Las últimas 'postales' del antiguo edificio de Correos de Almería impactan
Almería
Nuevas vistas a la ciudad con dos plantas y el ático ya desaparecidas en unas obras con máquinas miniatura
El edificio de Correos de Almería empieza a ser historia
Salvo el buzón a su entrada –aún operativo– y detalles en el interior como cartelería indicativa, apenas quedan ya esos elementos que, como los mostradores de atención al público, dejaban claro que uno acababa de acceder a la sede principal de Correos en Almería.
Los carteros dejaron hace trece años este edificio, construido junto a la céntrica plaza Juan Cassinello hace casi seis décadas. Ha permanecido todo este tiempo cerrado hasta que la propiedad fue adquirida por el Ayuntamiento atendiendo a las golosas posibilidades de su céntrica ubicación, ya que el estado de conservación del inmueble, de estilo brutalista, aconsejaba su demolición.
En esta faena se encuentra inmersa desde septiembre la empresa contratada por Urbanismo para unas obras de demolición atípicas en la capital almeriense. No ha habido voladuras como las del edificio de Trino en 1998, sino que el sistema de derribo escogido es bien distinto debido a que la antigua sede se encuentra rodeada de pisos residenciales y negocios que podrían verse afectados al compartir algunos medianeras.
Se trata de una demolición manual en la que, además, se están empleando para hacer desaparecer sus cinco plantas sobre rasante (cuenta además con sótano), maquinaria de pequeño tamaño, así como robots telecontrolados para el acceso a zonas complicadas. La estampa es curiosa pues las excavadoras, de tamaño tan reducido que pueden pasar por el hueco de las puertas, parecen salidas de una obra del mundo de Pinypon.
Ofrecen mayor seguridad a los entre ocho y diez operarios y tienen como bonanza añadida una emisión de ruidos inferior. “También se va regando todos los escombros en aras de generar el menor impacto posible tanto a los comercios como a los de viandantes”, comenta la concejal de Urbanismo, Eloísa Cabrera, sobre el techo de la primera planta de este edificio, del que ya han desaparecido las dos superiores y el ático. Un buen bocado que deja una perspectiva inédita del centro de la ciudad.
La demolición, que fue paralizada por las fiestas navideñas atendiendo Urbanismo a la demanda de comerciantes y hosteleros, “se encuentra muy avanzada”. El grado de ejecución rebasa el 70%, por lo que la vieja sede habrá desaparecido para Semana Santa, aunque quedarán por delante las tareas de retirada de materiales para dejar paso al futuro Polo de Innovación Agroalimentaria, que proyecta la Junta de Andalucía.
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