admiración por Padilla fue universal y pensadores famosos como Edgar Marín decía que “la luna ama la música de Padilla como se ama la lluvia o el sol.”

Maestro Padilla
Maestro Padilla / D.A.

Cuenta el crítico Orlando del Greco que en el preciso instante en que llegó al mundo, pasaba bajo el balcón una banda que tocaba un pasodoble. “Este chico será músico” sentenció la partera por el hecho, y así fue. Verdad o leyenda el relato certifica el futuro brillante del compositor que llegó a ser llamado “El Rey Midas” porque todo cuanto componía, con esfuerzo o con su enorme capacidad de improvisación, se convertía en indiscutible éxito.

Resulta tópico recordar las obras más famosas de Padilla como Valencia que era la canción central de la zarzuela “La Bien Amada”, zarzuela dedicada al valenciano Eugenio Lloret con el que dio sus primeros pasos vocacionales en Almería y de la que vendió más de 22 millones de discos ganando en un año 25 millones de francos. El Relicario, compuesto en 1915, alcanzó un éxito tan enorme cantada por Raquel Meller que fue acompañamiento musical en la campaña que en 1952 llevó a Eisenhower a la presidencia de EEUU. Ese mismo año compuso la Violetera que triunfó en París interpretada por Raquel Meller, una composición que le provocó un enfrentamiento judicial con Chaplin que maliciosamente introdujo este tema en su película Luces de Ciudad sin mencionar la autoría de Padilla que finalmente salió vencedor en el juicio.

Esa incursión en el mundo del cine es una de las facetas menos conocidas de nuestro autor a pesar de haber compuesto bandas sonoras para numerosas películas. En Hollywood, directores como Woody Alen o Akira Kurosawa introdujeron sus temas en bandas sonoras de sus películas, y más recientemente Ridley Scott ha recurrido a su música en la película Infiltrados donde utiliza el tema “El amor eres tú”, una composición que realizó inspirándose en su mujer.

En París y para la famosa Mistinguett compuso Ça c’est Paris que también popularizó Maurice Chevalier, una canción que los parisinos consideran como su propio himno, y que ensalzó Padilla a la categoría de héroe nacional por la que le rindieron honores y aún le recuerdan con una placa que el Ayuntamiento de la capital colocó en la que había sido su residencia.

Reconocido su prestigio en Europa, especialmente en París donde vivió largos años, otro tanto hay que decir de sus largas estancias en Sudamérica, especialmente en Buenos Aires donde desarrolló una frenética actividad con numerosos estrenos en diversos teatros de la ciudad, penetrando sentimentalmente de un modo tan profundo en la sociedad porteña que llegó a componer tangos que cantaba Carlos Gardel y que le llevaron a ser citado en los textos de Borges o Cortázar.

Esta breve introducción no puede concluirse sin recordar que a Padilla debemos el hermoso himno -barcarola a nuestra excelsa Patrona la Santísima Virgen del Mar.

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