El río subterráneo a mayor profundidad sale a la luz
Karts de Sorbas
Un equipo de espeleólogos logra descender 145 metros en los Karts de Sorbas. Dan con una galería llena de agua entre nuevas cuevas, cuyo recorrido está todavía por descifrar
El laberíntico mundo subterráneo que atesora Sorbas no deja de sorprender a la espeleología en su reto de explorar el complejo entramado de las cuevas que parece no tener fin. Las incursiones con bajadas de alto riesgo han alcanzado el que se acaba de convertir en el río subterráneo visto por los ojos humanos a mayor profundidad en este sistema de yeso, el más grande de España y el segundo del mundo de los explorados. Se encuentra a 145 metros de la superficie. Tan solo...
Equivaldría a escalar casi cinco edificios de diez plantas, uno encima del otro, con apenas la ayuda de cuerdas y mucho de intuición, prudencia y entusiasmo. Un equipo, capitaneado por el espeleólogo francés Alain Thibault, afincando en Almería desde hace unos 53 años, ha conseguido llegar hasta esta profundidad.
Sentado en la terraza de una cafetería, Thibault no oculta la alegría propia de un entusiasta de su pasión (ni quiere), para explicar esta nueva aventura del francés que lleva más de una década catalogando las cuevas de yeso de Sorbas.
“Es alucinante, conseguimos llegar a 130 metros de profundidad. Nos topamos con un pequeño paso de apenas 45 centímetros de diámetro”. Y, cómo no, lograron deslizarse y continuar hasta que la belleza les detuvo. “Nos encontramos con tres pozos nuevos, que desembocaban en una especie de sala llena de agua, un lago. Impresionante”. Pero la excursión, si puede llamársela así, acabó por ese día. Al equipo le faltaba cuerda, más material, y el regreso a la superficie fue inevitable. Como el querer ir a por más.
Más cuerda, más material, y si cabe, mayor entusiasmo. Volvieron a esos 130 metros de profundidad. Dispuestos a seguir. “Nos dimos cuenta –y lo dice ampliando su sonrisa– de que no era un lago, sino una galería enorme con un río dentro... A 140, 145 metros de profundidad”. Hasta ese momento, el sifón a mayor profundidad descubierto en Sorbas se situaba a 130 metros de la superficie.
Siguieron descendiendo. “Pudimos pasar y nos encontramos con el resto del río”. Y llega la pregunta obvia, o del millón. ¿De dónde procede ese caudal de agua y a dónde desemboca?
Thibault gesticula. “Misterio”. Y ríe: “Seguimos a tope”. Pendiente de seguir descubriendo para confirmar lo que, en el fondo –nunca mejor dicho–, le encantaría. Esta Semana Santa el francés cuenta con refuerzos, un despliegue de espeleólogos procedentes de distintos puntos geográficos del territorio nacional y de otros países europeos, dispuestos a aventurarse, a peinar la zona y a aportar.
Junto a esta galería con río saben que hay otra cueva. “En realidad –explica– son cuatro. Hay un pozo que no sabemos dónde va y que podría ser la continuación. Tendremos que ver...” Puede que alcance a Covadura, una de las cuevas de mayor interés de los Karst de Sorbas por su dificultad con estrecheces de centímetros.
Como recapitula Alain Thibault, “es la espeleología, que es así de excitante, saber qué hay dónde va, qué pasa... Es la aventura. La espeleología es una aventura total”.
Más de 200 espeleólogos se dan cita del 17 al 21
Ya en su sexta edición, se ha convertido en una de las citas de mayor interés a nivel nacional del mundo de la espeleología. Son las Jornadas de Exploración, que se celebran esta próxima semana, del día 17 al 21 de abril, a la que acudirán más de 200 aventureros procedentes de otras provincias españolas, como Sevilla o Madrid, y de países como Inglaterra. La mayoría son familias unidas por este deporte, que vienen dispuestas a adentrarse e investigar para luego facilitar datos que enriquezcan el catálogo de los Karts de Sorbas al objeto de ayudar a otros espeleólogos con esta especie de mapa con recomendaciones y, en última instancia, a dar a conocer a la ciudadanía la riqueza que la naturaleza conserva en el subsuelo. “Tenemos que dar a conocer lo que hay en Sorbas para su protección. Sería una catástrofe que lo que naturaleza ha tardado millones de años en crear, el hombre lo destruya”, alerta Alain Thibault, organizador de estas jornadas en las que colaboran cada vez más instituciones (Ayuntamiento de Sorbas, la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial y la Universidad de Almería). El objetivo de este año es “redescubrir Covadura”, a 120 metros de profundidad, una de las cuevas de mayor relevancia del entramado con una topografía, sin embargo, anticuada.
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