“El dibujo” no catalogado de Jesús de Perceval

Almería

Jesús de Perceval es parte de la identidad almeriense, por ello no se puede entender Almería sin Perceval, ni Perceval sin Almería.

¡Perceval, al hospital! Museo del Realismo Extemporáneo de Almería

Jesús de Perceval en su taller delante del lienzo Ha muerto el hombre o superstición, de 1936, y junto a su esposa, la también artista Trinidad de la Cámara y Montilla. Colección particular / D.A.
M. Mar Martínez-Oña

14 de abril 2024 - 08:00

Almería/El artista Jesús de Perceval fue y es, uno de los mayores referentes culturales de la ciudad de Almería, donde su principal aportación cultural, además de su brillante y extensa obra artística (pintura, escultura, fotografía, etc.) junto con la creación de la Teoría de los Saros y del Movimiento Indaliano-, es la instauración del icono de identidad de la ciudad, el Indalo, símbolo de identidad no solo de la ciudad y provincia de Almería, sino también de todos los almerienses.

Y aunque se ha dicho y escrito mucho sobre Perceval, poco sabemos de las primeras obras del artista, obras de su primera etapa que lamentablemente son menos conocidas y están menos estudiadas e incluso faltarían muchas por catalogar. Dibujos y óleos realizados por un joven crítico y pesimista artista, que convivió con las Vanguardias artísticas europeas del siglo XX, e incluso el propio autor confirmó las influencias artísticas europeas en sus obras, a estas referencias estéticas europeas habría que añadir referencias nacionales de artistas como Zuloaga o Solana, junto una base bibliográfica que Perceval conocía como las aportaciones literarias y filosóficas de autores como Schopenhauer, Nietzsche, Martín Heidegger, y de diferentes autores de la Generación del 98. Todo ello, desembocó en la creación de una obra artística influenciada por el pesimismo europeo que se vivía en ese momento histórico, influyendo en la denominada como primera etapa de Jesús de Perceval.

Primera etapa, hasta 1936: Expresionismo, pesimismo y tristeza

Dibujo realizado por Jesús de Perceval. Colección particular. / D.A.

Esta primera etapa se desarrolla en unos años de difícil subsistencia cultural, económica y social en general en toda España. No hay que olvidar el año 1936, que marca el inicio de la Guerra Civil española, mientras que en Europa se desarrolla lo que se denomina como “período de entreguerras”, un periodo de depresión donde emergen las vanguardias artísticas europeas, entre ellas el Expresionismo.

Es en este contexto histórico se desarrolla la primera etapa artística de Jesús de Perceval, catalogada desde sus comienzos hasta el año 1936. Donde se identifican características artísticas relacionadas con un sentimiento melancólico y pesimista que el autor trasmite a través de figuras alargadas y oscuras cargadas de melancolía y tristeza, hasta el punto de ser capaz de penetrar el alma de sus dibujos, representaciones de figuras humanas que representan las tragedias del alma (dolor, melancolía, tristeza, soledad, pena, etc.), presentado ante el espectador una crítica social protagonizada por personajes anónimos víctimas de la cruda realidad económica, política y social del país. Personajes, que nacen de una paleta cromática donde predominan colores terrosos y oscuros, matizados con la acentuación de los contornos negros y las distorsiones de las figuras, lo que enlazan la obra de Jesús de Perceval con el Expresionismo alemán y con las Vanguardias artísticas europeas.

Todas estas características aparecen en esta pequeña joya artística, se trata de un dibujo realizado a lápiz de grafito sobre papel, un dibujo no catalogado de Jesús de Perceval. Sin duda, una gran obra que demuestra la maestría técnica del artista, quién realiza una representación capaz de traspasar el cuerpo, para mostrar el alma del personaje representado (personaje que desconocemos), pero que no deja indiferente a nadie. Dibujo en el que se muestra a un anciano, posiblemente perteneciente a una clase social alta (lo que se podría deducir por sus ropas y por la forma de sujetar el vaso), donde la debilidad, la tristeza y la melancolía de su rostro es matizada por la languidez del mismo, que se apodera del protagonista creándose una gran sensación de melancolía, tristeza y debilidad que se trasmite al espectador.

De forma majestuosa el joven Perceval, a través de una inusual e innovadora perspectiva, que fuerza con un juego de luces y sombras con contornos negros muy marcados, crea volúmenes poderosos que incluso se podrían relacionar con una composición arquitectónica, donde la grandiosidad corpórea del personaje (matizado con detalles como el tamaño de las manos) queda enmarcada dentro de una forma piramidal que contiene el alma del personaje, contribuye así a la espiritualidad a través de la forma y composición, donde el autor contrapone lo débil y lo fuerte, presentando una dicotomía en el propio personaje, invitando al espectador a mirar, a sentir y a pensar, ante el rostro desgarrado del anciano. Destaca así una visión pesimista de lo trágico, lo dramático, muy en concordancia con la etapa histórica en la que se desarrolla este dibujo. Sin embargo, la intención crítica de Perceval va más allá, al mostrar una dualidad, un contraste donde la duda se puede convertir o no en realidad, presentando a la vez un hombre fuerte y un hombre débil.

La empatía con el pesimismo europeo, expresado en la corriente artística del Expresionismo, hizo que el pintor almeriense trasladara a su obra, las influencias de dicha corriente artística. Y con ello, la rebeldía de los artistas, y el afán crítico de éstos. Rebeldía que Jesús de Perceval pone de manifiesto en las obras desgarradoras de esta primera etapa.

Es necesario estudiar, profundizar, mantener el legado artístico de Jesús de Perceval, ya que forma parte de la identidad de los almerienses. Sobre todo, en una primera etapa más desconocida, la del joven Jesús de Perceval, donde nace el artista crítico, que desarrolla una de las etapas más características, en la que muestra una serie de obras basadas en una temática concreta destacando la muerte, la desesperación, la tristeza, la melancolía, etc. Presenta una fuerte vinculación con las Vanguardias artísticas del siglo XX, que desemboca en obras creadas en una ciudad, en una Almería que no las entiende, que quizás no estaba preparada para la interpretación y aceptación de las Vanguardias artísticas europeas.

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