El parqué
Jaime Sicilia
Incertidumbre
Coronavirus Almería
Los profesionales del equipo de enfermería de la quinta planta del Hospital Universitario de Torrecárdenas, los guerreros que han asistido desde el inicio de la pandemia a los ingresados por COVID-19, han vivido, sin duda, los peores momentos y los más difíciles de su trayectoria profesional en los últimos dos meses. De forma anónima, pero consensuada, relatan a este periódico las claves de su trabajo en el centro de referencia provincial en la batalla contra el coronavirus. De lo que se pronosticaba como una gripe suave se pasó a la mayor crisis sanitaria desde la Segunda Guerra Mundial, un cambio tan repentino de encuadre que obligó a un volantazo en la gestión política, pero también a un cambio drástico en la estrategia hospitalaria.
“Nadie estaba preparado para esto, no llegamos a pensar jamás que nos veríamos ante una pandemia que se llevara tantas vidas. Simplemente no se lleva, seguimos trabajando. Ahora es el momento de trabajar, después cuando todo pase ya pensaremos cómo reconstruirnos”, comenta una de las enfermeras al ser preguntada por sus sensaciones al tener un contacto permanente con contagiados. Aseguran que el comportamiento de los pacientes covídicos ha sido ejemplar, a pesar de la confusión y estrés pandémico han conseguido estar mantener la tranquilidad: “Han llevado muy bien su soledad y estaban muy colaboradores y agradecidos”. Sin embargo, al inicio no eran conscientes de lo que suponía estar enfermo por COVID-19 y soportaron más de un enfado porque “los pacientes se quedaban solos y aislados y al principio creían que no queríamos entrar”.
El miedo ha sido permanente en estos dos últimos meses y los equipos de protección imprescindibles. A las habitaciones entran como cosmonautas con sus uniformes especiales escafandra, bata y patucos. “Los guantes y mascarillas se han convertido en nuestros compañeros de vida”, comentan. Otras medidas de prevención han sido el uso de lejía en zonas comunes del centro y también en sus propias viviendas. “Los protocolos cuando salimos de la planta y llegamos a casa para después irnos y no contaminar dejan en nada cualquier pasarela internacional”. Al ser preguntados por lo que más les ha impactado en estos días de trabajo hasta la extenuación destacan la sensación de soledad de los pacientes, sobre todo los más dependientes y la preocupación de los familiares. La incertidumbre les ha acompañado desde el primer momento, el estrés por el manejo correcto de los equipos, por la disponibilidad de material, las medidas de protección... En su retina quedará para siempre “ver el miedo en nuestras caras”.
Es un recuerdo imborrable. “La inseguridad generada por el desconocimiento, lo cercano y lo rápido que aparece la muerte cuando no responden al tratamiento y no poder dignificar esa pérdida como siempre hacemos y nos hubiera gustado”, añaden con resignación. Sobre el reconocimiento de la provincia en su esfuerzo por paliar los estragos del virus destacan que han recibido innumerables muestras de cariño y agradecimiento. “Los almerienses nos están valorando, normalmente la sociedad no nos reconoce mucho nuestro trabajo y me alegra que piensen en nosotros”. Sin embargo, para algunos de los enfermeros que se han enfrentado al coronavirus gracias no es suficiente: “Se queda en una palabra tan pequeña ante una situación tan grande, pero aún así lo agradecemos, unidos venceremos”.
Por último, explican que su trabajo ha sido acompañar a los pacientes ingresados con sospechas hasta recibir el resultado del test, trabajando mientras tanto con sus patologías previas y vigilando posibles complicaciones que pueden surgir en planta. “Intentar explicar nuestro trabajo en época de pandemia no es fácil, nuestros hábitos y protocolos han cambiado, primero por la singularidad del paciente y segundo porque íbamos aprendiendo a base de protocolos que cambiaban hasta dos veces en un mismo turno”. Han afrontado cambios impostergables en tiempos de conmoción y necesidad para atender al paciente en el aspecto clínico y también en el ámbito psicológico por la prevalencia del miedo y la soledad. “Nos hemos convertido en nexo de unión de los pacientes con sus familias en el exterior y hemos intentado que no estén solos y no se sientan solos”. Y lo han conseguido, a pesar del temor permanente, los héroes de la sanidad almeriense estuvieron cuando más se les necesitó.
También te puede interesar
Lo último
Gabriela Pocoví | Doctora en Medicina y Salud Pública y nutricionista
“Hemos desvirtuado la dieta mediterránea”El parqué
Jaime Sicilia
Incertidumbre
2 Comentarios