“Mi discurso es políticamente incorrecto, pero es lo que piensa mucha gente del mundo de la justicia”
Entrevista a Silvia Segura
La abogada, natural de Macael, tiene un total de nueve despachos en diferentes puntos de toda España
Está especializada en derecho de familia
"Me especialicé en el derecho de familia para proteger a los menores, que son los que más sufren"
Silvia Segura es una reconocida abogada almeriense especializada en el derecho de familia. Actualmente, su despacho posee nueve sedes en diferentes puntos de España, aunque su base se encuentra en Puerta de Purchena, pues la letrada macaelera tiene muy presentes sus raíces. Además de sus despachos propios, Segura no solo atiende casos de violencia de género, sino que también trabaja como coordinadora parental para el Ministerio de Justicia, figura que trata de mediar en situaciones en las que el vínculo familiar todavía no está roto.
-¿Por qué decidió escoger esta especialidad dentro del derecho?
-Porque soy una fiel defensora de la igualdad, y considero que hay una desprotección, muchas veces de los menores, pero sobre todo de los hombres. Con la ley de violencia de género, que no es que sea una mala ley, sino que está mal aplicada, el hombre se queda en una situación de desprotección, se rompen los principios básicos y constitucionales como el principio de contradicción o el principio de presunción de inocencia.
-¿No cree que esa opinión puede resultar controversial?
-Mi discurso es políticamente incorrecto, pero es lo que piensa mucha gente del mundo de la justicia. Creo en la igualdad de una manera absoluta, pero soy una mujer de principios, la igualdad debe ser real y efectiva, hay que defender a la mujer siempre, pero siempre que sea verdad, no cuando se utilice para fines económicos o para temas de custodia. De la misma manera que atiendo a hombres, tengo clientas a las que yo he acogido en mi casa muertas de miedo, ¿cómo no voy a creer en la ley de violencia de género? Creo firmemente en ella, pero el espíritu de la ley no es el que realmente se aplica, y hay un abuso, bien por un mal asesoramiento, bien por otros intereses.
-Trabaja como coordinadora parental para el Ministerio de Justicia, ¿cuál es el papel que cumple esta figura?
-El coordinador es un nuevo intermediario que está teniendo resultados óptimos tanto en otras comunidades, pero en Andalucía es una figura que está poco implantada. La diferencia entre un coordinador y un mediador es que el coordinador tiene la obligación de emitir informes vinculantes al juzgado, para que el juez tenga más armas a la hora de tomar una decisión, sin embargo, una mediación es voluntaria, las partes deciden ir o no. En las situaciones en las que existe una ruptura entre los hijos con una de las partes, el coordinador puede llegar a tener unos resultados brillantes, sobre todo en adolescentes, una etapa en la que, en ocasiones, uno no sabe bien lo qué quiere.
-¿Cuál es el perfil que más suele atender?
-Hombres. No me suele tocar bailar con la más guapa, ya que lo complicado es llevarlos a ellos. Para mí en la relación con el cliente lo más importante es la confianza, yo necesito poder creer en ti para poder defenderte. Si yo creo en la verdad de un cliente, voy a defenderlo, aunque sea más complicado. Naturalmente, no puedo llevar todos los casos que se me plantean porque no tengo tiempo, el despacho va creciendo de manera acelerada. Ya tenemos un total de nueve sedes, y acabamos de firmar un convenio de colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos I, siendo los primeros de toda Andalucía.
-Ha comentado que tiene sedes en diferentes puntos de España, ¿nota diferencia entre las comunidades en las que la Violencia de Género ha pasado a denominarse Violencia Intrafamiliar?
-He visto situaciones en las que casos idénticos, con las mismas pruebas de WhatsApp, informes forenses y testificaciones, han tenido distinta resolución. Debería haber una uniformidad y un criterio unitario a la hora de aplicar la ley, no solamente de violencia de género, sino del derecho en general.
-Afirma que suele atender a hombres, ¿hay algún caso concreto que le haya impactado?
-Un ejemplo que me sucedió en Almería, fue que acabábamos de ganar una custodia compartida, pero ella denunció por maltrato, por lo que estuvo dos años sin poder ver a sus hijos. La Audiencia Provincial ha archivado esa causa ahora, y ha devuelto la custodia compartida, pero ese señor ya ha perdido dos años enteros sin estar con sus hijos. Además, el pequeño ahora no quiere estar con él, porque lleva dos años sin verlo, y nos encontramos con una situación en la que, o el niño se va con asuntos sociales, o se va con su padre, ya que han demostrado que la madre ha alineado estos años a los hijos, por lo que no pueden volver con ella, ¿la solución es recurrir a servicios sociales? Eso es una aberración, y es lo que hay que intentar evitar. Proteger al menor es mi lema, los padres se separan, pero los hijos deben de quedarse al margen, no se pueden usar como instrumento ni como mediadores de comunicación.
