Los estragos de la sequía en Sierra María: los manantiales de Los Molinos en mínimos históricos
La Asociación por la Defensa del Agua de los Vélez pide a las administraciones que tomen conciencia de un grave problema que pone en peligro los regadíos tradicionales y el abastecimiento urbano de la comarca. Reclaman mayor control sobre una veintena de sondeos de cultivos intensivos, lechugas y brócoli
Un cementerio de olivos centenarios en Almería
La Asociación por la Defensa del Agua de los Velez ha lanzado un SOS al conjunto de las administraciones públicas en Almería por la delicada situación que está atravesando la comarca por la falta de recursos hídricos. Los manantiales y fuentes de Los Molinos son la principal descarga del acuífero carbonatado de la sierra de María, incluido en la masa de agua subterránea de Orce-Llanos de Cúllar, el segundo mayor caudal que ha tenido históricamente la provincia suministrando agua para el riego de toda la vega de los Vélez que abarca más de 1.600 hectáreas y abasteciendo de agua potable a las poblaciones de la zona norte. Este flujo dio vida a varios molinos, dispuestos en escalera para aprovechar sucesivamente la fuerza de las aguas. Hoy sólo quedan las ruinas. La etapa de prolongada sequía y la presión enorme que se vienen produciendo sobre las aguas subterráneas por los sondeos están motivando, según lamenta la asociación, una drástica y peligrosa disminución del nivel que pone en riesgo el futuro abastecimiento urbano.
Los manantiales de Los Molinos se encuentran en mínimos históricos. La Asociación por la Defensa del Agua en los Vélez explica que actualmente hay en explotación una veintena de sondeos para el riego de cultivos intensivos, lechugas, brócolis y otras verduras en terrenos que nunca tuvieron ese empleo de recursos, mientras que los regadíos tradicionales son privados de recursos hídricos. Según esta plataforma, también se ha producido en los últimos años un enorme incremento de las granjas de engorde de porcino en régimen de estabulación que consumen igualmente importantes cantidades de agua y que generan grandes volúmenes de residuos con alto contenido en contaminantes, principalmente materia orgánica, emisiones de metano y restos de zoosanitarios. "No nos oponemos a estas instalaciones, solo pedimos que igual que ocurre en cualquier sector productivo, se depuren los residuos generados de forma respetuosa con el medio ambiente", recoge el colectivo en un comunicado.
Los olivos están desapareciendo
El resultado de todos los factores, meteorológicos y humanos, es el agotamiento de las fuentes de Vélez-Blanco y la condena de la histórica vega de la comarca hacia terrenos de sequía y aridez. "Tradicionalmente las vegas se han dedicado al olivar principalmente y fue declarada como paisaje agrario singular. Los árboles se están secando, algo increíble, la tradición de centenares de años está despareciendo en menos de una década". Desde la Asociación llevan más de diez años reclamando a las entidades públicas para que no ocurra lo que parece inevitable y pidiendo apoyo en este camino sin retorno: "Esta comarca no tiene otra alternativa de abastecimiento. Si desaparecen estos manantiales será la muerte de los pueblos y sus feraces vegas", argumentan desde la asociación.
Ni las Confederaciones hidrográficas del Guadalquivir y del Segura, ni la Dirección General del Agua, ni los mismos ayuntamientos, a juicio del colectivo, parecen tomar conciencia del enorme problema, y siguen autorizando nuevas captaciones, agotando y contaminando los acuíferos, mientras los manantiales languidecen y se extinguen, fuentes históricas que están manando desde hace miles de años y donde existen huellas de humanos desde hace cerca de diez mil. "Es una situación de injusticia que tendrá muy graves consecuencias y que extrañamente tampoco está generando riqueza a las localidades, la población sigue disminuyendo y empobreciéndose mientras los beneficios viajan en su mayoría a otras regiones". La asociación asegura que continuará con su tarea de defender los derechos de la comarca de forma altruista y desinteresada, motivada exclusivamente por el deseo de que se haga justicia y los derechos adquiridos durante centenares de años no cambien de manos en unas décadas. "El agua ha pertenecido a los pueblos y a sus vegas y fue el origen de estas poblaciones que no quieren ni pueden olvidar su pasado", concluyen.
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