Más de 52.000 inmigrantes llegan en patera a la costa almeriense en la última década

Frontera Sur

Es el punto más caliente de la península con 6.323 personas en 2023, un 66% más que el año anterior (3.806). El 68% procedían de Marruecos (4.285) duplicando el flujo de la ruta argelina (1.806)

Cruzada policial contra los pateristas: 642 detenidos en la última década en Almería

El desembarco que no cesa en el Poniente

David contra Goliat en la Frontera Sur

Más de 52.000 inmigrantes llegan en patera a la provincia en la última década
Más de 52.000 inmigrantes llegan en patera a la provincia en la última década

En las horas previas a la Nochebuena era interceptada en alta mar la última patera del año, una embarcación con una familia casi al completo. Un matrimonio con su bebé de 16 meses, otros cuatro hijos de una relación anterior y un hermano del progenitor. Fueron rescatados por la Salvamar Spica a 64 kilómetros al sureste del Cabo de Gata después de ser localizados por el buque Tihama, que les facilitó comida, agua y mantas. Nada menos que 482 inmigrantes alcanzaron la costa almeriense en ese último mes del año desafiando el fuerte viento, frío y oleaje que lo caracteriza. La provincia de Almería sigue siendo el punto más caliente de la península en los flujos migratorios que entran de forma irregular mediante neumáticas, narcolanchas y hasta motos de agua. Así lo ha confirmado el último informe del año del Centro de Coordinación para la Vigilancia Marítima de Costas y Fronteras de la Guardia Civil que cifra en 6.323 las personas, principalmente de origen magrebí, que fueron recepcionadas en 2023 en diferentes puntos de la costa almeriense, entre Adra y Pulpí, un 66% más que en el ejercicio anterior cuando fueron atendidos 3.806 migrantes.

Si bien el archipiélago canario presenta las cifras más altas del país (18.555 en Las Palmas y 19.536 en Santa Cruz de Tenerife), en lo referente a la península, Almería es la principal puerta de entrada hacia Europa con una estadística que multiplica por tres y hasta por cinco los registros del resto de provincias del sureste español como Murcia (2.576), Granada (1.778) y Cádiz (1.288). Entre Ceuta y Melilla no llegan ni al millar al experimentar en el último año un descenso del 59% en las entradas clandestinas. A nivel nacional han sido más de 53.000 inmigrantes, uno de los registros más altos de la historia por detrás solo del de 2018 con 51.018 personas interceptadas en su trayecto por vía marítima desde África. El incremento es exponencial porque en 2022 habían sido 30.686 en 2022 y 42.017 en 2021.

Desembarco patera en Almería

En la provincia el drama humanitario de los flujos migratorios fluctúa tanto en los vaivenes de la estadística como en el modus operandi y en el último ejercicio han cobrado protagonismo los traslados en narcolanchas desde Marruecos a las playas del Poniente (Adra y El Ejido) a plena luz del día en detrimento de la ruta que operaban las mafias argelinas hacia las calas del levante en oleadas nocturnas. De los 6.323 inmigrantes que ha recibido la provincia en todo tipo de embarcaciones, 4.285 eran marroquíes (922 en 2022) y 1.806 argelinos (2.305 en 2022). Del resto de países apenas ha habido incidencia y sólo se han identificado a 6 subsaharianos. El periodo de mayor incidencia suelen ser los meses de verano, con la mejora de la climatología entre junio y septiembre, siendo el goteo incesante de pateras taxi y planeadoras con un mínimo de una entrada diaria. El 11 de agosto tomaron tierra 12 embarcaciones en cuestión de horas. Si en los seis primeros meses del año habían sido 1.700 personas auxiliadas en su trayecto marítimo hacia Almería, tan sólo en julio fueron atendidos casi 1.500 inmigrantes.

La estadística de la Dirección General de Policía contabiliza la llegada ilegal de 52.189 inmigrantes entre los años 2013 y 2023 con una evolución desigual que tuvo su punto álgido en 2018. El registro policial notifica 682 en 2013, 1.176 en 2014, 1.487 en 2015, 2.156 en 2016, 5.576 en 2017, 12.327 en 2018, 6.489 en 2019, 5.421 en 2020, 6.519 en 2021, 3.806 en 2022 y 6.323 en 2023. El incremento del último ejercicio es importante, si bien se mantiene en consonancia con los datos de los años anteriores que no bajan de los cinco mil inmigrantes anuales, cifras muy superiores a las que se dieron hace una década cuando todavía se dejaba sentir el impacto de la crisis económica y que tuvo en 2013 su dato más bajo de la serie histórica desde principios de siglo.

Narcolanchas de Nador al Poniente

Los ayuntamientos de El Ejido y Adra vienen reclamando más medios materiales y humanos en los últimos meses a la Subdelegación del Gobierno alegando la alarma social creciente entre sus vecinos. La playa abderitana de Guainos va camino de convertirse en la dársena de un puerto comercial de la clandestinidad en la que atracan cada pocos días varias pateras que desembarcan a decenas de inmigrantes que se introducen en la península de forma irregular sin apenas control y oposición por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El litoral del Poniente es el principal foco de la irrupción de las narcolanchas que están cambiando el hachís por el tráfico de personas desbordando por completo las capacidades del servicio marítimo y también de los dispositivos terrestres que tienen que volcarse en la respuesta a las avalanchas migratorias y aparcar el resto de los competencias de la seguridad ciudadana.

