Los impactantes vídeos de la ciudad Almería con el Puerto abierto al uso ciudadano
Almería
El final de la Rambla cambia su fisonomía. Elevada, conectará con el parque Nicolás Salmerón y un Muelle de Levante dedicado al ocio y la restauración. El Cable Inglés compartirá protagonismo con el Cable Francés, convertido en una zona de restauración sobre el mar desde un paseo marítimo moderno y unificado
La desembocadura de la Rambla totalmente cambiada y en altura, conectando con los parques de Las Almadrabillas y el Nicolás Salmerón, en una anchura que permite su recorrido hasta alcanzar el Muelle de Levante, de donde habrá desaparecido el actual aparcamiento y el edificio de la Autoridad Portuaria. Duplica su superficie permitiendo la construcción de nuevas edificaciones, con locales de oficinas, ocio y restauración que, sobre un aparcamiento subterráneo, conectarán a su vez con el Cable Inglés rehabilitado y un paseo marítimo uniforme y moderno con otro gran protagonista: el Cable Francés que, con espectacular cambio de fisonomía, albergará un restaurante sobre el mar.
Es, a grandes rasgos, la impactante transformación de la capital almeriense con la ejecución de los planes para la integración del Puerto-Ciudad, un proyecto sobre el que hay ya unos primeros vídeos con los que hacerse una buena idea de la envergadura de las actuaciones contempladas y de esa Almería que viene.
Los vídeos y las imágenes relacionadas han sido presentados en el transcurso de la jornada Actuaciones puerto-ciudad en el Puerto de Almería, celebrada en el edificio Varadero por la Autoridad Portuaria de Almería y RETE, la Asociación para la Colaboración entre Puertos y Ciudades.
Con representantes de todos los sectores sociales, los vídeos confeccionados se anticipan al desarrollo de cada uno de los proyectos faseados, si bien ofrecen a la sociedad almeriense una imagen clara de lo que va a suponer el Puerto-Ciudad, un proyecto que “ya no es un anhelo, sino una realidad cada vez más cercana y tangible”, incidía en su intervención previa el alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, para quien este conjunto de actuaciones aporta “la mayor oportunidad de Almería. Nunca tendremos tal cantidad de terreno en el centro de Almería, eso no volverá a suceder”.
Son, efectivamente, 84.000 metros cuadrados de frente litoral, desde el Muelle de Levante hasta la playa de San Miguel, pero cuyas intervenciones también se expandirán hacia el último tramo de la Rambla y el final del parque Nicolás Salmerón, que llegarán a abrazarse con el citado Muelle.
Este mismo mes de mayo, la Autoridad Portuaria aprobaba el borrador del convenio para la cesión a la ciudad de la zona de dominio público portuario ubicada entre el Muelle de Levante y la Rambla. En concreto, 12.933,45 metros cuadrados, más otros 11.111,55 metros cuadrados, que serán ocupados provisionalmente para ejecutar las obras de ampliación del Muelle.
“Hemos pasado de las palabras a un acuerdo definitivo de cesión de suelos, y el Ayuntamiento de Almería podrá ponerse al frente de los proyectos” que, en palabras del presidente de la Autoridad Portuaria, Jesús Caicedo, darán como resultado la “integración de espacios para que la ciudad crezca y el Muelle de Levante se convierta en una prolongación de la Rambla sobre el mar para el disfrute de los ciudadanos”, permitiendo también la “llegada de cruceros de mayor calado y que los turistas puedan llegar al centro de la ciudad en unos pocos minutos”.
Con elementos muy similares a las actuaciones hechas en Málaga, durante el acto de inauguración, la presidenta de RETE, Teófila Martínez, ha destacado que “las ciudades portuarias multiplican su potencial y capacidad de generación de riqueza cuando trabajan en objetivos comunes y actúan de manera integrada: puerto y ciudad”, abogando por una integración que “no debe ser solo física, sino cultural y social”.
MUELLE DE LEVANTE
Es una de las piezas esenciales del proyecto Puerto-Ciudad, la transformación del Muelle de Levante, que ahora mismo ocupa mayoritariamente el aparcamiento en superficie y las instalaciones de la Autoridad Portuaria. Duplicará su superficie hasta alcanzar entre 120 y 130 metros de longitud y 8 metros de calado, ajustándose a la anchura de la desembocadura de la Rambla y quedando suprimido ese paso estrecho que no invita a la ciudadanía hasta llegar a la zona portuaria. Los actuales edificios y parking desaparecerán para dejar un espacio, ya ampliado, para locales de oficinas, ocio y restauración. Son “edificios multifuncionales”, que irán intercalándose en una superficie que será diseñada para ser atractiva al disfrute ciudadano y que contará con áreas sombreadas mediante pérgolas y vegetación.
