Los fallecidos en el ‘Caso Almería’ son recordados en el monolito de la carretera de Gérgal
Familiares y asociaciones se dan cita para reivindicar que los tres asesinados tengan la consideración de Víctimas del Terrorismo
La familia de Juan Mañas Morales, asesinado hoy hace 40 años, junto a sus amigos Luis Cobo y Luis Montero, en el denominado Caso Almería, volvió ayer a recordar y denunciar lo ocurrido en el monolito que se levantó en la carretera de Gérgal, en el lugar donde cayó el coche donde iban los tres cadáveres y donde posteriormente fueron quemados en el interior del vehículo.
El monolito con la cruz, donde se puede leer: “En este lugar aparecieron calcinados los cuerpos de Juan Mañas Morales de 24 años de edad, Luis Cobo Mier de 29 años de edad y Luis Montero García de 33 años de edad en extrañas circunstancias. Vuestros padres, hermanos, familiares y amigos no os olvidarán jamás”, se mostraba ayer repleto de ramos de flores al cumplirse cuatro décadas de este triste suceso que conmocionó a todo el país.
A la ofrenda floral asistieron los hermanos Antonio, María del Carmen y Francisco Javier Mañas Morales, que estuvieron arropados por amigos de la familia, así como por miembros de distintas asociaciones que apoyaron las reivindicaciones realizadas por los familiares.
Juan Francisco Mañas García, hijo de Francisco Javier Mañas, y sobrino del fallecido Juan Mañas, dio las gracias a todos los asistentes a este acto en memoria del triste suceso acaecido hace cuatro décadas. “Cuarenta años después nos seguimos haciendo las mismas preguntas. ¿Qué pasó con la persona que alertó de que había visto a tres etarras y se dirigían a Almería? ¿Es normal que alguien así quede impune? ¿Por qué no se condenaron a todos los guardias civiles que participaron en el asesinato? ¿Por qué Juan Mañas, Luis Cobo y Luis Montero no pueden ser considerados víctimas de terrorismo, o es que sus asesinos no actuaron como terroristas?, ¿Es normal que a los guardias civiles que quedaron libres se les pagase por guardar silencio?”.
“Seguimos aún esperando que alguien tenga la valentía y la dignidad de contar toda la verdad. No creo que sea bueno guardarse tanto dentro. Si nadie después de 40 años se ha atrevido a contar la verdad es porque no muestra el más mínimo arrepentimiento de lo que hizo. ¿Cuarenta años después del triple y macabro asesinato por qué siempre nuestro Estado ha guardado silencio y es cómplice de tanta impunidad?. Nunca es tarde para cerrar heridas. Todas estas son las preguntas que nos venimos haciendo desde hace 40 años y lo peor es que no tenemos respuesta” dijo Juan Francisco Mañas.
En este sentido, la Asociación Andaluza Víctimas de la Transición ha solicitado un reconocimiento de los tres asesinados como víctimas del terrorismo al Parlamento de Andalucía. Por su parte, Alicia Junco, del Centro Andaluz del Pueblo Javier Verdejo, señaló que “sabemos del sufrimiento y la dignidad y valentía de las familias que sufrieron la pérdida de sus miembros. Corresponde al Estado y a las instituciones el reconocer de una vez que esto fue un crimen de Estado, no ocultar la verdad y reparar en la medida de lo posible, pero no lo han hecho hasta ahora”.
Por su parte, Manuel Ruiz de la Asociación Andaluza de Víctimas de la Transición, señalaba que “creo que es justo que se reconozca a los tres fallecidos como víctimas del Terrorismo como se ha hecho en el Parlamento de Cantabria. Lo que se cometió aquí hay que considerarlo como un crimen de Estado”.
Loli Sierra de la Asociación Memoralista La Desbandá se mostraba muy emocionada de regresar al lugar después de muchos años. “Hablar del asesinato de Luis Cobo, Luis Montero y Juan Mañas es hablar de dignidad. Cuando los mataron no sólo acabaron con sus vidas, sino que acabaron con la dignidad de ellos y de sus familias”.
Nación Andaluza en una nota sostiene que “a pesar de ser cruelmente torturados y de aparecer los cadáveres de Luis Cobo, Luis Montero y Juan Mañas esposados, quemados, acribillados y mutilados, a pesar de las evidencias de que fue un crimen premeditado y de la participación de al menos once guardias civiles, tan solo tres fueron juzgados, condenados a penas ridículas dada la barbaridad del crimen, que además ni siquiera cumplieron en su totalidad y a pesar de ello, tras su excarcelación, fueron premiados con fuertes sumas económicas de los fondos reservados”.
Sin duda, fue un acto de recuerdo y aparte reivindicativo. Todos tuvieron claro que las nuevas generaciones deben de conocer la autentica verdad del Caso Almería y de esa manera evitar que jamás se repita.
La muerte de unos inocentes
Tres jóvenes, dos de Cantabria y uno de Almería, concretamente de Pechina viajan desde Santander a Almería para asistir a la primera comunión del hermano pequeño del almeriense, Juan Mañas. Su vida se trunca cuando un grupo de guardias civiles los confunde con etarras, torturándoles y asesinándoles sin piedad. El Caso Almería es el nombre con que se conoce el trágico suceso acontecido el 10 de mayo de 1981 en Almería, en el que tres jóvenes inocentes fueron confundidos con etarras detenidos y torturados hasta la muerte por la Guardia Civil. El día 8 de mayo de 1981, Juan Mañas Morales, Luis Montero García y Luis Cobo Mier se trasladaban a Pechina, pueblo natal de Juan Mañas. Al pasar por Manzanares el Real sufrieron una avería en su coche y alquilaron otro vehículo, un Ford Fiesta de color verde, para poder llegar a su destino. Parece ser que un vecino vio las fotografías de los etarras que habían atentado contra el General Valenzuela en Madrid y pensó que aquellos tres jóvenes que alquilaron un vehículo podían ser los autores de aquel atentado. Era un tremendo error. Sin embargo, se dio aviso a la Comandancia de la Guardia Civil de Almería al saberse que venían en dirección a Pechina. Llegaron a su destino y al día siguiente se desplazaron a Roquetas de Mar. En esa localidad fueron detenidos a punta de pistola por la Guardia Civil con la intención de trasladarlos a la Comandancia de Almería. Al día siguiente aparecieron sus cadáveres, calcinados y con múltiples impactos de bala, dentro del Ford Fiesta, cerca de Gérgal. El coche había sido calcinado con los cadáveres dentro. El juicio por la muerte de los tres jóvenes se inició el 14 de junio de 1982 en la Audiencia Provincial de Almería. El fiscal calificó los hechos como constitutivos de delito de homicidio.
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