El fontanero y la fábrica de hielo
Crónicas desde la Ciudad
Andrés Ventura Escámez (Almería, 1922), fue durante cuarenta y nueve años responsable técnico de la fábrica de hielo industrial construida en Pescadería -frente al Martinete- a comienzos de la dura posguerra incivil

TODOS los varones de la familia Ventura, salvo uno, se ocuparon del agua potable (municipalizada o cedida a terceros) que surte las cañerías y grifos de la ciudad. O bien elaborando hielo industrial para la pesquería local.
A finales del XIX el Ayuntamiento adjudicó -bajo concesión administrativa- la explotación del Servicio de Aguas (almacenaje y distribución) a Guillermo López Rull, quien abandonó la Milicia para emprender una exitosa andadura empresarial. Habitaba una lujosa mansión rodeada de jardines y arbolado -contigua a la rambla de Amatisteros y a la iglesia de San José del Barrio Alto- con su numerosa prole y esposa Ana Echevarría, heredera de un acaudalado banquero navarro. Sobre su solar edificaron depósitos (aljibes) de agua, el colegio "Ramón y Cajal", un refugio antibombardeos -cavado por Pepe Ventura-, para servicio del Barrio; el Parque de Incendios y el actual colegio "Luis Siret", frente al que fuese Reformatorio de Menores. Pese a su manifiesto interés, dejamos a López Rull para ocupamos de uno de sus primos maternos y descendencia: una familia ejemplo de laboriosidad y honradez, longeva y prolífica.
EMPLEADOS PÚBLICOS Y PRIVADOS
Iniciamos el relato el 16 de mayo de 1906, día en el que en la parroquial de San Urbano de La Cañada se daban el sí quiero la pareja formada por el jornalero Manuel Ventura Capel y la joven Josefa Escámez Gálvez.
Tras la boda le nombran encargado absoluto de La Pipa, una finca de Las Chocillas, propiedad de Guillermo. Ahí nacen sus hijos Manuel, Paco, Pepe y Carmen. Autodidacta, con conocimientos y maña para los oficios manuales, al jubilarse el fontanero de la Sociedad de Aguas "López Rull" y construirse los depósitos del Barrio Alto, pasa a ocupar su puesto, trasladándose a la calle Circo, en la que viene al mundo Andrés. La última, Pepita, nacería ya en el nuevo domicilio de Los Jardinillos (solar de la primitiva plaza de toros de Belén). En esos años, Ventura Capel simultánea su oficio de fontanero con el de hombre de confianza y encargado del almacén de esparto del primo rico.
Al municipalizarse nuevamente Aguas Potables, Manuel ingresa el 1 de julio de 1925 en el Ayuntamiento, con la categoría de fontanero Mayor y un sueldo de 7,50 pts./día. Servicio en el que le acompañarían sus hijos Paco y Pepe y su hermano José. Con oficinas en c/. Alcalde Muñoz, Antonio Zea Marco es su ingeniero y Guillermo López asesor técnico. El agua venía bombeada por motores desde el río a los depósitos de La Pipa y de la Avda. Santa Isabel, donde se cloraba y elevaba hasta las cisternas del Cortijo Fischer. En distintas fechas y rangos profesionales, padre hijos se jubilaron en idéntico destino municipal. En cambio, Manuel, el mayor, se empleó en la primera central telefónica de Almería, propiedad del tan citado López Rull; al ascender fue trasladado sucesivamente a Granada, Sevilla y Madrid, donde concluyó su vida laboral. Residiendo en la Sevilla de Queipo de Llano logró la libertad de su hermano Pepe, herido y preso por los "nacionales" en la batalla del Ebro.
Carmen estudió dibujo en la Escuela de Artes. Aquí conoció a su novio, Medina Barrilado, republicano que logró escapar en barco a Orán y exilarse a Méjico, donde logró fortuna y reconocimiento social. Casada por poderes, marchó con su esposo al nuevo país de acogida.
