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Una larga caravana de vehículos del Infoca, incluidos dos camiones autobomba contra incendios, se dirige a través de sierra de Hirmes hacia el Campillo de Darrícal. Es un monte público de pinar situado a unos kilómetros del puente de Alcolea, término municipal al que pertenece, a espaldas del pantano de Benínar.
La temperatura es fría, pese a la mañana soleada. Medio centenar de bomberos forestales de los retenes de Ohanes, Gérgal, Berja y Abla se disponen a quemar una parcela de 3,5 hectáreas sin demasiada carga de combustible, como denominan a la vegetación natural o biomasa residual que se acumula en el sotobosque y que se convierte en una amenaza cuando aprieta el estrés hídrico y sube la temperatura. Es la estrategia del fuego contra el fuego por la que los bomberos forestales encienden la mecha en lugar de apagarla.
Pero la explicación es bien sencilla. El fuego se ha convertido en aliado del Plan Infoca en Andalucía en la gestión integral de los ecosistemas y en un elemento imprescindible de un nuevo modelo preventivo con el que responder al aumento de la combustibilidad en buena parte de las sierras y montes por los eventos extremos de sequía y los episodios prolongados de calor que se derivan el cambio climático y de otros procesos asociados al abandono continuado de los usos agrarios tradicionales. El "fuego bueno" será uno de los ejes sobre los que gire la nueva política de prevención forestal y, al no estar exento de riesgos, requiere una formación y adiestramiento de los equipos especializados en manejo de los incendios controlados. Esta quema prescrita en Alcolea es la quinta que se realiza este año, la primera en Sierra de Gádor, y con anterioridad fueron tres fuegos técnicos en Los Filabres y otro más en Granada. El delegado de Medio Ambiente, Antonio Martínez, ha explicado la importancia del plan de quemas prescritas que están impulsando con los profesionales del Infoca aprovechando periodos de riesgo bajo y medio. Supervisó sobre el terreno la última de las jornadas que fue coordinada, al igual que todas las anteriores, por técnicos del recién constituido Equipo Regional de Quemas Prescritas de Andalucía (ERQUA) con Miguel Martínez, Héctor Alfaro y Paco Vilchez como instructores del ejercicio práctico.
En días previos se realizó una capacitación teórica en el Centro de Defensa Forestal de Alhama en la que se detallaron las bases del empleo del fuego en condiciones seguras, así como otras técnicas de desarrollo de la quema para que se cumplan los objetivos de consumo de combustible establecidos en la prescripción del plan del ejercicio práctico que se ejecutó una semana después. A las nueve y cuarto se alinean los retenes en la vía principal, al estilo de las formaciones militares, mientras carboneros y herrerillos no dejan de cantar ante la visita inesperada. Equipos y uniformes impecables, azada en mano y las antorchas sobre el terreno. Hoy el jefe de la quema será Javier Rubio del Infoca de Almería con ayuda del director del Centro Operativo Provincial (COP), Rafael Yebra, uno de los artífices de este nuevo modelo orientado a prevenir los grandes siniestros en el medio y largo plazo. Como es habitual, el ejercicio cuenta con observadores, se han desplazado tanto director como subdirector del dispositivo en Jaén, lo que permite transferir e intercambiar las experiencias y conocimientos. Profesionales del Laboratorio del Fuego integrado en la Universidad de Córdoba se sumaron a la anterior quema en la sierra de los Filabres para analizar impactos y efectos en la vegetación y medir la regeneración posterior de los suelos. El biólogo José Guirado, técnico de la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, explica que buena parte de flores sobreviven o se regeneran al paso del fuego y cita como ejemplo, al tiempo que señala unas cuantas entre los pinares, el de la orquídea gigante (Barlia robertiana). Y no sólo eso, este tipo de quemas son de utilidad para combatir la plaga de procesionaria en los pinares de la provincia, las llamas destruyen los enterramientos de los nidos en la cubierta vegetal rompiendo el ciclo biológico de estas larvas. La administración andaluza estudia su utilidad en detrimento de otras técnicas agresivas y descartadas como las fumigaciones aéreas que tienen una mayor incidencia sobre las aves insectívoras, predadores encargados de mantener a raya a especies tan perjudiciales como los perforadores y procesionaria. Medio Ambiente prefiere evitar el uso de vuelos con pesticidas y los fuegos técnicos se presentan como una vía por explorar. Durante las últimas dos décadas, España ha perdido 64 millones de aves por la actividad humana y la utilización de productos químicos.