El proyecto, a desarrollar, contemplará un aparcamiento subterráneo. Es un concepto muy similar a la actuación de integración que ha llevado a cabo la ciudad de Málaga y que le ha canjeado esa transformación urbana, económica y social que la capital almeriense precisa, pero Almería dará “un paso más” al contemplar una valla trasparente que le permitirá compatibilizar la llegada de cruceros con el paseo de los ciudadanos.
LA RAMBLA Y EL PARQUE NICOLÁS SALMERÓN
Un problema puede convertirse en una oportunidad. Y aquí hay varios, además. Las instalaciones portuarias soportan una presión de tráfico de 40.000 vehículos al día y el Puerto-Ciudad está buscando soluciones. Por ahora, se aboga por la solución intermedia planteada por el arquitecto Antonio Góngora que cambiará totalmente la fisonomía no solo de la desembocadura de la Rambla, sino también el final del parque Nicolás Salmerón, ya que ambos espacios acabarán abrazándose. ¿Cómo?
La solución es elevar la Rambla, dejando el paso inferior para la circulación de vehículos. Esta pasarela arrancará justo donde se encuentra ahora la noria, absorbiendo también el pequeño giro para los coches que proceden de Oliveros y se dirigen a la antigua plaza Circular. Esa pasarela quedará conectada con una ampliación del parque Nicolás Salmerón, una anchura por la que caminar también hasta la zona de ocio del Muelle del Levante, hacia el parque de Las Almadrabillas o el Cable Inglés. Desaparecerá, por tanto, la ‘fuente de los chorros’ y los lodos.
EL CABLE INGLÉS
Para el presidente de la Autoridad Portuaria, Jesús Caicedo, el Cargadero delMineral es el icono de las intervenciones integradas en el proyecto Puerto-Ciudad. La segunda fase de rehabilitación se encuentra en marcha y adentrada en su recta final, cuando ya se ha alcanzado el 90% de la actuación que permitirá a los almerienses y visitantes disfrutar de un paseo sobre este BIC, desde el parque de la Estación hasta acabar contemplando las vistas del Mediterráneo.
“Llevamos un año de retraso”, ha admitido Caicedo –las obras se han topado por los obligados parones del confinamiento y los problemas de suministro–, pero garantiza que será “en cuestión de semanas cuando el Cable Inglés se convierta en el mejor símbolo del Puerto-Ciudad” con ese paseo peatonal. Queda pendiente la tercera fase, con las salas expositivas y restaurante.
EL CABLE FRANCÉS
Ahora es apenas una sombra del Cargadero del Mineral, Bien de Interés Cultural, si bien el Puerto-Ciudad le promete al Cable Francés un nuevo futuro en el que gana protagonismo. La idea plasmada en uno de los vídeos deja un espectacular diseño en el inicio de su recorrido para llegar hasta un restaurante abierto y sobre el mar, protegido del sol por una sobreplanta paseable, una vez acometidas las obras de refuerzo y rehabilitación precisas. Esta idea dota, además, al Cable Francés de embarcadero para barcos y motos acuáticas, por lo que los posibles clientes podrán llegar a su cita en el restaurante por mar.
El Cable Francés no es la única pieza que el proyecto Puerto-Ciudad pretende poner en valor. Como explicaba el jefe de Planificación de la Autoridad Portuaria, Antonio Bayo, las actuaciones previstas permitirá recobrar el Centro de Actividades Náuticas, actualmente encajonado.
PASEO MARÍTIMO Y CENTRO DE ACTIVIDADES NÁUTICAS
El Puerto-Ciudad se extiende en su frente litoral hasta la playa de San Miguel. Contempla cambiar completamente de aires este paseo marítimo con aspecto renovado y de diseño moderno, así como una unificación de la imagen actual, acorde, además, con el resto del conjunto y su conexión con Las Almadrabillas, que será remodelada para realce del Cable Inglés y cuya intervención que va desde el final de las instalaciones deportivas del Club de Mar y el espigón de la playa de San Miguel, incluyendo el antiguo cargadero del Cable Francés. La actuación en concreto del paseo marítimo bajará en, este tramo de Las Almadrabillas, su cota al objeto de darle protagonismo al Centro de Actividades Náuticas, uno de los “edificios más bonitos de la ciudad” con poca visibilidad actualmente al quedarse “hundido”.
En cuanto al Club de Mar, los planes –o al menos su concreción inicial– pasan de largo hasta que concluya la concesión, estando previsto un nuevo puerto deportivo. Tampoco esta exposición ha hecho referencia al ferrocarril.
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