La increíble historia de dos antílopes blesbok del Mini Hollywood: Salmah y Ahadi

Turismo

La reserva africana del parque de Grupo Senator tiene un antílope blesbok con solo tres patas por una operación

La manada no la ha abandonado y hace unas pocas semanas fue mamá

Un ‘oasis’ para la salvación animal con un centenar de proyectos de conservación

Salmah, de frente sin quitar ojo a la cámara, proteg con su cuerpo a su cría, Ahadi. Se puede ver que la mamá sólo tiene tres patas.

Tabernas/El mundo animal no deja de sorprender. Las praderas de la reserva animal del Mini Hollywood son el escenario de una historia que aunque tenga como protagonista a un antílope, tiene su parte emotiva y sensible. La protagonista principal es Salmah, una hembra de blesbok que en 2019 se iba a convertir en el primer bebé de esta especie nativa en cautividad en el recinto almeriense.

Una triste mañana, los cuidadores de esta especie de bóvidos encontraron a Salmah con una fatal rotura de su pata trasera izquierda. Inmeditamente, para minimizar daños, trataron de capturarla y anestesiarla, con el objetivo de reducir la fractura y sanarla. Sin embargo, un animal siempre es un animal, el instinto de los antílopes es huir y desconfiar del ser humano, por lo que Salmah puso todo su empeño en quitarse el vendaje que le habían puesto.

La herida [fue una fractura abierta] no mejoraba y la infección empezó a propagarse por hueso, músculo y piel. No quedaba otra opción que amputar para tratar de salvarse la vida a este bello ejemplar de blesbok, una de las especies que más llaman la atención de los visitantes al parque por su carácter exótico y por los coordinados movimientos de la manada.

La mamá y su cría se han ganado el cariño de cuidadores y de visitantes.

Precisamente éste fue otro de los miedos de los veterinarios del Mini Hollywood. ¿Sería capaz de adaptarse nuevamente a un grupo acostumbrado a cabalgar y vivir siempre yendo y viniendo por las padreras del parque? Salmah, que en suagili significa la que está a salvo, iba a salvar [valga la redundancia] un nuevo escollo biológico y se iba a reintegrar de maravilla con la manada. Es cierto que sus movimientos no son igual de ágiles, que a veces pierde el equilibrio, pero la ausencia de depredadores, unidas a sus ganas de vivir, han obrado parte de este milagro animal que iba a tener un final con una sorpresa aún más feliz.

La hembra blesbok empezó a ganar peso, la barriga iba ganando volumen curiosamente después de la época de apareamiento. Así era, Salmah iba a ser mamá de una cría a la que los cuidadores iban a llamar Ahadi, promesa en español. Un nuevo reto, otro desafío para una mamá coraje de tres patas que iba a dar un nuevo ejemplo. Los veterinarios se preparaban para hacerse cargo de la cría, para suministrarle el alimento que presuntamente la mamá no iba a ser capaz de conseguirle, dado su daño físico.

Ahadi, mamando.

¡Qué poco confiaban en Salmah y en el instito de supervivencia que tienen los animales! Nada más dar a luz, Ahadi se enganchó de la teta de su mamá y empezó a mamar. No era necesario separar a la feliz familia, que se convertía en uno de los iconos del Mini Hollywood Oasys. Los miles de visitantes que cada semana visitan el poblado del oeste y la reserva animal se asombran cuando ven el físico mutilado de Salmah. Pero los gestos de pesar se transforman en asombro cuando la ven moverse con total normalidad con el resto de la manada y en dulzura al engancharse Ahadi de sus mamas. Es el ciclo de la vida, el ciclo sin fin, que se cantaba en el Rey León.

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