El oso pardo emigró a Almería en el penúltimo periodo glaciar

hallazgo | el oso pardo habitó almería

Nunca antes se habían hallado vestigios de la presencia de este plantígrado en una zona tan meridional y ya se han convertido en unos de los más antiguos de la historia

El oso pardo emigró a Almería en el penúltimo periodo glaciar
Rafael Espino

09 de septiembre 2018 - 02:31

David Martínez, un espeleólogo aficionado vecino de Alhama de Almería, fue el hombre que descubrió que el oso pardo habitó Almería siglos atrás. Lo puso en conocimiento de las autoridades y fueron ellas quien se adjudicaron tal hallazgo. Pero fue su pasión por esta actividad la que terminó datando los huesos de oso pardo más al sur del hemisferio norte y uno de los más antiguos de la historia. Martínez los descubrió cuando era un crío, incluso lo comunicó, pero nadie le hizo caso. 30 años después, en noviembre de 2016, volvió a la cueva de la Sierra de Gádor donde los localizó y lo hizo acompañado de la Policía Autonómica y Diario de Almería, quien publicó la noticia. Fue entonces cuando las autoridades se involucraron en esta relevante noticia.

El yacimiento de oso pardo fósil de Almería se convierte así en el más antiguo de España y uno de los tres más antiguos del mundo junto a los yacimientos de Francia e Italia.

Las indagaciones sobre estos huesos se realizaron posteriormente. Expertos ilustres en la materia, caso de Trinidad de Torres, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), descubridor de la sima de los huesos de Atapuerca y especialista en osos fósiles, quien se ofreció a identificar y datar los restos óseos hallados en Almería.

Bajo sus observaciones, el Centro de Colecciones Científicas de la Universidad de Almería (CECOUAL) ha desarrollado una cronología detallada de porqué el oso pardo terminó habitando en Almería.

De tal forma, explica que hace 2,6 millones de años comenzó el periodo Cuaternario. Parece ser que la rotación de la galaxia, la deriva continental o algún otro factor, aún desconocido, pudieron propiciar un periodo largo y frío conocido como "La edad del hielo", que ha popularizado la serie de películas de animación "Ice Age". Hasta el año 10.000 AC, época conocida como Pleistoceno, se sucedieron cinco periodos glaciares separados por etapas interglaciares más cálidas. Durante las glaciaciones, el hielo del Polo Norte avanzaba hacia el Sur y cubría la mitad norte de Europa. Por debajo de los actuales Reino Unido, Alemania y Polonia, los países de la Europa central se convertían en grandes extensiones de tundra, donde pastoreaban los Mamuts.

Según recoge CECOUAL, las penínsulas Ibérica, italiana y Balcánica, disfrutaban de temperaturas más frías pero suaves en relación a las del norte. Así que, mientras tres cuartas partes de Europa estaban heladas, en la Península Ibérica proliferaban bosques y sabanas. Muchas especies que procedían del cálido Terciario se extinguieron y otras conseguirían adaptarse al nuevo y gélido clima. Desde hace 800.000 años los periodos fríos se hicieron más frecuentes pero ninguno de ellos era exactamente igual a otro. Tal concentración de hielo en los polos originó periódicos descensos del nivel del mar, de entorno a los 100m, respecto al nivel actual.

En este sentido, Teniendo en cuenta la antigüedad de los restos hallados en sierra de Gádor, este oso pudo formar parte de alguno de los primeros contingentes del norte de Europa o Asia que buscaban un refugio donde sobrevivir al penúltimo periodo glaciar (denominado Mindel). Hacía muy poco tiempo que estos osos pardos se habían convertido en una nueva especie, separada ya genéticamente de su ancestro, el oso etrusco (Ursus etruscus; Torres, 1992). No conocemos exactamente el aspecto de la sierra de Gádor de hace 400 o 500 mil años (Pleistoceno medio). De hecho se conoce muy poco de la vegetación de esta época en España [7, 17]. Sin embargo, sabemos que el oso pardo necesita ambientes forestales con abundante vegetación caducifolia que le proporcione los frutos necesarios para cubrir su dieta, tanto de porte arbustivo como arbóreo y sabemos que para sostener tal cubierta vegetal son necesarios al menos 700mm de precipitación anual. Considerando la altitud de la osera, es muy posible que nuestro oso se moviera entre los 1000-2000 m.s.n.m. A partir de los datos de modelos climáticos para épocas más recientes [2], podríamos asumir que en este sector de la sierra de Gádor, la temperatura de las etapas glaciales era más fría que la actual con medias en enero de entre -7 a +3ºC y estivales máximas no superiores a 25ºC. Las precipitaciones debieron ser más abundantes [11] y las nevadas seguramente se mantenían durante todo el invierno desde 800-900 m.s.n.m. [25]. En Sierra Nevada, sin embargo, se establecían glaciares con hielo permanente a partir de 2.300 m.s.n.m. [19].

