800 firmas y una manifestación por un semáforo que llevan 20 años pidiendo en Almería

No es la primera vez que lo hacen, pero sí tienen el mayor número de rúbricas recopiladas para exigir al Ayuntamiento de Almería la instalación de un paso de peatones con semáforo en la avenida del Mediterráneo, que llevan solicitando desde hace más de dos décadas. La próxima semana lo harán mediante una manifestación en aras de mejorar la seguridad de esta arteria vial de la capital almeriense.

"Llevamos demasiado tiempo aguantando este muro de 240 metros y 6 carriles por donde casi todos cruzamos exponiendo nuestras vidas", explican los portavoces vecinales sobre este cruce a la altura de la calle Gustavo Villapalos, un punto "peligroso y con una muy fácil solución. Es tan sencillo arreglar este problema que hasta nosotros, los vecinos que vivimos aquí, no entendemos por qué no se ha resuelto ya desde hace tiempo".

Insisten en que llevan más de 20 años luchando por solucionar "este punto negro que afecta a los vecinos y a toda la gente que pasa por aquí. Cada día centenares de personas cruzan por este lugar, que se ha convertido, de hecho, en un paso natural, y peligroso, en uno de los barrios más concurridos de la ciudad".

"Necesitamos un paso de peatones semaforizado", remachan frente a los argumentos técnicos con los que el Ayuntamiento ha venido descartando esta solución, basada en distancias mínimas entre los semáforos. "¿De qué sirve la tan traída y llevada “onda verde” que teóricamente sincroniza los distintos semáforos?", plantean apuntando que, en el tramo de la avenida entre Manuel Azaña y la Policía Local hay menos distancia, unos 180 metros, frente a los 240 de aquí".

La manifestación, con corte incluido de la avenida del Mediterráneo, será el próximo jueves 18 de enero.

Lo único que pretendemos es hacer una zona más accesible a los peatones, más humana, más amable con las personas. Acortar distancias, promover el desplazamiento a pie, favorecer a los peatones más desfavorecidos, humanizar las calles, tender puentes entre las aceras opuestas, evitar accidentes, incrementar el comercio accesible, desalentar el uso innecesario del vehículo, disminuir el ruido y la contaminación. En definitiva: hacer un barrio mejor y más humano.