La menor, Pepita, ingresó, al fallecer la madre, en la clausura concepcionista de La Purísima con el nombre de sor Soledad. Había cursado Bachiller, siendo alumna de Celia Viñas. Hoy, con 84 años, es de las mayores en el monasterio del que fue cuatro lustros madre abadesa; desempañado, además, cargos de responsabilidad en la Provincia Franciscana y coordinadora conventual de la propia Orden en España.
CALLE CORDONEROS
A cien metros del Llano de Pescadería, en la empinada calle Cordoneros (entre las de Obispado y Escalinata), se alzó la primera fábrica de hielo con tecnología moderna que dio servicio a nuestra flota pesquera; previa autorización municipal de obra (sesión de 17/05/1946) a Francisco Gibaja, Patrón Mayor del Pósito Pescador de Almería (le sucedió Pedro Cazorla Escánez), dependiente del "vertical" Sindicato de la Pesca. Frente a las casas para obreros edificadas por Regiones Devastadas -entregadas finalmente a apaniaguados del régimen franquista, voluntarios de la División Azul- y la fundición de plomo El Martinete. El Pósito instaló asimismo en sus bajos una clínica-ambulatorio, trasladada con posterioridad al Hogar de los Flechas Navales de la calle Arráez.
Hijo de Manuel y Josefa, Andrés Ventura Escámez nació el 10 de enero de 1922, 5º del matrimonio. A los ochenta y ocho años nos sorprende su lucidez mental y mesura. Pese a quejarse de su incierta memoria, lo cierto es que hilvana con precisión datos, nombres y fechas. Asistió a la escuela de D. Antonio Sánchez en la calle de Granada y aprobó el ingreso en el Instituto; bachiller frustrado al estallar la guerra. Guerra que, con su familia, transcurrió en los Depósitos, mientras los mayores seguían trabajando en el Ayuntamiento. Guiado por su afición a la mecánica, entró de aprendiz en el Garaje Jiménez de la Cta. de Granada (requisado y convertido en Parque Móvil de Carabinero), al tiempo que jugaba y seguía aprendiendo electricidad en el Parque de Bomberos vecino a su vivienda. Intentó alistarse en Aviación, pero fue rechazado por una supuesta "insuficiencia cardiaca"; afección que no le libró de 36 meses de "mili" en el almeriense cuartel de La Misericordia.
La sociedad particular del ingeniero Antonio Zea construyó la fábrica que surtió de hielo a traíñas, palangres y arrastre. Antes de inaugurarse el 10 de agosto de 1946, Andrés fue reclamado para realizar la instalación eléctrica, incluido los primeros tubos fluorescentes que, procedentes de Cuba, lucieron en una industria almeriense. La maquinaria (un compresor de 120 mil frigorías, con una producción de 20 toneladas/día en barras de 25 kgr.) corrió a cargo de una empresa catalana, concluyendo la obra en el tiempo récord de 3 meses. Andrés quedo fijo en plantilla hasta que 49 años después se jubiló con 67 abriles como "Jefe Técnico de Fabricación", que le correspondía según Convenio. La fábrica de hielo se trasladó el 10 de agosto de 1970 a las más funcionales instalaciones de la Lonja del Puerto pesquero, montada en su práctica totalidad por los propios trabajadores. Debemos recordar que en los años cuarenta-cincuenta alternaban con la fábrica particular del Sr. Pastor en la esquina de Juan Lirola con González Garbín.
Cuando aún vivía en los Depósitos, Andrés se casó (1957) en la parroquia de San José con Dolores Camacho Ruano, de cuyo matrimonio nacieron cinco hijos: Mª Dolores, José Andrés, Jesús y las gemelas Carmen Delia (viuda del policía José García, fallecido en las cercanías de la Venta de Eritaña cuando perseguían a unos narcotraficantes) y María José. En la actualidad reside en c/. Cardenal Herrera Oria y yo tengo el placer de platicar con él todas las mañanas en el kiosco de prensa de Ángel Fernández de la calle Gregorio Marañón. Salud y suerte.
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