Las talas de árboles y el calentamiento climático, que ya se engendraba de forma natural, expulsaron a la megafauna forestal de Almería. No obstante, algunos científicos sostienen que nuestro presente es solo otro periodo cálido que precede a una nueva glaciación, lo que supondría la vuelta del oso pardo a Almería en un futuro no muy lejano.

Según explican en CECOUAL tras las indagaciones realizadas por Trinidad, a partir de la propia presencia del oso en la sierra de Gádor, del polen fósil analizado por los especialistas y de la información que aportan los fósiles de los travertinos de Alhama de Almería, sepuede crear el paisaje que pudo ver nuestro oso y sus descendientes a lo largo de la historia reciente de Almería. Hace 500.000 años, en plena glaciación europea, las cotas altas de la sierra de Gádor (quizás por encima de los 1.700-1.800 m.s.n.m.) recordarían el ambiente del pirineo navarro con sus nieblas al amanecer, que poco a poco dejan ver prados de montaña que alternan con bosquetes de abetos, robles, tejos, aceres y sabinas. Incluso es posible que las hayas (que estaban en Granada) hubieran encontrado refugio en estas latitudes. En la media montaña dominaban los caducifolios (quejigos, abedules, olmos, sauces, fresnos, nogales y madroños) formando bosques dispersos, que se hacían muy densos en el entorno de los abundantes manantiales de aguas termales. El oso no era el único habitante de la sierra. Uros, ciervos, corzos, caballos, hienas y linces debían campear por aquellos montes. Aunque el mayor peligro para el oso era el leopardo.

Este felino habitaba toda la península ibérica y el entorno de la sierra de Gádor. Además podía cazar en zonas de montaña [29]. Por debajo de los 800 m.s.n.m aproximadamente, la vegetación era más típica del clima mediterráneo y posiblemente estaba formada por bosques dispersos de encinas, quejigos, acebuches y lentiscos, aunque los caducifolios formaban densos bosques de galería entorno de los cursos de agua que alimentaban al entonces caudaloso río Andarax. Gracias a nuestra posición geográfica, las glaciaciones no afectaron severamente a la península ibérica, que además se convirtió en un refugio para la flora y la fauna europea que no podía soportar las gélidas temperaturas del norte.

Referencias posteriores

Los escritos, según el Centro de Observaciones Científicas de la Universidad de Almería, indican que los osos almerienses pudieron vivir hasta el siglo XIX. El médico Jerónimo Münzer viajó por España entre 1.494 y 1.495 en compañía de unos amigos, huyendo de la peste negra que asolaba la Europa central. El 20 de octubre de 1.494 llegaron a Fiñana, donde se presentaron ante su Alcalde. El Alcalde les muestra un avestruz y un "osezno blancuzco" que tiene en su castillo. Aunque este osezno ha sido utilizado como prueba de la existencia del oso en Almería, en realidad el texto no ofrece referencia alguna a su procedencia. En los días siguientes, Münzer y su comitiva llegan hasta la ciudad de Granada, donde comenta que en los montes que rodean la vega de Granada (¿sierra Arana?, ¿sierra de Tejeda?) son abundantes los conejos, ciervos, gamos y jabalíes, y el oso. Incluso, ha quedado registrado que las tropas napoleónicas pudieron matar el último oso de Andalucía en las Alpujarras en 1.809 [18] o que este se mantuvo con vida hasta mediados del siglo XIX en la sierra de Segura [20]. Para muchos investigadores, el periodo actual en que vivimos es solo otra etapa interglaciar que espera la llegada de una nueva glaciación. Quizás entonces vuelvan los osos a refugiarse de una nueva edad del hielo.

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