La iglesia de Santiago
Un patrimonio perdido
La iglesia renacentista fue mandada a construir por el obispo fray Diego Fernández de Villalán, fundador de la Catedral de Almería. Las obras duraron de 1553 a 1559, siendo dirigidas por Juan de Orea. La iglesia, una de las joyas arquitectónicas del Patrimonio Religioso que tiene Almería, fue declarada Monumento Artístico Nacional en 1931. El templo sufrió incendios y saqueos en la Guerra Civil, ocasionándole con ello graves daños. El interior quedó totalmente destrozado el 22 de julio de 1936 y sólo quedaron en pie los muros, escapando de la destrucción su portada de la calle de las Tiendas, con el monumental relieve de Santiago Matamoros y la sobresaliente torre de la iglesia.
El interior de Santiago albergaba obras artísticas que se quemaron en el incendio. Existía una imagen de los Dolores, atribuida por algunos al granadino José de Mora, y por otros al murciano Francisco Salzillo. La imagen de la Dolorosa reflejaba en su cara un bello rostro dolorido, un dolor hondo exteriorizado con lágrimas. A través de su cara amarilla y llorosa, de sus tristes ojos y boca de amargura, quedaban plasmados los dolores de la Virgen tras sepultar el cadáver de su hijo. La Virgen, con un total recogimiento interior, con las manos torneadas, rostro ovalado, abatido por un dolor callado y reflejado en sus ojos, con cabeza levemente inclinada hacia un lado, cejas en leve curvatura y mirada baja, dejaba vislumbrar una bella obra artística y sin dudarlo, una de las mejores que encerraba la iglesia.
Nuestra opinión acerca de la atribución de la obra, está basada en las comparaciones de las Dolorosas de Mora y Salzillo. Las Dolorosas de Mora son “Vírgenes que callan su dolor con lágrimas transparentes que casi ocultan su dolorosa y triste mirada en sombras de pestañas de cabello natural”. El tipo de las Dolorosas de Salzillo se mantiene en todas las representaciones del artista, de “rostro admirable hacia lo alto, brazos abiertos y manos suplicantes”.
En base a las notas indicadas, nuestra opinión se inclina a atribuir la Dolorosa de Santiago al granadino José de Mora, ya que está más en la línea de las representaciones del citado artista que del imaginero murciano Salzillo. Pero a estas indicaciones, hay añadir que pueden existir excepciones en los modelos de los artistas y que la ejecución de las obras pueda deberse a discípulos de los artistas. Lo que si podemos decir que su autoría no está documentada de forma oficial.
Dicha imagen constituía un bello paso procesional en la noche del Viernes Santo, que era llamado popularmente “La Soledad”. El paso representaba la “Soledad de una Madre” ante la pérdida del Hijo querido, llenando de emoción a quienes lo presenciaban.
La Cofradía de la Soledad se estableció en la Parroquia de Santiago en 1773.Primeramente desfilaba la Virgen sola en el paso, pero más adelante, al reorganizarse la Cofradía, iría acompañada de la figura de San Juan Evangelista.
Con la llegada de la Guerra Civil, desapareció el paso procesional al destruirse sus imágenes con la quema de la iglesia, lamentando la perdida de una de las imágenes de mayor tradición almeriense como es la Dolorosa y una de las cofradías de mayor raigambre. Lo único que se salvó de las imágenes fueron el manto bordado en oro y la corona de oro de la Virgen, y el artístico vestido de la imagen de San Juan Evangelista. Hizo una copia fidedigna de la antigua imagen de la Soledad el afamado imaginero y escultor de Castellón D. José Pascual Ortells López y la de San Juan Evangelista el ilustre pintor e imaginero almeriense, D. Jesús Pérez de Perceval y del Moral.
En la iglesia había un cuadro de gran interés debido, sobre todo, a su misteriosa desaparición en Almería. El cuadro era el de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, imagen muy venerada, embargada de un gran atractivo por su antigüedad y “la expresión angélica de su estilo bizantino”.
El descubrimiento de la talla con la imagen de la Virgen ha estado siempre envuelto en un gran misterio y leyenda. Al parecer, se trataba de la imagen que tenía el Padre Juan Exarch, agustino español. Éste fundó un convento, y en la iglesia del convento de Socós (Socorro) en Valencia se encontraba la imagen de la Virgen. En 1808 se incendió la iglesia, desapareciendo la imagen, y en 1894 aparece en Almería, en la iglesia de Santiago, una copia exacta de la Virgen del Perpetuo Socorro del padre Juan Exarch. La imagen, que se encontraba muy deteriorada, fue retocada y se expuso al culto, dedicándosele una novena y erigiéndola en Archicofradía en la citada iglesia. La tabla se hallaba en el centro de su retablo y altar, y fue destruida en el incendio de la iglesia.
La ermita de Santa Lucía era la capilla que había en el interior de la iglesia. Dicha ermita era una de las mezquitas que los Reyes Católicos convirtieron en iglesia tras la conquista de la ciudad en 1489. En el interior de la capilla había un retablo dedicado a la Virgen, que era de madera, de estilo barroco, con toda la talla en oro. La imagen de la ermita de Santa Lucía era la primitiva fundacional de la ermita. La Santa portaba en una mano el plato con los ojos y en la otra, la palma del martirio; estaba vestida a la usanza romana, al igual que el peinado, y sobre su cabeza, portaba una diadema simbólica.
La portada renacentista de la ermita con el relieve en la parte superior de Santa Lucía, que se encuentra dentro del ámbito de la parroquia de Santiago, quedó en pie, aunque deteriorada a causa del incendio. La capilla interiormente quedó totalmente en ruinas. En la actualidad podemos ver la bella obra arquitectónica de la portada de la ermita y admirar dentro de la misma la copia de la imagen tradicional de La Soledad.
Para finalizar indicar la destrucción del techo de la iglesia, de labrado mudéjar, que según el Padre Tapia Garrido podría ser una obra realizada por el alarife morisco Zunzunegui.
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