¿Hay más riesgo de que se incendien los coches por el calor del verano en Almería?

Los bomberos de Almería se tuvieron que emplear a fondo en la madrugada del lunes para sofocar lo antes posible el incendio que se había producido en la parte trasera de un Renault Megane estacionado en la calle Doctor Giménez Canga Argüelles que desemboca en la avenida Federico García Lorca, en el tramo comprendido entre calle Altamira y Hermanos Pinzón. La rápida intervención de los efectivos municipales evitó que las llamas calcinaran por completo el vehículo, como sí ha ocurrido en otros siniestros similares. Era el cuarto turismo que sufría un incendio en julio y, dadas las elevadas temperaturas que viene experimentando la provincia en el último mes, es inevitable plantearse la relación entre el calor y los automóviles que sufren este tipo de episodios. ¿Hay más riesgo de que se incendien los vehículos en verano en Almería?

Los informes de las aseguradoras confirman que la probabilidad de que un coche sufra un incendio en verano es mayor debido al subidón de los termómetros. En periodos más críticos como las olas de calor se ha demostrado que las cifras crecen en torno al 15%. Pero hay otros factores también relacionados con la época estival que contribuyen como los viajes más largos y continuados que se hacen por vacaciones, la época en la que más se fuerzan los coches, sin que una proporción importante haya realizando un mantenimiento adecuado. Un automóvil moderno en estado normal puede alcanzar una temperatura de entre 100 y 110 grados centígrados (los más antiguos deben manteners en torno a los 90), una disposición que se agrava cuando aprieta el calor, se incrementa la actitvidad y los cuidados son deficientes. Las fugas de aceites y combustibles, los motores con rezumes y suciedad acumulada son posibles focos de incendio que pueden prender con el exceso de temperatura de funcionamiento. 

Sin embargo, la estadística que manejan los bomberos de Almería constata que en verano se producen el mismo número de incendios, al menos en los núcleos urbanos. Según datos a los que ha tenido acceso este periódico, cada mes se producen una media de cuatro o cinco episodios con independencia del incremento de la temperatura ambiental. En ocasiones están relacionados con el calor y otras con fallos eléctricos e incluso con actos vandálicos cuando se inicia un fuego en un vehículo o en mobiliario o contenedores próximos y se propaga. Si que reciben más avisos por incendios durante trayectos en carretera, pero los automóviles que se encuentran estacionados en las calles de la ciudad arden tanto en julio y agosto como a principios de año. De hecho, en febrero tuvieron una complicada intervención cuando un turismo situado en una rampa de un garaje particular comenzó a arder hasta quedar calcinado en mitad de la noche.

Dos dotaciones tuvieron que emplearse a fondo para acceder al recinto del que se habían apoderado las llamas y el humo en la calle General Luque. Este tipo de siniestros iniciados en los parkings son más complicados de afrontar a la hora de mitigar los efectos del fuego y suelen propagarse de un vehículo a otro. Las principales causas de los incendios que se producen en los automóviles son el mal estado de la instalación eléctrica o de las baterías (por corrosión, fuga de ácidos o bornes que provocan chispas), fugas y pérdidas de fluidos hidráulicos, motor sobrecalentado, carga peligrosa como las mercancías inflamables, aparcar en sitios indebidos o defectos de fabricación.