Vuelve la colonia de autocaravanas a la avenida del Mediterráneo un año después del desalojo
Vega Caravanas
En febrero de 2023 eran invitados a marcharse por la Policía Local de los solares junto al parque de las Familias, pero han vuelto a la zona por la falta de regulación municipal y espacios habilitados
Vega Caravanas, el nuevo barrio almeriense que crece en silencio
La Policía Local invita los caravanistas a dejar las inmediaciones del Maestro Padilla
“No se puede culpar al caravanista si no hay espacios habilitados ni regulación en Almería”
ASHAL reclama a Ayuntamiento y Gobierno que controlen los asentamientos de caravanas
Almería se ha convertido en una de las provincias con mayor tirón y demanda del autocaravanismo en los últimos años, sobre todo después del impacto turístico de la pandemia. El parque móvil de casas sobre ruedas viene aumentando exponencialmente su presencia de enero a diciembre por toda la franja litoral almeriense desde Adra hasta Pulpí, así como en los enclaves privilegiados del interior, tanto de forma aislada como en colonias permanentes en lugares no autorizados ni habilitados repartidos por la provincia. Estos poblados improvisados ponen de manifiesto la falta de regulación y control ante la invasión consentida de caravanas y furgonetas camper que aprovechan el vacío legal de las ordenanzas municipales para permanecer estacionadas sin rotación durante semanas en espacios públicos que ni tan siquiera están destinados al aparcamiento de vehículos que sería el paraguas normativo al que se pueden acoger. Sobre todo, desde el 11 de julio de 2023, con la actualización de las directrices de la Dirección General de Tráfico que establece que aparcar no es acampar.
En base a la Instrucción PROT 2023/14 se permite que estacionen siempre y cuando el vehículo no ocupe más superficie que la que abarca estando cerrado, es decir, sin el despliegue de elementos proyectables, sillas, toldos o mesas que puedan invadir una superficie mayor a la del perímetro de la autocaravana. En la capital desde hace años se concentra una importante bolsa estable de autocaravanas a modo de colonia en el terreno sin ocupar del antiguo recinto ferial, entre el Auditorio Maestro Padilla y el Parque de las Familias. Este tramo comprendido entre la avenida del Mediterráneo y calle Argentinita veía nacer, por el volumen de usuarios, un nuevo barrio: Vega Caravanas. Hace justo un año, Diario de Almería ponía el foco sobre esta situación y se sucedían las reacciones de la patronal hostelera, los vecinos y la oposición instando al Ayuntamiento de Almería a que tomara medidas ante la falta de control existente sobre el impacto en la ciudad de un segmento turístico al alza carente de ordenanzas y regulación municipal. Los propios usuarios defendían su comportamiento y reclamaban que se habilitaran áreas específicas para pernoctar: “No se puede culpar al caravanista si no hay espacios habilitados ni regulación en Almería”.
Poco después, el equipo de gobierno adoptaba la decisión de prohibir el estacionamiento en estos terrenos en los que irán otras dotaciones, incluidas la segunda fase del Parque de las Familias, y también se limpiaron de enseres y residuos acumulados, pero de momento no han anunciado ningún avance sobre la posibilidad de habilitar espacios para autocaravanas y furgonetas camper. A mediados de febrero del pasado año, agentes de la Policía Local invitaban a los usuarios de las autocaravanas, en su mayoría jubilados de origen centroeuropeo, a abandonar esta zona de inmediato porque estaba previsto que se destinara a otros servicios y equipamientos en breve y se valoró entonces instalar un vallado perimetral para impedir el acceso pero nunca se materializó. Las inmediaciones del parque de las Familias había permanecido prácticamente sin autocaravanas y furgonetas camper durante los meses siguientes, pero poco a poco fueron recobrando el pulso y desde principios de año vuelve a tener una presencia masiva.
Lo que empezó siendo un hecho puntual, como la ocupación de los aparcamientos del principal recinto cultural de la capital por los caravanistas, empezó a ganar volumen hasta dar pie a un poblado permanente junto a las pistas polideportivas. Decenas de vehículos de todos los calibres y modalidades aparcados día y noche ante la sorpresa de los vecinos y paseantes de la zona y de los que acuden cada sábado a comprar al mercadillo. Si bien la mayoría respetan la normativa de circulación por la que podrían permanecer estacionados como un turismo cualquiera, otros son más conscientes de su impunidad y falta de control y no dudan en desplegar mesas y sillas junto a sus caravanas, sumar remolques y bicicletas e incluso realizar acopio de enseres, sin olvidar los que se animan a colgar la ropa a secar con cuerdas atadas a los árboles. La avenida del Mediterráneo no es el único punto de la capital en el que se han concentrado en los últimos años las autocaravanas. También son habituales en playa del Bobar y en espacios del litoral hacia levante como Retamar y El Toyo.
Años atrás se incrementó su presencia en los aparcamientos de El Palmeral en primera línea de playa, pero la presión vecinal por la saturación de vehículos acabó desplazando estas bolsas hacia la desembocadura del río Andarax donde se mantienen actualmente, aunque en menor medida que en el emplazamiento del Parque de las Familias. Esta concentración masiva de autocaravanas genera quejas vecinales por los problemas de convivencia, imagen y salubridad que conlleva la ocupación de zonas públicas, pero de momento el Ayuntamiento de Almería no ha tomado cartas en el asunto alegando las serias dificultades que tiene el control del estacionamiento y rotación de este tipo de vehículos. No hay que olvidar que las colonias también se han venido multiplicando en los últimos años por otros rincones del término municipal como la desembocadura del Río Andarax, Retamar y Cabo de Gata ante el auge del caravanismo en la provincia.
La hostelería reclamó más control al Ayuntamiento
La Asociación de Hostelería de Almería (ASHAL), denunciaba en un escrito dirigido al consistorio que los asentamientos irregulares de autocaravanas, caravanas, camper y vehículos similares están creciendo en Almería, en parte debido a que capitales y municipios limítrofes de las provincias de Murcia, Málaga o Granada sí cuentan con una regulación lo que limita este tipo de asentamientos, que suponen una brecha en la seguridad de todos los almerienses así como “un perjuicio para la economía del sector camping”. ASHAL considera “imprescindible” un control reiterado “in situ” de la Policía Local y/o de la Policía Nacional del cumplimiento de las distintas normativas en materia de tráfico, circulación, seguridad, sanitaria y medioambiental por parte de quienes realizan estas acampadas.
Por último, la asociación de hosteleros de Almería pide que se trabaje en una ordenanza reguladora, “tal y como ya han realizado otros ayuntamientos de nuestro entorno”, para delimitar el estacionamiento y pernocta de vehículos vivienda en enclaves y vías urbanas del término municipal de Almería evitando imágenes “como las que en la actualidad vemos los almerienses”. Otros ayuntamientos cercanos como el de Roquetas han tenido que fijar una serie de restricciones para los caravanistas en zonas del litoral masificadas, al igual que ocurrió hace un par de años con el de Málaga cuando prohibió las pernoctaciones de todo tipo de vehículos durante la noche en la explanada del palacio de deportes José María Martín Carpena que se había convertido en una ciudad de las caravanas. Ordenanzas y bandos que se han ido aplicando en los últimos años para regular una actividad creciente que trae al sur cada vez a un mayor número de caravanistas de centroeuropa, sobre todo franceses y alemanes. Un marco legal impreciso lastra a la mayoría de municipios de la provincia frente al blindaje que sí han tenido los espacios protegidos.
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