Los helados míticos de tus veranos

Rememoramos las cremas heladas de otros años y que no sabías que siguen presentes

en tus kioskos más cercanos.

Los 'Fantasmikos' el postre perfecto para compartir con tus amigos / Nestlé
Benito López

12 de julio 2019 - 22:19

‘Quiero un helaico’. Esta frase se nos viene a la mente cada vez que solemos pasar por los kioscos más cercanos del paseo marítimo, bañándote en la playa del Zapillo, dándote un paseo por la Rambla o yendo de excursión a Cabo de Gata. Buscamos cualquier excusa para tomarnos un buen helado. Porque hay que combatir el calor, y, el agua del mar y la siesta después de comer con el aire acondicionado encendido no son suficiente.

Muchos de nosotros, nos excusamos a la hora de tomar helado para luchar contra la llamada ‘operación bikini’. Nos olvidamos de los numerosos beneficios que contiene tomar este postre veraniego. La crema helada es una fuente rica en vitaminas A,B2 Y B6. Aporta un gran valor energético por su alto porcentaje en hidratos de carbono. Debido a su gran composición con agua, es uno de los alimentos más hidrantantes de la pirámide alimenticia. Incluso nos ‘hace más felices’ ya que este postre tan refrescante nos ayuda a liberar serotonina, hormona que combate los síntomas de la depresión.

El origen del helado es homogéneo. No existe una fecha exacta que date su creación. Algunas teorías dicen que vienen de épocas romanas cuando se invento el denominado ‘sorbete’, compuesto de nieve, frutas y miel. También hay quienes defienden fueron los propios chinos los autores del postre. La única fecha oficial que existe es el año 1660, cuando el italiano Propocio creó una máquina capaz de mezclar fruta, azúcar y hielo, popularizando el helado por la capital francesa.

Está claro que el helado no se ha dejado de vender, ni lo hará. Para muchos es una tentación irresistible y para otros un postre más. A día de hoy existe una infinita variedad, pero son muchos los helados que han ido despareciendo en el mercado cada año al igual que los postres helados se van renovando, también se echa de menos otros muchos.Por este motivo, no debemos de olvidarnos que hay otros muchos que nos han ido acompañando a lo largo de todos estos años. Con esta temática, Diario de Almería, junto con Nestlé, ha querido recordar los helados que marcaron tu verano y seguirán estando.

El primero de ellos es ‘El Colajet’. Este polo helado es uno de los más antiguos de la familia de Nestlé. Su origen viene de los años 60, cuando la familia de helados se llamaba ‘Camy’. El Colajet fue relanzado siendo objeto de promoción de películas como ‘’La Guerra de la Galaxias’. Con su cohete de sabor cola-limón junto con su punta de chocolate crujiente formó parte de la infancia de muchos niños que soñaban con ir al espacio con este ‘cohete’.

Colajet, 'el cohete espacial' de Nestlé / Nestlé

El siguiente del que queremos hablar es del ‘Pirulo Mikolápiz’. Nació en la década de los 80. Su deliciosa crema de vainilla helada y su punta dura de chocolate en su interior era uno de los helados más añorados por los niños.

El Mikolápiz nos conquistó con su crema de vainilla y su punta de chocolate / Nestlé

Como no, en esta lista no podía falta ‘El Pirulo Bazooka’ que se unió a la familia de Helados Nestlé en los 90 junto con el cambio de nombre de marca de estos postres. Fascinó a los más pequeños por su gran tamaño y colorido.

El Pirulo Bazooka, uno de los postres más refrescantes de Nestlé / Nestlé

En la familia del Pirulo destacan productos míticos como ‘Pirulo Fantasmikos’. A principios del nuevo siglo vinieron estos divertidos ‘fantasmistas’ a nuestro paladar. Nos han estado conquistando desde hace casi 20 años y hasta el día de hoy sigue siendo uno de los más demandados por los niños. Podemos decir que es un postre no sólo delicioso sino muy ‘escalofriante’

La familia de 'Fantasmikos', el postre perfecto para compartir con tus amigos

Como veis, a pesar de que muchos helados nos han ido dejando, hay muchos otros que se han quedado. Porque lo que hace un helado que sea tan apetecible, no es el sólo el postre, sino el momento y con quien lo compartes. Si te apetece tomarte un ‘helaico’, no te lo pienses, cógelo, disfrútalo y sobre todo compártelo.

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