Una de las planeadoras inteceptadas este fin de semana transportaba a personas, drogas  combustible
Una de las planeadoras inteceptadas este fin de semana transportaba a personas, drogas combustible

Y este año ha empezado igual. Este fin semana llegaban 5 pateras a estos dos municipios del Poniente con más de un centenar de personas, entre ellos una decena de menores. Horas después de su llegada a tierra, era rescatado sin vida uno de los ocupantes en la playa de Guainos. La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) lleva tiempo alertando de una situación “inasumible” para la actual plantilla de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. A su juicio, no hay suficientes agentes en las unidades ni vehículos para prestar la labor humanitaria, ni para la custodia y traslado desde la playa al Puerto. A veces tienen que buscar zonas de sombra porque la espera se hace eterna a 40 grados a pleno sol por el colapso que sufre la instalación portuaria. Dos agentes de una patrulla abderitana o ejidense se encuentran con grupos de hasta 80 migrantes y evidentemente el que se queda es porque quiere ser conducido al Centro Temporal de Atención a Extranjeros (CATE) de Almería.

Triple negocio de las mafias

Saben que en 48 horas serán puestos en libertad con un oficio que presentarán en Comisaría de Policía Nacional para que se tramite una orden de expulsión que casi nunca llega. Las repatriaciones en las ocho provincias andaluzas fueron 645 en 2022, 377 en 2021 y 556 en 2020. Millar y medio en tres años, menos de los que llegan a Almería en dos meses de verano. Cruz Roja presta atención cuando son interceptados en la costa almeriense y favorece su reagrupación con familiares y amigos dentro y fuera de la provincia. Las mafias africanas se lucran del triple negocio del transporte de inmigrantes, tráfico de drogas y logística (petaqueo).

En cada trayecto de una planeadora de las que llegan desde Nador viajan entre 40 y 50 inmigrantes de media o se cargan en torno a 3.500 kilos de hachís. Los pilotos, encapuchados porque empiezan a entrar en escena las mafias españolas, llegan a embolsarse hasta 50.000 euros por trayecto, 35.000 por controlar el GPS. Cruzan el mar de Alborán en dos o tres horas, se acercan al litoral y descargan el pasaje en dos minutos, a veces de manera brusca y violenta, para internarse de nuevo en alta mar. Graban con el móvil el desembarco y envían los vídeos a los responsables para que se certifique que han entregado el “paquete” en Almería. La cadena de delincuentes tiene tres roles bien definidos: los que se encargan de labores de logística y gestión de embarcaciones, los que llevan a efecto las travesías y los que están en un plano superior y son organizadores y cabecillas.

Más de 6.000 menores no acompañados (2013-2022)

La cifra de menores no acompañados que reciben la tutela y custodia de la administración andaluza también tuvo su pico en 2018 y en los últimos años ha descendido en Almería. Según los datos de la Dirección General de Infancia, Adolescencia y Juventud de la Junta, en Almería han sido asistidos 356 menores en 2013, 300 en 2014, 365 en 2015, 414 en 2016, 700 en 2017, 1.302 en 2018, 951 en 2019, 633 en 2020, 573 en 2021 y 387 en 2022. A la espera del cómputo del último año, serían más de 6.000 menores no acompañados los que han llegado en pateras taxi a la costa almeriense en la última década.

Cruzada contra los pateristas: 477 detenidos

En el ámbito de Extranjería y Fronteras, la Policía Nacional de Almería llevó a cabo cuatro operaciones contra el tráfico de personas y la trata de seres humanos con un total de 57 detenidos en los diez primeros meses del año pasado. En 2022, las pesquisas efectuadas por los investigadores permitieron identificar y detener a 183 personas que habían favorecido los movimientos de la inmigración irregular hacia la provincia. Entre los años 2018 y 2022 fueron 477 los pateristas y colaboradores necesarios de los flujos clandestinos de personas desde África arrestados en actuaciones en la provincia, según los datos facilitados a este periódico por el Ministerio del Interior.

El mar de Alborán y la costa almeriense se han convertido en un escenario geoestratégico clave en el que se enfrentan cada día las mafias del crimen organizado y por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en una batalla desigual para frenar el narcotráfico y el tránsito ilegal de personas. Existe una supremacía náutica de estas redes internacionales con estructuras consolidadas en los países de origen y destino y con presupuesto ilimitado para fletar planeadoras de última generación que superan los 60 nudos (110 kilómetros por hora), pero los agentes de Guardia Civil y Policía Nacional mantienen un estrecho control y seguimiento de todos sus movimientos y, a veces, suena la flauta y acaban sentando en el banquillo de los acusados a los que sacan rédito económico de la desesperación de las personas que sueñan con una vida mejor al otro lado del Estrecho.

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