Dos graves riadas en Almería en el siglo XXI... de momento (IV)
Reportaje histórico
El 28 de septiembre de 2012 se desbordó el río Aguas y el 13 de septiembre de 2019, la gota fría se centró en la capital y en Níjar
Riadas de Almería: Benínar desapareció en la riada de 1982 (III)
Decíamos en los últimos reportajes que las terribles inundaciones del otoño de 1973 y 1982 en Levante y Poniente respectivamente causaron diez víctimas mortales y provocaron la desaparición de un pueblo que más tarde o más temprano, estaba condenado a sucumbir bajo el agua: Benínar. Los daños materiales nunca se han podido evaluar pero, al menos, tuvieron su parte buena: los dos pantanos que se construían desde 1960 en Almería, el de Cuevas de Almanzora y el de Benínar, aceleraron su ritmo de finalización y evitaron nuevas riadas en ambas zonas al recoger las aguas de los ríos Almanzora y Grande de Adra respectivamente. Gracias a ellos, los pueblos de sus cuencas no sufrieron daños de consideración en 1982.
Pero quedó un cabo suelto. Un río de esos que nunca lleva agua y que paradójicamente se llama Río Aguas, no se encauzó hacia el pantano como su vecino el Almanzora, causante de las desgracias de 1973, y nueve años después recordó que él también era un río. Fue el 28 de Septiembre de 2012. Arrasó las urbanizaciones del Levante almeriense, especialmente las de Vera, donde más se había construido: Puerto Rey, Puerto Laguna... Ocasionó tres muertos y daños materiales nunca bien evaluados. Cayeron aquel día 250 l./m2.
Afortunadamente el pantano de Cuevas ya estaba finalizado y las aguas del traicionero río quedaron retenidas en su interior.Estaba prácticamente vacío, apenas almacenaba 10 hm3 de agua cenegosa, y pasó a tener ¡50 hm3! en tan sólo 12 horas de lluvias como no se recordaban desde hacía 39 años. El pantano recogió 175 l./m2 y evitó una nueva riada del Almanzora aunque, como hemos dicho, no pudo hacer lo mismo con la de los ríos Aguas y Antas que no estaban canalizados hacia él. Varios helicópteros evacuaron a unas 300 personas aisladas en las urbanizaciones veratenses y hubo tres muertos.
Vera, Cuevas y Huércal Overa fueron los pueblos donde más llovió aquel día, con 250 litros / m2. También la Autovía sufrió graves daños, derrumbándose incluso un puente a la altura de Puerto Lumbreras y quedando incomunicada la comarca. La anécdota de la jornada fue que los alumnos de colegios e institutos veratenses que no pudieron regresar a sus casas, comieron en la Terraza Carmona. No hay mal que por bien no venga.
Y nos falta por recordar la última gran inundación del presente siglo: la del 13 de septiembre de 2019, hace ahora un lustro, tan violenta como la anterior pero que ‘solo’ causó un muerto. Ríos y ramblas están cada vez mejor canalizados y aquellas grandes catástrofes de antaño ya suceden cada vez menos. En apenas doce horas se multiplicaron las riadas en ramblas y calles y las inundaciones en garajes y viviendas que obligaron a activar los servicios de emergencia.
La zona más afectada volvió a ser la cuenca del río Almanzora, llegando a descargar 130 litros /m2 en Pulpí, Serón y María y 97 en una hora en la capital, unas precipitaciones que en otro tiempo, habrían provocado terribles riadas e inundaciones en los cascos urbanos.Níjar, Antas, Cuevas del Almanzora, Huércal-Overa, Vélez-Rubio, Vera, Pulpí y Almería fueron las más damnificadas. Unos 4.000 alumnos se quedaron en casa para evitar males mayores. Precisamente en Almería fue donde se produjo el muerto al quedarse un hombre en el interior de su coche bajo el puente de La Goleta. Recordemos una máxima infalible: el agua siempre recupera las tierras que son suyas. Mucho cuidado.
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