Las gacelas que evitaron la desaparición a los pies de la Alcazaba de Almería
Animales
Este año se ha cumplido el 50 aniversario de la ‘Operación Mojor’, que trasladó a la Hoya a los primeros ejemplares africanos
Almería/A los pies de la Alcazaba de Almería, cientos de gacelas y arruís saharianos crecen y se reproducen para mantener vivas cuatro especies de ungulados del norte de África que comenzaron a llegar a Almería hace ya 50 años gracias a la pionera ‘Operación Mohor’, que trasladó a este espacio a los primeros animales en peligro del Sáhara Occidental.
Se trataba de más de una veintena de gacelas norteafricanas, siete gacelas o antílopes mohor (Nanger dama mhorr) y 17 gacelas dorcas saharianas (Gazella dorcas neglecta), que aterrizaban el 14 de enero de 1971 en el aeropuerto de Almería gracias a una empresa que “venía gestándose desde hace tiempo”.
Así lo indica en una entrevista con Efe el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y director de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), Francisco Domingo Poveda, quien recuerda que fue el biólogo José Antonio Valverde, impulsor del Parque Nacional y de la Estación Biológica de Doñana, el que “detectó un problema en África, que existía una serie de gacelas que estaban desapareciendo, sobre todo por la caza furtiva.
Valverde inició un “cúmulo de acciones” en que distintas personas hicieron posible la llegada de las gacelas. “En Almería una pieza clave fue Antonio Cano, fotógrafo y naturalista, entonces conservador del museo del Instituto de Aclimatación, que era el nombre que tenía la EEZA en la época”.
También la hija de este último, Mar Cano, y del director del Instituto de Aclimatación, Manuel Mendizábal, que dio el “visto bueno” para que los animales se instalaran en en el barranco de La Hoya, en la vertiente norte de la Alcazaba de Almería, creando el Parque de Rescate de Fauna Sahariana, hoy denominada Finca Experimental la Hoya.
Una empresa en la que también jugaron un “papel muy importante” la Diputación de Almería, ADENA y el ICONA y que cinco décadas más tarde se traduce en una instalación que alberga alrededor de 450 ejemplares de gacelas mohor, gacelas dorcas saharianas, gacelas de Cuvier (Gazella cuvieri) y arruis saharianos (Ammotragus lervia sahariensis).
“Vieron que el clima semi desértico de Almería era similar al del hábitat natural de estos animales en el norte de África”. Y no se equivocaban porque en estos 50 años han nacido unas 3.800 gacelas.
“Podrían ser muchos más ejemplares, pero no es una cuestión de criarlos por criarlos, sino de tener un mínimo que garantice su viabilidad futura y garantice los proyectos de reintroducción y de dispersión por los diferentes zoos” que participan en los programas de cría en cautividad de todo el mundo, subraya el director de la EEZA.
Todo ello teniendo en cuenta la “diversidad genética para que la población no se viniera abajo, porque partían de muy pocas parejas”. De esta forma, el trabajo que desempeñan los operarios y la veterinaria es diario, con el fin de mantener el “bienestar animal” en esta reserva de fauna sahariana, única en el mundo y en donde con los años, se han creado otro tipo de de instalaciones, como un centro de recursos genéticos, aviarios, animalarios y un centro de visitantes.
“Una de las especies de gacela, la gacela dama mhorr está extinta en libertad, y las otras dos, gacela dorcas y de Cuvier, están amenazadas”, resalta Domingo, quien indica que las reintroducciones en países del norte de África han obtenido buenos resultados, siendo la mayor complicación “la geopolítica”. Porque no se trata de soltar a los animales sin más. “No puedes llevarlas y dejarlas de pronto en libertad, hay que dar pasos paulatinos, aclimatándolas de forma paulatina a su hábitat natural y para que puedan defenderse de los peligros que en un momento dado pueden encontrarse en la naturaleza, como los depredadores”
Senegal o Túnez, son sólo dos de los países en los que ya se han puesto en marcha estos proyectos de reintroducción.
La EEZA también realiza trabajos para resolver problemas ecológicos y medioambientales, especialmente en zonas áridas y semi áridas. Con líneas sobre ecología teórica y modelización, evolución, ecología de poblaciones y comunidades, conservación de la biodiversidad, redes tróficas, los procesos de desertificación o los balances de agua y de carbono, e incluso estudios de restauración ecológica en la economía circular.
Esto último ha planteado la necesidad de cambiar la ubicación en la que se ubican desde hace décadas las gacelas, porque “la actual localización no es representativa del semi árido”. “Tiene un micro clima muy especial al estar bajo el cobijo de la Alcazaba y en una especie de valle profundo”, dice Domingo, quien dice que se pretende trasladar las instalaciones a Tabernas para “tener una mejor conservación de las gacelas y llevar a cabo experimentos más representativos”.
Con todo, este año se cumplen 50 años de la ‘Operación Mohor’ y de la creación el 19 de octubre de 1971 del Parque de Rescate de Fauna Sahariana. Por ello, se han preparado diferentes actividades “supeditadas a la situación sanitaria”. A pesar de todo la finca se puede 'visitar de manera virtual' a través de un tour virtual 360 que “en esta pandemia es una magnífica forma de conocer la finca, disponibles a través de las cuentas de Facebook e Instagram y la WEB institucional de la Estación Experimental de Zonas Áridas”
Una celebración a la que el año que viene se sumará el 75 aniversario de la Estación Experimental de Zonas Áridas, instituto de investigación en Almería, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, por lo que, si la situación sanitaria lo permite, habrá visitas guiadas, talleres educativos y, ya en las redes sociales, píldoras para dar a conocer a las especies y las labores de conservación que han permitido salvaguardas de la extinción 50 años después, bajo la Alcazaba de Almería.
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