Un océnano de solidaridad convierte el mar de plástico en mascarillas quirúrgicas
Coronavirus Almería
Los rollos de láminas y mantas térmicas están sirviendo también para hacer batas y patucos, que están llegando a hospitales y centros de todo el país. Detrás, Help.Covid-19 y centenares de personas dispuestas a ayudar
Los gestos de ayuda han transformado el mar de plástico en un verdadero océano de solidaridad. Miles de mascarillas quirúrgicas, batas y patucos están siendo confeccionados con materiales de los invernaderos y atienden ya las necesidades de equipos de protección de hospitales y centros sanitarios, tanto de Almería como del resto del país. Detrás, hay un enorme trabajo de más un centenar de costureras, de agricultores que donan sus plásticos y las mantas térmicas con las que se cubren las hortalizas, de camioneros que se encargan del transporte, de una fábrica que ha prestado sus instalaciones, y de una plataforma, Help.Covid-19, desde donde todo este cordón solidario está siendo coordinado. Al terminar esta jornada, habrán conseguido hacer 1.000 unidades de mascarillas. En solo un día. Serán enviadas al Complejo Hospitalario de Torrecárdenas y el Hospital de Poniente, a residencias de mayores y a centros penitenciarios. El trabajo continúa, hay mucho por delante, pero se necesita más material y voluntarios.
Esta es una de las increíbles historias que están surgiendo de la tragedia del coronavirus. De almerienses que, desde sus casas e invernaderos, han buscado la forma de colaborar en esta batalla, que deja imágenes cada día de personal hospitalario con batas o patucos hechos en sus propias casas con bolsas de plástico. Ocurre en Madrid, pero los hospitales de la capital española no son los únicos con carencias, mientras que otros apuran los días para prepararse y poder afrontar con medios suficientes el pico del coronavirus, sin caer como moscas o convertirse ellos mismos en un foco de contagio.
La historia de este kilométrico cordón sanitario nace con un sencillo vídeo colgado en Instagram, el 25 de marzo, ya decretado el estado de alarma. “Me levanté pensando en qué podía hacer, cómo podía ayudar”. Con un niño de apenas dos años que requiere de su atención, una madre mayor y cuyas circunstancias especiales hacen necesaria su ayuda, esta comercial, con un ERTE encima, podía estar pasando la cuarentena lamentándose. Pero no, Mar Blanco López pasó a la acción.
“Todo el mundo está pensando e ideando la manera de poder ayudar, hay mucha gente buena y solidaria, pensamos que no podemos hacer nada pero, sí, hay gente que aporta granito a granito”, comentaba en ese primer vídeo, la génesis de Help.Covid-19, cuyas visitas se dispararon hasta convertirse en una plataforma de contacto entre las personas que están dispuestas a prestar ayuda con sus conocimientos, empresas que puedan donar materiales y personas o colectivos que necesitan de esta ayuda. Como el Hospital Montepríncipe de Madrid.
“Necesitaban respiradores. Me puse en contacto con antiguos compañeros de Decathlon y no tardaron ni ocho horas en mandar máscaras de buzo integradas. Me mandaron las fotos de los pacientes con ellas puestas”, prosigue Mar Blanco, con ese entusiasmo que comparte en Help.Covid-19, al que han ido sumándose grupos de costureras, agricultores, transportistas, profesores de la Universidad, maestros… Dispuestos todos a echar una mano. A quien lo necesite.
El Centro de Salud Las Lagunas de Fuengirola entró en contacto con la plataforma. Les urgía gorros y el melódico sonido de las máquinas de coser se activó en los talleres improvisados. En la cocina, en el salón, en el garaje, en el pasillo. Rápidamente, 70 gorros llegaron a Fuengirola.
Ejido Solidario ha tenido mucho que ver en esta maravillosa red de gestos y, desde el poniente almeriense, Noelia Pérez, coordina también Help.Covid-19. Los invernaderos mantienen la cadena para que los alimentos lleguen a los hogares y se ha convertido, además, en unas valiosas fuentes de material. El plástico está sirviendo para que las costureras puedan confeccionar esos gorros. Y también batas médicas y patucos para todo el personal sanitario. Las mantas térmicas, empleadas para el control biológico y térmico de los cultivos, están siendo reutilizadas como mascarillas quirúrgicas.
Los textiles que muchos comenzaron a coser al inicio de la crisis sanitaria no son adecuados, sin embargo, el material de las mantas térmicas agrícolas ofrece la impermeabilidad y porosidad que médicos, enfermeros o el personal de las ambulancias, entre otros profesionales y sectores, esperan como agua de mayo. “Hola Mar. Somos funcionarios de prisiones. Tenemos pocos recursos. ¿Sería posible que nos suministréis mascarillas para los funcionarios de interior que estamos en contacto con los internos y batas para el personal sanitario”, es una de las tantas peticiones de colaboración que a diario recibe Help.Covid-19, presentes también en Facebook.
“Hemos hecho los patrones para que sean funcionales y ponemos seis capas para una mayor protección”, explica Mar Blanco. Han recibido de los empresarios agrícolas donaciones, ayuntamientos como el de Roquetas de Mar están aportando elásticos y gomas para las mascarillas, ayuda de iglesias parroquiales… Las muestras de solidaridad están tejiendo una mano tendida encomiable. “Cada uno aporta lo que puede, tenemos camiones que están transportando los materiales a los lugares que nos piden. No solo de la provincia, también Zaragoza o Granada. Están pagando de su bolsillo la gasolina”, se muestra agradecida la coordinadora de la plataforma.
Una ayuda inestimable que ha hecho acelerar por mil todo el proceso es la recibida por un empresario que prefiere permanecer en el anonimato. Ha prestado las instalaciones de su fábrica para que puedan cortar los patrones. Solo van a diario dos voluntarios y, en una sola jornada, realizan los cortes de 6.000 capas, que luego Help.Covid-19 hace llegar a las costureras. Ayer estaban confeccionando, con esas 6.000 capas de mantas térmicas, otro millar de mascarillas quirúrgicas. “Pronto estarán en Torrecárdenas, en el Hospital de Poniente, en residencias de mayores y penitenciaria”, porque esté cordón solidario sigue extendiéndose.
Eso sí, necesitan más material. Sobre todo plástico y mantas térmicas, así como voluntarios para trabajar el corte, además metacrilato para crear pantallas protectoras para las entubaciones médicas.
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