A las nueve y media se realizan labores de desbroce de la zona que ha sido acotada, delimitando esta parcela de 3,5 hectáreas por una línea de control y seguridad. En la franja de un metro se retira todo el combustible de pinochas y resto de pinar que ha caído al suelo en los últimos meses. Genera sombra que impide la regeneración de la cubierta vegetal. Las mangueras se extienden a través de esa línea de control desde las autobombas para actuar en el supuesto de que el fuego se salga del perímetro. Y a las diez y media toca briefing por parte de los responsables de una quema que no tiene condiciones especiales al no existir núcleos de población cercanos. Definen la prescripción técnica para el escenario de acción y se dan los datos meteorológicos a tener en cuenta como la probabilidad de ignición, humedad relativa y también del combustible y velocidad y dirección del viento. Fijan los integrantes de los equipos: mando, ignición y seguridad. Los dos últimos irán rotando en pleno desarrollo del ejercicio. "Hoy es un día para aprender". Lo repite a los bomberos el director del Centro Operativo Provincial, Rafael Yebra. Es la primera vez que estos cuarenta bomberos se enfrentan a una quema prescrita. Con estos grupos especialistas ya son seis los que están recibiendo esta formación en la provincia. De hecho, el objetivo del ejercicio es más formativo que el de eliminar la biomasa acumulada. No es una de las zonas con más combustible y la humedad no acompaña. Hay que cargar bien las antorchas.
A las once de la mañana están los materiales preparados y los equipos se desplazan alrededor de la zona delimitada. El de ignición prende la mecha sobre las once y cuarto y ya no pararán de quemar monte hasta las dos de la tarde. El personal de seguridad comprueba que las llamas no salen en ningún momento en lo que denominan ventana de prescripción, siempre con las mangueras preparadas y conectadas a los dos vehículos de extinción de incendios. Los del grupo de quema cuentan en esta ocasión con cuatro antorchas que se reparten por franjas y realizan los fuegos con diferentes patrones que va indicando el responsable del ejercicio. En cuanto el humo cubre el cielo de la Sierra de Gádor se repiten las llamadas al servicio de emergencias 112 Andalucía. El Infoca había avisado previamente para evitar cualquier incidencia, también a los ayuntamientos de la comarca y a la Guardia Civil. Aún así entra incluso una alerta de un agente de Medio Ambiente que ha visto el conato de incendio desde Sierra Nevada. No siempre puede realizarse una práctica con fuego y en años como el anterior, que fue especialmente peligroso tanto por el estrés hídrico como por las altas temperaturas, no se desarrollaron ejercicios sobre el terreno. Hay, además, escenarios en los que no tiene utilidad ni rentabilidad por la falta de correspondencia entre los medios empleados y una baja incidencia en la eliminación del combustible vegetal. Ocurrió, por ejemplo, en el cauce fluvial del río Adra en el que apenas se rebajó el cañaveral con quemas prescritas. Sin embargo, el ecosistema de bosque mediterráneo, principal componente del espacio forestal andaluz, es el más afectado por las serias amenazas de incendios de alta intensidad a consecuencia del cambio climático. De ahí que esta comunidad, a través del Infoca, se haya situado en la vanguardia del nuevo modelo de prevención y ya se estén dando los primeros pasos hacia la regulación de las quemas prescritas. El Parlamento regional aprobó el 2 de marzo la propuesta del Grupo Socialista que establece el empleo de los incendios con un marco social, normativo y técnico adecuado, así como la necesidad de que el personal continúe con su especialización teórica y práctica. Recogía la Proposición No de Ley las conclusiones del seminario que se celebró a finales de año en la Universidad de Almería. Cuando el fuego es un aliado.
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