-¿Qué le proporciona mayor alegría en su trabajo?
-Mi trabajo me da muchas satisfacciones diarias, pero también es una profesión muy ingrata, cuando ganas, estabas obligada a ganar, pero si pierdes es que eres mala abogada. Pero cuando te implicas en cuerpo y alma, cuando tienes mucho entusiasmo, las cosas siempre salen, y vas a tener una recompensa. Yo siempre digo que o gano o aprendo, pero perder no. Además, me gusta rodearme siempre de los mejores, para que uno brille no hace falta quitarle la luz a nadie. Yo admiro profundamente a Isabel Bonilla, para mí es una referencia innegable en Almería, creo que si hubiese más compañeras como ella, los acuerdos saldrían de una manera natural. También tengo a mi referencia, a mi mano derecha, mi baluarte jurídico, María Dolores Maldonado. Creo que haciendo un gran equipo creas grandes resultados, pero también tienes que alimentarte del contrario, y no verlo como un enemigo.
-Actualmente, reside en Valencia, pero continúa teniendo muy presente sus raíces, ¿Cómo es vivir fuera pero estar tan vinculada a su tierra?
-Procuro venir a Almería con cualquier excusa. Mi residencia está en Valencia, la luz y el clima es muy similar en ambas, pero la gente no. Almería es como un pueblo en el que nos conocemos todos, en Valencia soy una persona anónima, tengo esa libertad que tiene el que no te reconozcan, y profesionalmente allí no hay techo. Para crecer hay que abrir la mente y salir de la provincia, pero sin olvidar que mis raíces están aquí, yo siempre voy a volver. Mi sede base está en Puerta de Purchena y siempre va a estar ahí, porque Almería es parte de mí ADN, Macael es mi esencia.
-¿Qué anhelos tiene a día de hoy?
-Que brille el sol cada día. Soy una mujer fuerte, que ha resurgido de sus cenizas, pero si yo estoy aquí es gracias a mi hija. La salud mental es un tema tabú del que no se habla mucho, yo estuve sumida en una depresión profunda, en la que conté con la ayuda de mis amigas de siempre, de mi hermana, mis tías, mis padres, de amigos que han ido apareciendo y se han subido en el vagón de mi tren para apoyarme, pero cuando estaba en el abismo más absoluto, sabía que tenía que salir por mi hija.
-¿Sigue teniendo días nublados?
-Ya no. Soy tremendamente creyente y llegué a tener crisis de fe, porque no entendía por qué me estaba pasando eso a mí, y ahora doy gracias, gracias porque los momentos de Dios son exactos, y aunque no lleguemos a entender por qué está ocurriendo eso, siempre será para un mayor bien, aunque en ese momento no le encontramos explicación. Yo ahora soy una mujer nueva, que me he demostrado a mí misma que podía, y hoy, en mi día a día, brilla el sol.
-¿Qué le hace feliz ahora mismo?
-Compartir momentos, regalar tiempo, una conversación, un atardecer, un paseo… regálame esas cosas caras, que lo demás ya me lo compro yo. No he sabido disfrutar nada durante dos años y ahora, con cualquier cosa, me nace una sonrisa de manera permanente en la cara.
-Semanalmente, escribe una columna en el Diario de Almería, ¿Cómo surgió esta idea?
-Pues la Corona de la Reina es mi juguete, es mi zona de recreo, son mis líneas de esparcimiento. Esta es una oportunidad que a muchos escritores y periodistas les gustaría tener, por eso siempre digo que soy muy privilegiada. Me proporciona satisfacciones que no las cubre el dinero, un espacio donde puedo abrir mi alma, mi mente y mi cuerpo, dejar volar la imaginación. Mi próximo objetivo es ver algunas de estas columnas publicadas en un libro, un proyecto que quiero que salga adelante porque a la gente le gusta la Corona de la Reina y yo soy como una niña con zapatos nuevos cuando la hago.
-¿Qué es lo que le inspira a escribir?
-Un momento, una situación, una casualidad. Son mezclas de ficción y realidad, pero hay mucha Silvia en La Corona de la Reina. Lo que cuento es verdad desde un punto de literatura y ficción, generada porque yo soy bastante fantasiosa y siempre he tenido ese toque infantil de princesa Disney, pero hay mucha verdad y mucha pureza en cada una de mis columnas, y si llego a emocionar con ellas es porque algo estaré haciendo bien.
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