El falso mito de las multas

Desde el comienzo de la crisis, a pesar de la creencia de un mayor afán recaudatorio, han bajado considerablemente las denuncias

Dos agentes de la Guardia Civil de Tráfico realizan un control de vehículos.
Iván Gómez

02 de agosto 2013 - 01:00

No todo es lo que parece. A pesar de que los principales colectivos y asociaciones de conductores del país vienen arremetiendo en los últimos años por el creciente afán recaudador de la Dirección General de Tráfico, las cifras de multas, al menos en la provincia de Almería, evidencian todo lo contrario. Desde el comienzo de la crisis económica ha bajado de forma considerable el número de denuncias desde las 71.306 que se registraron en 2007 a las 60.390 del pasado año. Según los datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico a Diario de Almería, la evolución reciente de las multas aplicadas por agentes de la Guardia Civil tuvo en 2010 su punto más bajo con 54.114 y en el resto de años ha oscilado entre las 63.054 de 2011 y las 61.950 de 2008. De incremento nada de nada, al menos en los tiempos de crisis. En provincias como Murcia, por ejemplo, cayó la cifra un 25,2% entre 2010 y 2011, y casi un 15% en Sevilla.

Eso sí, en otras se experimenta un incremento como el que han sufrido en los últimos años los automovilistas malagueños (de 157.670 en 2010 a 194.265 en 2011). Altibajos que evidencian que no hay ninguna consigna por parte de la Dirección General de Tráfico de que es preciso tirar de más multas para compensar las maltrechas cuentas del Estado. Y es que el Gobierno no pretende que el conductor sea una fuente de ingresos en tiempos de, pero no tolerará los comportamientos que pongan en riesgo la seguridad vial, de ahí el aumento de las cuantías de las sanciones con la reforma de la Ley de Tráfico. El Comisariado Europeo del Automóvil (CEA) y Automovilistas Europeos Asociados (AEA) siguen manteniendo, no obstante, que Tráfico tiene por objetivo "cobrar a toda costa" con un clarísimo sentido recaudatorio. A su juicio, es una "barbaridad legal" que el boletín de un agente de la Guardia Civil que impone una multa "se convierta en resolución sancionadora" sin que lo supervise ninguna otra instancia administrativa, una argumentación en cuanto a la tramitación de las denuncias que nada tiene que ver con el afán recaudatorio que han criticado en los últimos años. Las cifras no acompañan. También han surgido voces contrarias a las políticas aplicadas por la DGT en el seno de la Guardia Civil que han cuestionado que a menos multas, menos sueldo. En este sentido, los sindicatos integrados por agentes de Tráfico lamentan que los que menos sancionan se han visto privados de un complemento salarial y que deben poner como mínimo 50 multas si quieren percibir este suplemento por productividad que ronda los 300 euros mensuales.

Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico no quieren convertirse en cajas registradoras para las arcas del Gobierno y la estadística de denuncias demuestra que en la provincia de Almería no lo son, al menos desde el comienzo de la delicada coyuntura económica que todavía atraviesa el país. Los principales tipos de infracción registrados en Almería han sido por exceso de velocidad cazados por radar y por viajar sin cinturón de seguridad.

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