“Aire flamenco” abrirá al público las cuevas del antiguo Mesón Gitano de Almería

Almería

El Ayuntamiento retoma la intención de dar uso al entramado subterráneo que en su día fue el pintoresco hotel de las estrellas de cine a los pies de la Alcazaba con este nuevo proyecto

Las cuevas del Mesón Gitano permanecen convenientemente tapiadas. / Javier Alonso

La historia del Mesón Gitano y su entramado de cuevas, repleta de curiosidades y disputas, vuelve a comenzar. Tras la inauguración del Yacimiento Arqueológico del Barrio Andalusí el pasado mes de marzo, el Ayuntamiento de la capital retorna su mirada a los habitáculos situados a los pies de la Alcazaba que conformaron, en la época dorada del cine en Almería, aquel lujoso hotel de los 70 que cautivó a políticos, personajes de la farándula y grandes estrellas del Séptimo Arte. La Concejalía de Turismo trae nuevas ideas de uso para una parte de estas cuevas a las que dará “aire andaluz” mediante la creación de un Club Turístico de Flamenco.

El actual concejal de Turismo, Comunicaciones y Promoción de la Ciudad, Joaquín Pérez de la Blanca, recupera la iniciativa de abrir al público las cuevas, que se quedaron en barbecho tras la decisión del Consistorio de volcar todos sus esfuerzos en el descubrimiento del barrio andalusí, cuya importancia arqueológica dio un golpe de timón al proyecto original que era, precisamente, recuperar 500 metros de este entramado de estancias subterráneas para crear un pequeño zoco de tiendas y hostelería con los fondos europeos Urban. Pero la concesión de la explotación de las cuevas se suspendió en 2017 a la espera de la apertura al público del yacimiento del barrio andalusí, descubierto al inicio de los trabajos con el movimiento de tierras para la creación del nuevo edifico que ha venido conociéndose también con el nombre de ‘Mesón Gitano’.

En pleno funcionamiento ya el museo, el futuro de las cuevas vuelve a ser presente. No descarta el equipo de María Vázquez la creación de ese zoco, si bien desde el área de Turismo se suma una nueva iniciativa estrechamente ligada al flamenco que, como explica Pérez de la Blanca, traerá “aire andaluz” a la que es la zona de la capital que mayor número de visitas de turistas recibe: el conjunto monumental de la Alcazaba y su entorno.

Joaquín Pérez de la Blanca, concejal del PP / Javier Alonso

Pérez de la Blanca y los técnicos municipales están desarrollando la idea, estrechamente vinculada, según ha avanzado el edil del PP, con el Plan Turístico de Grandes Ciudades que, en su segunda fase, contempla la creación de un Club de Producto Turístico del Flamenco junto a un Plan de Accesibilidad de la Alcazaba, junto a otras actuaciones.

El club de productos turísticos con la oferta diferenciadora del flamenco está desglosada a su vez en distintas acciones, entre las que se encuentra la promoción, la creación de experiencias y esta explotación de una parte de las cuevas –a determinar–, que económicamente se desliga del Plan Turístico de Grandes Ciudades, subvencionado por la Junta de Andalucía, ya que será sufragada con fondos propios del Ayuntamiento.

Empezaría Almería así a dar una utilidad a estas cuevas, que el Consistorio logró rescatar en el año 2007, tras 40 años de litigios con el empresario que las convirtió en hotel, Luis Batlles, que recibió una indemnización de 390.546 euros.

Con este ingreso, Batlles puso punto final a una historia que comenzó en la década de los 60 con un paseo por La Alcazaba, que le dejó prendado del lugar y de sus cuevas, situadas entre el camino de acceso y la rambla de La Chanca. Le surgió la idea y, en abril de 1965, Batlles ya había conseguido que la Comisión Municipal Permanente le aprobara un contrato de arrendamiento para la concesión de estos terrenos por un periodo de 50 años. Eran 3.987 metros cuadrados, de los cuales pudo edificar 1.250, convirtiendo sus 35 cuevas en apartamentos que, pese a la época que era, disponían de hasta aire acondicionado.

Un lujo entonces en Almería y un respiro que, junto a la piscina y las increíbles vistas de la ciudad, sin duda, contribuyó a que Batlles guardase en su libro de visitas renombradas figuras del mundo de la política y el cine. Brigitte Bardot, Sean Connery, Yul Brinner, Stephen Boy o los españoles Carmen Sevilla y Manuel Galiardo, entre otros muchos.

Origen de otro barrio

La familias que vivían en las cuevas fueron realojadas en lo que hoy es Nueva Almería

Pero antes de que también la alta sociedad almeriense eligiera el Mesón Gitano para disfrutar de una agradable cena, armonizada con músicos –entre los habituales, Jesús de Perceval–, antes de que el Mesón Gitano fuera el Mesón Gitano, las cuevas estaban habitadas por numerosas familias que, por orden del Gobernador, fueron realojadas en la Vega, a las afueras de la ciudad, una zona que años después se convertiría en Nueva Almería.

La intención de estos realojos fue adecentar el entorno de las murallas de La Alcazaba. Batlles tuvo buena parte de responsabilidad en ello. Invirtió todo lo que pudo, más un préstamo, seis millones de las extintas pesetas, que le concedió Manuel Fraga, entonces ministro de Información y Turismo. Otra de las personalidades que quedaron cautivadas por el encanto del Mesón.

Los problemas, sin embargo, con el Ayuntamiento comenzaron nada más firmar el primer contrato. Batlles se había comprometido a habilitar y embellecer las cuevas como “finca turística” en un plazo de dos años. No le daba tiempo y el concesionario pidió una ampliación. Alcaldía no puso reparos en considerar razonable diez años, pero en el largo expediente que se conserva en el Ayuntamiento hay reseñada una primera sentencia de la Audiencia Territorial de Granada declarando, en 1967, a favor de Batlles. En octubre de ese año, el Pleno había aprobado por unanimidad anular el contrato. El Ayuntamiento acata la sentencia y entrega los terrenos en 1968, cuando comienza a correr el plazo de concesión de 50 años.

Pese al gran éxito, la falta de liquidez dejó en suspenso parte de las obras comprometidas por el empresario en aquel contrato y luego los problemas se agudizaron por la inseguridad ciudadana en la zona, lo que acabó con el cierre del establecimiento. El Ayuntamiento opta en 1986 por resolver el arrendamiento por impagos, acuerdo que fue recurrido por Batlles ante los tribunales, y en 1993 el Consistorio decreta el desalojo de las cuevas y su rescate.

Una oportunidad perdida por falta de la titularidad

La idea de reabrir las cuevas del Mesón es vieja compañera de vieja del Ayuntamiento. Ya en 1999, con el gobierno de PSOE-IU, fue anunciada su recuperación y cinco itinerarios turísticos. Eran 200 millones de pesetas (el 70% subvencionado por la Junta), que se esfumaron sin que las cuevas fueran rehabilitadas al no haber recuperado el Consistorio su titularidad. Lo hizo en 2007.

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