La estación intermodal de Almería, pionera en España, reducida a escombros
Infraestructuras
Desaparece prácticamente bajo las obras del soterramiento de las vías del tren
De aquella pionera en intermodalidad, un nuevo concepto de funcionalidad y comodidad a implantar en España que aunaba en un mismo edificio el transporte de autobuses y el ferrocarril, nada queda prácticamente ya de la estación que Almería capital estrenaba en julio de 2001. Una corta vida para la conocida como la intermodal, que ha quedado reducida en su totalidad a escombros dentro del proyecto de la integración de las vías del tren que hará llegar a la capital al AVE, en esa pendiente fecha de 2026, con una nueva estación en la que los trenes emergerán y donde también regresarán los autobuses.
Adif arrancaba las obras de demolición el pasado mes de julio y la estampa actual es ésta que ofrecen las obras, donde también se procede a la apertura del cajón para la construcción del aparcamiento subterráneo, de más de 400 plazas, que contará la futura estación.
Era un edificio aparentemente desprovisto de encantos, sobre todo en contraste con la monumental estación del ferrocarril, pero que encierra en sí una parte destacada de la historia de Almería, y no solo de los besos y abrazos en bienvenidas y despedidas. Disputas políticas y desencantos, pero también logros, recorren su corta trayectoria que ni alcanza el cuarto de siglo. Nada para una infraestructura de tal calibre.
En la ciudad de Almería convivían dos edificios dedicados al transporte, ambos catalogados por sus valores patrimoniales. La que era la estación de autobuses, en la plaza de Barcelona y que sigue dando nombre a la avenida, convertida actualmente en un Mercadona después de un periodo de abandono. Y la antigua estación de trenes, que sigue cerrada a cal y canto desde que entrara en juego de la intermodal.
Este nuevo proyecto traía aires de grandeza a la capital almeriense. Iba –y lo fue– a ser pionera en intermodalidad, un nuevo concepto de funcionalidad y comodidad a implantar en España que aunaba en un mismo edificio el transporte de autobuses y el ferrocarril. Lo estrenó Almería en julio 2001, cuando abría las puertas la intermodal con consecuencias positivas y negativas entre duros debates políticos en el seno del Ayuntamiento de Almería.
Al Consistorio no le costó dinero alguno este edificio, que construyó Adif en suelo municipal, tras un acuerdo de concesión. Lo recuerda muy bien Juan Megino, por aquel entonces alcalde de Almería bajo las siglas del PP. “El acuerdo costó muchísimo trabajo, mucho esfuerzo y Antonio Sáez –su mano derecha– lo peleó”, apunta Megino sobre este convenio de explotación cuya firma, el 29 de julio 1998, fue muy significativa aunque los años han hecho que cayera en un olvido generalizado. No de la memoria de Megino.
“Les apretamos mucho y logramos incorporar en el convenio la obligación de Adif de llevar a cabo el soterramiento de las vías del tren. Era una condición y la primera vez que Adif lo dejaba plasmado por escrito: el soterramiento, una palabra que era tabú para el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias de la que no quería oír ni hablar”. Ese mismo año, el Ayuntamiento dejaba reflejada las aspiraciones de Almería de forma contundente en el Plan General de Ordenación Urbana, aún vigente, con el soterramiento dibujado.
La intermodalidad y este primer compromiso son las bonanzas de esta estación de corto recorrido (temporal), con cruces, sin embargo, en su otra cara. Hubo conflictos por lo que las empresas de transportes tenían que abonar por ocupar las instalaciones, aunque socialmente pesaron otros aspectos. “La estación ha tenido un funcionamiento razonable, aunque no era lo que se esperaba”, reconoce Megino en referencia al diseño de contenedor de hormigón recubierto de chapa galvanizada lacada no tenía el suficiente empaque como para tener de vecina a esa monumental estación del ferrocarril que no entró en aquel acuerdo. Adif se reservaba sus derechos sobre el inmueble para el caso de que no se le renovara la concesión.
Ya condolida por la falta de inversiones, el histórico edificio estaba en decadencia y la entrada en funcionamiento de la intermodal supuso la estocada para su cierre de puertas de la antigua estación, que fue durante esta etapa de Almería un palomar infesto. Rehabilitada en 2021, las puertas permanecen abiertas de forma provisional hasta que se construya la nueva intermodal.
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