La invasión rusa impedirá probar la relación entre Marte y Almería
expedición al planeta rojo
La Agencia Espacial Europea colaboraba con Rusia en la construcción de la plataforma de aterrizaje
El viaje al planeta rojo se realizaba en septiembre

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha venido ejecutando sus propias investigaciones sobre la geología y la biología en Marte y palpó la superficie terrestre para acumular una base de datos con la que lanzar sus vehículos de la exploración Exomars al planeta rojo. Uno de los puntos que estudió antes de viajar a Marte fue el entorno de la geoda de Pulpí.
La conexión entre Almería y Marte ya fue probada hace ya más de una década. En 1852, la jarosita, un mineral (sulfato) fue descubierto por August Breithaupten en la Sierra Almagrera (Cuevas del Almanzora, un lugar cercano a la geoda de la localidad de Pulpí), sirvió para demostrar la presencia de agua en Marte, ya que, en 2004, un vehículo de la expedición de la NASA encontró jarosita en la superficie marciana. La aparición de jarosita se asocia en la Tierra a las aguas termales de carácter ácido, por lo que su presencia indica la existencia de agua durante su formación.
Hasta entonces, todas las evidencias de agua en Marte eran indirectas. Esto es lo que llevó a un científico colaborador de la Agencia Espacial Europea a estudiar la mina donde está establecida la geoda de Pulpí, en busca de minerales formados mediante el efecto de agua. Fueron analizados para formar parte de una base de datos que se incluye en un vehículo explorador que en en septiembre de este 2022 iba a ser lanzado hasta Marte como parte del proyecto internacional Exomars, que lidera la Agencia Espacial Europea (ESA). Pero este proyecto estaba apoyado por la Agencia Espacial Federal Rusa, con la que se ha roto la colaboración. Así que la ESA reemplazará su plataforma de aterrizaje construida en Rusia debido a la invasión en Ucrania.
La misión del rover, presupuestada antes de la crisis en 1.300 millones de euros, requerirá ahora una nueva plataforma de aterrizaje, un nuevo cohete y varias tecnologías que proporcionaba originalmente la agencia espacial rusa Roscosmos. Todo esto podría ralentizar el proceso, que tendría como nueva fecha de partida el año 2028.
El objetivo era, entre otros, comparar los elementos analizados en Almería con los de Marte. José María Calaforra, investigador y profesor titular de la Universidad de Almería, explicaba en su momento a Diario de Almería que que lo que “se buscan son análogos. Minerales (yesos, sulfato) que se pueden encontrar en futuras expediciones o que ya se han encontrado en anteriores y Almería es uno de principales espacios donde se están desarrollando estos análisis. En Almería se toman referencias para el estudio de la geología de Marte y en Río Tinto (Huelva), por ejemplo, para la parte biológica”.
En la primera expedición, ya realizada, el módulo recogió datos sobre la atmósfera marciana durante las fases de entrada y descenso y estudió el entorno local del punto de aterrizaje, situado en una llanura conocida como Meridiani Planum. En el viaje restante, viajará el vehículo Rover, en el que irán recogidos los análisis realizados en Pulpí.
Este proceso se desarrolla dentro del proyecto Exomars, que tiene como objetivo buscar evidencia de vida en Marte, tanto pasada como presente. Un campo en el que se están dando pasos importantes en las últimas fechas. Además, esta iniciativa tiene como objetivos secundarios investigar la variación en composición de la superficie o caracterizar la geoquímica y la geofísica de este planeta del Sistema Solar. También se analiza la distribución del agua y se detectan elementos peligrosos para la subsiguiente misión tripulada. En un principio, esta misión estaba pensada para ser lanzada en cohetes estadounidenses Atlas V, después se optó por los rusos Protón.
El vehículo se probó en Tabernas
En noviembre de 2018, el Rover ExoMars que viajará a Marte como instrumento fundamental de la misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzará desarrolló con éxito su fase de pruebas en el desierto de Tabernas. Dos semanas en las que se han realizaron las mismas tareas que robot ejecutará en el planeta marciano, siendo su objetivo buscar restos de vida.
Fue una prueba de fuego para detectar incidencias en el vehículo y, al mismo tiempo, para poner a punto el software con el que comandarán el robot, pues estará totalmente dirigido desde el Centro Europeo de Telecomunicaciones y Aplicaciones Espaciales (ECSAT) de la ESA, situado en Harwell (Oxforshire, Reino Unido).
En este periplo por Almería, el Rover Exomars 2020 desarrolló varias fases. La primera operación se denominó ‘egreso’ y consiste en desarrollar el proceso de aterrizaje. El Rover reposa sobre la plataforma de cuatro patas y entonces se despliegan dos rampas. En teoría, el vehículo puede dejar la plataforma de aterrizaje en dos direcciones diferentes. Es importante hacerlo de forma segura para que, por ejemplo, no se quede colgado en roca. Por lo tanto, en ese momento, el robot debe obtener una panorámica para decidir por qué salida es más seguro abandonar plataforma.
Con el Rover ya en tierra se reprodujo un ciclo de experimentos. El robot se desplazó hacia ciertas zonas y analizó la superficie. Realizó una exploración subterránea con el rada e incluso taladró el suelo en profundidad con el fin de obtener una muestra y analizarla con los instrumentos del laboratorio analítico. El taladro no fue el que se utilice en Marte debido a los gran coste que supone, así que en Almería se va a utilizó uno más comercial.
Y todo este proceso fue seguido al detalle desde el Reino Unido: “Se trata de interpretar qué sucede con las imágenes que toma el Rover para proponerse una idea de cuál es el contexto geológico para entender la misión. Ahí hay que tener toda una serie de software en el centro de control para largar unas imágenes en una pantalla gigante y tratar de tener una idea de qué pasa alrededor del Rover. A veces eso funciona bien y otras menos. Es un ejemplo. Pero como los instrumentos son bastante complejos, hay que tener todos los sistemas listos para procesar los datos rápidamente”, argumentaba el científico.
Ruptura de colaboración
Pero ahora, todo se ha complicado. La decisión de la ESA, “difícil”, según admitió su director general, Josef Aschbacher, se toma ante la imposibilidad práctica y política de seguir trabajando al respecto con Rusia, sancionada por la comunidad internacional como consecuencia de la invasión de Ucrania.
Exomars estaba compuesta de dos misiones. La primera se lanzó en 2016 y estaba integrada por un satélite para el estudio de gases traza en la atmósfera marciana (TGO) y por el módulo de entrada, descenso y aterrizaje Schiaparelli, que se estrelló contra la superficie del planeta por error.
Esta segunda, con el Róver Rosalind Franklin para tomar y estudiar muestras del suelo marciano, se aplazó en un primer momento de 2018 a 2020 y luego a 2022, ya que el agravamiento de la pandemia de covid en Europa impidió a sus expertos efectuar todas las pruebas previas necesarias.
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